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Esperó a que Draco se alejara un poco, aparentemente frustrado por la falta de respuesta de Pansy. Aprovechando la oportunidad, Hermione salió de su escondite y corrió hacia ella, susurrando su nombre.

-¡Pansy!

Pansy se giró bruscamente, sorprendida de ver a Hermione allí. Sus ojos se abrieron de par en par, primero por el shock y luego por el alivio. Sin decir una palabra, corrió hacia Hermione y la abrazó con fuerza, como si temiera que desapareciera en cualquier momento.

-¿Qué estás haciendo aquí? -preguntó Pansy, su voz temblorosa-. No deberías estar aquí, si te ven...

Hermione la sostuvo con fuerza, negando con la cabeza.

-No podía quedarme lejos. No voy a dejar que pases por esto sola, Pansy. Si no puedes escapar, entonces estoy aquí para ti. Juntas podemos enfrentarlo.

Pansy la miró con los ojos llenos de lágrimas no derramadas. Durante días había soportado la presión de su familia, de Draco, de las expectativas que siempre la habían seguido. Y ahora, con Hermione frente a ella, todas esas emociones reprimidas comenzaron a salir a la superficie.

-No sé qué hacer -confesó Pansy, su voz apenas audible-. No puedo seguir viviendo así, pero tampoco puedo simplemente dejarlo todo atrás. Mi familia... todo lo que he conocido está aquí, y siento que me están arrancando en pedazos.

Hermione acarició su mejilla, tratando de calmarla.

-No tienes que tomar una decisión ahora mismo -dijo Hermione-. Pero tienes que decidir qué es lo que quieres, no lo que los demás esperan de ti. Si decides quedarte, lo entenderé. Pero si decides irte, no tienes que hacerlo sola. Estoy aquí para lo que decidas.

Pansy la miró, sabiendo que lo que Hermione decía era verdad. No podía seguir permitiendo que otros decidieran por ella. Pero también sabía que cualquier decisión que tomara tendría consecuencias.

Justo cuando Pansy parecía estar a punto de hablar, una voz familiar rompió el momento.

-Vaya, vaya, ¿qué tenemos aquí?

Hermione y Pansy se giraron rápidamente para ver a Draco, de pie a unos metros de distancia, con los brazos cruzados y una expresión de triunfo en su rostro.

-¿Realmente pensabas que podías venir aquí sin ser vista, Granger? -dijo Draco con una sonrisa cruel-. Esto va a ponerse interesante.

El aire alrededor de ellas pareció volverse más denso. Hermione apretó la mano de Pansy con fuerza, preparándose para lo que fuera que Draco estuviera a punto de hacer.

Pansy, sin embargo, no retrocedió. Respiró hondo y, con una voz más firme de lo que había tenido en días, le respondió.

-Draco, ya basta. Esto no tiene nada que ver contigo. Deja de meterte en mi vida.

Draco la miró con incredulidad, pero antes de que pudiera responder, Pansy continuó

-He tomado una decisión, y no voy a dejar que ni tú ni nadie me diga cómo debo vivir. Estoy cansada de cumplir con las expectativas de todos los demás.

Hermione la miró con orgullo, sabiendo que este era el primer paso para que Pansy tomara el control de su vida.

Draco, sin embargo, no parecía dispuesto a rendirse tan fácilmente. Su expresión se endureció, y sacó su varita.

-Esto no ha terminado, Pansy. Si eliges a Granger por encima de tu familia, estás cometiendo un grave error.

Hermione se preparó para defenderlas, pero Pansy dio un paso adelante, encarando a Draco con una calma que no había mostrado antes.

-No, Draco. El único error sería seguir dejando que tú o mi familia decidan por mí. Esta es mi vida, y he decidido lo que quiero.

El silencio que siguió fue pesado. Draco la miró, visiblemente enfurecido, pero Pansy no retrocedió. Hermione sabía que el conflicto no había terminado, pero en ese momento, Pansy había dado un paso crucial.

Finalmente, Draco bajó su varita con un bufido.

-Muy bien, Pansy. Haz lo que quieras, pero no digas que no te lo advertí.

Con eso, Draco se dio la vuelta y se alejó, dejándolas en un silencio tenso

Amor Prohibido Donde viven las historias. Descúbrelo ahora