capitulo 30

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Mientras tanto, Zuko seguía intentando llegar a sus hijos, pero los clones de fuego lo mantenía distraído.

—¡Azula, Ya basta de esto! —gritó Zuko, su voz llena de desesperación y rabia. Pero Azula solo sonrió, disfrutando del caos que había desatado. - Esta pelea es entre tú y yo. ¡Te desafío a un Agni Kai!

—¿Un Agni Kai? —repitió Azula sorprendida al principio, rápidamente esbozó una sonrisa maliciosa, disfrutando de la idea de enfrentarse a su hermano en un duelo de fuego—. ¡Por fin! Siempre quise tener una buena pelea contigo, Zuzu.

Zuko sintió una mezcla de alivio y tensión. Sabía que un Agni Kai era un duelo de honor, y eso significaba que Aang y los demás estarían a salvo, al menos por ahora.

—¡Elige el lugar! —dijo Zuko, su voz firme.

—Aquí mismo, la sala del trono.. El mismo lugar donde papá debió matarte—respondió Azula, con una chispa de emoción en sus ojos, ella se movió con gracia, tomando su posición.

Zuko se preparó, recordando todas las lecciones que había aprendido, tanto de su tío como de agni.

—No te contengas, hermana —dijo Zuko, su voz resonando con confianza—. Quiero que me des lo mejor de ti.

—Oh, Zuko, no te preocupes. -Se burló Azula, su risa resonando como un eco de desafío -Siempre doy lo mejor de mí.

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De vuelta en la habitación, Natsuo luchaba contra el hielo que mantenía sus pies atrapados. La frustración lo consumía, pero sabía que sus hermanos estaban haciendo lo correcto. Sin embargo, no podía evitar sentir que debía estar con ellos.

—¡Fuyumi! ¡Touya! —Gritó, pero su voz se perdió en el eco de la habitación vacía. -Que alguien me ayude.

Katara, atraída por el alboroto, entro corriendo, al ver a Natsuo atrapado, su corazón se aceleró. Sin embargo, el niño al encontrarse con su mirada, la incomodidad se apoderó de ella.

—¡Lárgate! —Gritó Natsuo, con el rostro enrojecido por la frustración, la miró con desdén—. No quiero ver tu cara. No después de todo lo que le hiciste a mi padre, maldita bruja.

Katara sintió un nudo en el estómago. Sabía que había causado un gran dolor, pero no podía dejarlo así. Dudó un momento, pero la necesidad de ayudarlo superó su incomodidad.

—Mira.. Solo... Déjame ayudarte. -Suplicó Katara, mientras se acercaba lentamente, su voz temblando un poco. -La situación es grave en el palacio, Azula está causando mucho estragos

Natsuo la miró con desconfianza, pero ella no se detuvo. Con un movimiento de sus manos, comenzó a descongelar el hielo que lo mantenía prisionero.

—Lo siento por todo lo que he hecho —dijo Katara, su voz llena de sinceridad—. No puedo cambiar lo que hice, pero quiero remediarlo, déjame ayudarte.

—¿Remediarlo? -Replicó Natsuo, escéptico—. ¿Cómo puedes remediar el daño que causaste? No te creo.

—Haré lo que sea necesario para enmendar mi error —aseguró, Katara mirándolo a los ojos con determinación.

UN NUEVO DESTINODonde viven las historias. Descúbrelo ahora