capitulo 10

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Han pasado ya dos años desde que Zuko conoció a los niños y estos quedaron a su cuidado.

Ellos estaban creciendo para convertirse en jóvenes muy amables pero también rudos.

Fuyumi avanzó tanto en el entrenamiento de Shaolin del Norte que, cuando realizó una prueba de cinturón, avanzó hasta el cinturón verde y estaba en camino para obtener el cinturón azul.

Natsuo, si bien también avanzó en el Shaolin del Norte y tenía cinturón azul, se destacó más en el uso de armas, especialmente el bastón bo. También estaba entrenando levemente con la heroína Recovery Girl con su Don, hasta que ingresara a la academia UA. Logró entrenar con ella gracias a Hizashi y Aizawa, quienes empezaron a trabajar en la UA hace poco.

Por otro lado, Shouto había logrado avanzar bastante en su entrenamiento de fuego; ahora podía crear llamas enormes sin entrar en estado de pánico. Además, también obtuvo una nueva obsesión: el parkour, en el cual resultó ser muy bueno.

Al mismo tiempo, Izuku también había avanzado bastante en Shaolin del Norte, hasta llegar al cinturón naranja junto a Shouto, y también resultó ser bueno en parkour.

Y la pequeña Izumi había dado sus primeros pasos en el cumpleaños de Fuyumi, caminando hacia ella con una caja de regalos, y sus primeras palabras fueron en el festival Sakura, diciendo "Papá".

A Zuko le iba bastante bien en su nuevo puesto en el trabajo. Había establecido unas cuantas reglas que al principio a su jefe le parecieron raras, pero dos meses después habían dado un resultado excelente.

Las reglas eran de decencia básica, como la distribución de alimentos especiales para las personas que lo requieren. No permitió la violencia ni la discriminación hacia ningún empleado ni cliente; cualquiera que actuara mal sería echado del establecimiento y puesto en la lista negra.

Hubo una ocasión donde un estudiante con Quirk "heroico" quiso lastimar a otro estudiante en la tienda. Cuando Zuko lo vio, lo echó a patadas y luego habló con Aizawa, quien habló con Nezu. Este lo puso en la lista negra de todas las academias de héroes y no fue aceptado en ninguna escuela.

También hubo otra ocasión con un héroe que intentó pasarse de listo con una jovencita que se veía muy incómoda. Zuko también lo echó de la tienda y se le prohibió poner un pie en ella.

Se había ganado una reputación entre sus clientes y algunos jóvenes sentían admiración hacia él por su forma de actuar y lo veían como un héroe, aunque no lo fuera.

La vida era muy tranquila para toda la familia Himura. Todos eran felices y estaban en un entorno saludable.

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Una semana después del primer cumpleaños de la pequeña Izumi, llegó a la tienda un chico de unos 15 años, de cabello negro alborotado, con vendas cubriendo sus brazos y una quemadura en la cara. Estaba buscando trabajo.

Al principio, Zuko dudó en aceptarlo, pues era menor de edad y no quería meterse en problemas. Pero tan solo con ver su desesperación y un pequeño destello de esperanza en esos ojos color turquesa, le dio un trabajo como lavaplatos.

El chico aceptó gustoso, feliz de poder tener un trabajo y empezar a ganar dinero.

Fueron un par de semanas tensas en el trabajo. El niño, Dabi, no hablaba mucho; solo hacía su trabajo y luego se iba.

Al principio, Zuko intentó sacarle plática, pero Dabi simplemente lo ignoraba o lo miraba mal, por lo que dejó de intentar.

Fue una semana después de que Zuko lo dejara en paz, que Dabi se le acercó con una pregunta. Había pasado una hora después de que uno de los compinches de Endeavor le entregara otra de sus tarjetas de presentación.

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