capitulo 11

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Estaba empezando a caer algunas gotas de llovizna cuando Fuyumi y Natsuo llegaron al apartamento. Rápidamente le quitaron los zapatos a Izumi y la pusieron en el suelo. Ella se acercó a su zona de juego para tomar una de sus muñecas y jugar un rato. Ambos se quitaron los zapatos.

Fuyumi, con los nervios a flor de piel, buscó su teléfono en su cuarto para llamar a Tensei. Se mordía el pulgar por los nervios.

—¿Qué hacés? —preguntó Natsuo con curiosidad mientras alejaba la vista de la ventana para ver a su hermana.

—Voy a llamar a Iida-san para avisarle de la situación y pedirle que busque a nuestros hermanos —informó Fuyumi, sacando su teléfono y marcando rápidamente el número de Iida.

Mientras tanto, Natsuo se alejó de la ventana y se dejó caer en el sofá, sacando su propio teléfono para distraerse mientras esperaban noticias. Ambos estaban ansiosos por saber más sobre la situación. Zuko, que normalmente está atento a su teléfono, no había respondido a sus mensajes.

De repente, un estruendo resonó en el cielo. Fuyumi y Natsuo levantaron la vista, alarmados. Al mirar por la ventana, vieron cómo el cielo se había oscurecido en cuestión de minutos. Los truenos retumbaban y los relámpagos iluminaban el horizonte, creando una atmósfera inquietante.

—Espero que ellos estén bien —murmuró Natsuo, su voz llena de preocupación.

—También lo espero —estuvo de acuerdo Fuyumi, mientras se mordía el labio con nerviosismo.

No pasó mucho tiempo antes de que escucharan el característico sonido de las llaves entrando en el cerrojo de la puerta.

Natsuo y Fuyumi miraron hacia la puerta, rezando porque fuera Zuko y sus hermanos, pero solo vieron a Iida-san, de 21 años, que estaba vestido con su traje de héroe. A su lado estaban Shouto y Touya, ambos con lágrimas en los ojos y visiblemente molestos.

—¿Qué ha pasado? —preguntó Fuyumi, su corazón acelerado, al notar que Zuko no estaba con ellos—. ¿Dónde está Zuko?

—Zuko ha sido llevado al hospital —explicó Iida, con voz llena de preocupación y algo de irritación, mientras se cruzaba de brazos.

—¿Zuko no estará esperando a otro bebé, verdad? —preguntó Natsuo en broma mientras miraba a los recién llegados.

Pero la broma no tuvo el efecto deseado. Shouto comenzó a sollozar, con lágrimas rodando por sus mejillas.

—Estaba peleando con Touya cuando escuchamos un crujido. Era una rama que se partió y Zuko nos apartó del camino —explicó Shouto entre sollozos mientras intentaba en vano limpiarse las lágrimas—. La rama cayó sobre él, lastimándolo y dejándolo aturdido.

—Lo estábamos sacando del parque cuando nos encontramos con Ingenium y Present Mic —explicó Touya, su voz temblorosa mientras apretaba los bordes de su camisa—. Mientras Present Mic esperaba la ambulancia con Zuko, Ingenium nos llevó a casa.

Tensei, que estaba por decirles algo más, se vio interrumpido por una llamada de emergencia en ese momento.

—Debo regresar a la patrulla —dijo Tensei de mala gana, mirando a los niños con preocupación—. Les prometo que les informaré sobre la condición de Zuko tan pronto como tenga noticias.

Rápidamente, Tensei se fue a retomar su patrulla. Esperaron un rato antes de que Fuyumi y Natsuo se miraran, sus rostros llenos de preocupación.

—¿Qué pasó exactamente? —preguntó Natsuo, su voz temblando ligeramente.

—¡Es su culpa! ¡Siempre es su culpa! —exclamó Touya, con veneno y desprecio en su voz, señalando a Shouto—. Arruinó nuestras vidas y ahora volvió a arruinar mi oportunidad de ser un héroe.

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