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La puerta de la oficina del jefe de Aurores fue golpeada varias veces. James dejó de revisar uno de los tantos informes que esperaban su aprobación y permitió la entrada del visitante. Sirius entró en el lugar con una sonrisa de oreja a oreja.

—Buenos días, amigo. ¿Qué tal amaneciste? —preguntó Sirius.

James hizo una mueca antes de responder, lo que le hizo saber a Sirius que algo no estaba del todo bien.

—¿Qué pasó? —preguntó Black, tomando asiento frente al escritorio.

James suspiró antes de responder. Arrojó el informe que tenía en las manos y se recostó en el respaldo de la silla.

—Harry —dijo finalmente.

—¿Qué hizo mi ahijado? —Sirius frunció el ceño al escuchar el nombre que causaba el mal humor de su mejor amigo.

El auror de cabello corto y lentes suspiró nuevamente. —Engañó a Severus —dijo.

Sirius frunció aún más el ceño, sin entender a qué se refería. —¿Engañar? ¿De qué estás hablando, Cornamenta?

—Le fue infiel, Sirius. Esta mañana lo encontré... con la chica Weasley en Hogsmeade —explicó James rápidamente, para que su amigo comprendiera la gravedad de la situación—. Severus necesitaba comprar algunas cosas para sus clases en la academia y decidí acompañarlo antes de venir aquí. Estábamos en Hogsmeade y, bueno... el resto es historia.

Los labios de Sirius temblaron al escucharlo, su rostro pasó del asombro a la confusión, y finalmente a la ira. —¿Lo engañó? ¿Engañó al chico? ¡¿Pero qué demonios piensa Harry?! ¡Iba a casarse dentro de dos semanas!

James respiró profundamente. —Eso mismo le dije, pero defendió a la chica Weasley cuando le reclamé. Severus dejó la casa; el chico está destruido —comentó con gran pesar en su voz—. Me aseguré de que... no fuera a cometer una estupidez, pero... —James hizo una mueca.

Sirius se levantó de un salto mientras negaba con la cabeza, incapaz de creer lo que escuchaba.

—¿Y la chica Weasley? ¿Qué dijo? ¿No se suponía que Severus era su mejor amigo? ¿Por qué demonios hizo eso?

—¿La chica Weasley? No lo sé. Se echó a llorar apenas Severus los vio. Intentó decirle algo, pero... bueno, no apareció en la casa. Tal vez Harry le dijo que no fuera, pero... —El jefe de Aurores hizo otra mueca—. Al final, no era su amiga como pensaba.

Sirius negó nuevamente, aún incrédulo.

—Mierda, James, Malfoy va a matar a Harry.

—Lo sé —respondió James—. Pero no puedo justificar a mi hijo, Sirius. Lo que hizo está mal. Si le gustaba la chica, tenía que ser sincero y decírselo a Severus. ¿Te imaginas si se hubieran casado y luego se descubriera todo? Habría sido peor.

Sirius asintió a las palabras de James y preguntó: —¿Y Lily?

James se mordió los labios con fuerza. —Al parecer, ella lo sabía.

Sirius se quedó casi estático, mirando fijamente a su amigo sin poder creerlo.—¿Q-qué? —tartamudeó.

—Ella lo sabía. No parecía sorprendida, y cuando le pregunté, su rostro me dio la respuesta —contó James con gran decepción en la voz—. ¿Cómo pudo Lily apoyarlo, Sirius? ¿Cómo pudo ayudar a engañar al chico que iba a ser parte de nuestra familia? Severus llevaba casi dos años viviendo con nosotros. ¿No significó nada para ella? Y lo que más me angustia es pensar en cuánto tiempo llevaban engañándolo.

InesperadoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora