capitulo 7

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Aunque los niños deseaban poder irse solos a clases en la mañana, realmente disfrutaban de la compañía de Zuko, a quien no le molestaba tener que llevarlos y contarles algunas historias.

En esas semanas habían creado una excelente rutina. Por las mañanas, cuando salía para ir al trabajo, llevaba a los cuatro niños a clase, y por la tarde Inko los buscaba. Cuando terminaban sus tareas escolares, les dejaban salir dos horas al parque o a pasear por el vecindario.

Habían sido semanas tranquilas desde el regreso a clases. Los niños se habían adaptado bien, ninguno se metía en problemas, sus maestros no habían reportado ningún problema. Ellos se portaban bien, respondían cualquier pregunta que les hacían, eran amables con los demás estudiantes y sus maestros, aunque Shouto era un poco asocial, pues siempre estaba jugando con Izuku.

Shouto no había contado más incidentes con sus compañeros de clase ni de actitudes mezquinas hacia Izuku. Todo había estado relativamente tranquilo hasta que, tres semanas después de iniciar clases, Zuko fue llamado por el director, pues había pasado un incidente que involucraba a Shouto.

Zuko pidió permiso en el trabajo para ausentarse por el resto de la tarde. Afortunadamente, su jefe era muy comprensivo y le dio la tarde y el día siguiente libres, ya que Zuko era su trabajador estrella por los deliciosos tés que preparaba.

Así que, sin perder tiempo, Zuko se dirigió a la escuela lo más rápido posible, preocupado de que le hubiera pasado algo malo a Shouto. Llegó casi al mismo tiempo que una mujer de cabello amarillo ceniciento, a quien reconoció como Bakugou Mitsuki, la mejor amiga de Inko.

--------------Fire--------------

La secretaria, al verlos, los llevó directamente a la oficina del director, donde estaban Shouto con un ojo morado y algunos rasguños, y otro niño que tenía la nariz rota y la mejilla roja, a quien Zuko podía adivinar que era el hijo de la mujer, Bakugou Katsuki.

—Me alegro mucho de verlos aquí —dijo el director con una gran sonrisa que se veía tensa y falsa. Luego señaló a los niños—. Los niños se han involucrado en una pelea, como pueden ver.

—Katsuki, ¿qué te he dicho de iniciar peleas? —regañó la mujer a su hijo, quien se puso aún más furioso.

—No fue mi culpa —se quejó Katsuki con molestia mientras miraba mal a Shouto—. Ese estúpido lo inició todo.

—Shōryū, ¿qué pasó? —preguntó Zuko mientras se arrodillaba frente a Shouto—. Tú no eres de iniciar peleas.

—Lo siento, Oniichan —se disculpó Shouto mientras miraba mal a Katsuki—. Pero fue su culpa. Empujó a Izu-chan de la resbaladilla.

—¿Qué? —preguntó Zuko mientras fruncía el ceño con molestia.

—Puedo explicarte la situación mejor —comentó el director, llamando la atención de los dos adultos—. Bakugou-kun estaba jugando con sus amigos cuando Himura-kun se le acercó y lo golpeó en la nariz.

—¿Shōryū? —preguntó Zuko mientras miraba a Shouto, quien tenía los dientes apretados. Por el rabillo del ojo podía ver cómo el director sonreía levemente—. ¿Qué pasó realmente?

—Himura-san, ya le expliqué la situación —dijo el director, quien se veía un poco nervioso ahora.

—¿Acaso te pregunté a ti? —respondió Zuko con molestia mientras se cruzaba de brazos. El director se quedó callado—. Le he preguntado a mi hermano, quien le aseguro jamás iniciaría una pelea sin razón.

—Pues déjeme asegurarle que fue su hermano quien inició la pelea —exclamó Bakugou-san mientras se cruzaba de brazos y miraba mal a Zuko—. Mire cómo le dejó la nariz a mi hijo.

UN NUEVO DESTINODonde viven las historias. Descúbrelo ahora