capitulo 2

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La tensión en la sala se podía cortar con un cuchillo. Los cuatro mayores estaban sentados en la pequeña mesa de café. Les había costado a los niños y a Zuko muchas súplicas y ruegos para que el detective Tsukauchi y el oficial Sansa los escucharan antes de llamar a Endeavor y a los policías. Al menos Tensei había tratado de escuchar lo que tenían que decir.

Después de eso, los niños fueron a la habitación que Zuko les había asignado como suya pudieran descargar, pues ya era algo tarde y al menos tiempo, que calmarán a Shouto quien había entrado en pánico por la sola idea de regresar con Endeavor.

Zuko, por su parte, se había quedado con los tres agentes. Les había preparado un té a cada uno y también había explicado cómo fue que los niños Todoroki quedaron a su cargo.

—Mira, Zuko, sé que estás diciendo la verdad, puedo verlo tanto en tu cara como con mi Quirk —dijo Tsukauchi mientras se apretaba el puente de su nariz—, pero lo primero que debiste hacer es llamar a la policía o a nosotros. Esos niños fueron secuestrados y necesitan volver con su padre.

—Ese es el problema, Tsukauchi —dijo Zuko, algo exasperado por el detective—. No los llamé porque se me hizo muy raro que cuando me encontré con Shouto, lo primero que hizo fue huir, no buscar ayuda.

—¿Qué estás queriendo decir, chico? —preguntó Sansa mientras se cruzaba de brazos—. ¿Que esos niños escaparon? ¿Por qué lo harían? Su padre es un héroe, tienen lo que necesitan.

—No es así. Las apariencias siempre engañan —comentó Zuko, luego se mordió el labio—. Cuando ellos llegaron aquí, recordé un par de cosas al ver la actitud de Shouto.

—¿Qué has recordado? —preguntó Tensei con curiosidad al ver la expresión de Zuko—. ¿Yamada-kun?

—Fuego, dolor, miedo —dijo Zuko mientras se llevaba una mano a su cicatriz—. Recuerdo estar de rodillas en un piso de baldosas frías, ver una figura, mi padre tal vez... ya que recuerdo suplicarle y pedirle perdón, pero no recuerdo por qué fue. Después de eso, sentí una mano cálida en mi cara y al siguiente momento sentí que se estaba derritiendo.

—Oh, por... kami —murmuró Sansa con horror. Los otros dos tenían la misma expresión de asco y horror—. ¿Qué clase de padre haría eso?

—La clase de padre que se obsesiona con algo o desprecia cualquier cosa —dijo Zuko mientras bajaba la mano y bebía un sorbo de té—. Es por eso que no llamé a la policía tan pronto como los encontré, porque vi en su expresión, vi miedo, vi terror con la sola idea de regresar.

—La situación es grave —murmuró Sansa, luego miró a Tsukauchi, que estaba muy callado—. ¿Qué debemos hacer?

—Lo lógico, proteger a los niños —exclamo Tensei. Le daba asco que alguien que fuera un padre lastimara a quien debe proteger—. Hablaremos con los niños, presentaremos pruebas y testimonios del abuso de Endeavor.

—Sabes que será difícil —replico Tsukauchi mientras miraba en dirección a la habitación donde estaban los niños—. Es el héroe número 2, tiene contactos, influencia. Aunque armemos un caso contra él, perderemos.

—¿Y qué propones? ¡No podemos simplemente permitir que regresen! —chillo Sansa, molesto con la sola idea de regresar a los niños con su abusador—. No puedo en conciencia hacer eso...

—Yo tampoco —murmuro Tsukauchi mientras alzaba las manos, exasperado—, pero nuestras carreras aún siguen siendo nuevas. Jamás nos creerán, perderemos todo, nuestra licencia y quién sabe si nuestra libertad.

—Lo sé... sé lo que hay en juego —se quejo Tensei mientras los miraba a ambos—, pero también sé que no puedo permitir que unos niños regresen con quien los maltrata, ni siquiera mi familia puede luchar con Endeavor.

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