El silencio que dejó tras de sí fue insoportable. Hermione miró a Pansy, su expresión reflejando la preocupación por lo que acababa de suceder.
-No sé qué va a pasar ahora -murmuró Pansy, con la voz quebrada.
Hermione tomó su mano, como había hecho aquella noche en la torre, y la apretó con fuerza.
-No importa lo que pase -dijo con determinación-. Estamos en esto juntas.
Ambas sabían que la revelación de su relación iba a cambiar las cosas para siempre. Pero en ese momento, bajo las hojas del invernadero y con sus manos entrelazadas, sentían que, pase lo que pase, habían encontrado algo en la otra que las hacía más fuertes.
El desafío que les esperaba no sería fácil, pero estaban dispuestas a enfrentarlo. Juntas.
El impacto de lo sucedido en el invernadero fue más rápido y demoledor de lo que Hermione y Pansy podrían haber imaginado. Al día siguiente, los rumores ya se habían extendido por todo Hogwarts. No quedaba ni un solo pasillo en el que no se hablara de ellas. Las miradas curiosas y los murmullos llenaban los espacios que antes eran silenciosos, y era imposible evitar la sensación de que estaban siendo observadas en todo momento.
En Slytherin, Pansy enfrentaba el escrutinio más duro. Draco no había dicho nada directamente, pero el silencio que había adoptado era incluso peor. Sus amigos más cercanos notaron el distanciamiento y empezaron a sospechar. Blaise Zabini fue el primero en confrontarla.
-Pansy, ¿es cierto lo que dicen? ¿Tú y Granger? -le preguntó en el comedor, inclinándose hacia ella con una mezcla de desconcierto y desaprobación.
Pansy, que llevaba días tratando de evitar este tipo de conversaciones, levantó la vista de su plato con una expresión neutral, pero por dentro estaba luchando por mantener la calma.
-¿Y qué si lo es? -respondió con frialdad, aunque sentía que su corazón latía con fuerza.
Blaise parpadeó, sorprendido por la directa respuesta, pero antes de que pudiera continuar, Draco, que estaba sentado a su lado, soltó un bufido.
-Granger. ¿De verdad, Pansy? -dijo en voz baja, aunque lo suficientemente alto como para que los demás lo escucharan-. Pensé que tenías más criterio.
Pansy sintió una punzada de rabia ante el tono condescendiente de Draco, pero decidió no morder el anzuelo. En lugar de enfrentarse a él directamente, lo ignoró, concentrándose en terminar su comida. Pero sabía que las cosas no se quedarían así. Draco no iba a dejarlo pasar tan fácilmente