Chapter 4

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Otra noche en la familia Styles, la cena transcurrió en un silencio más tenso de lo habitual, al menos para Louis, quien no podía dejar de pensar en Jackson. Su mirada se cruzaba con la de su hijo mayor de vez en cuando, pero Jackson siempre desviaba los ojos hacia su plato, lo que solo aumentaba la preocupación en Louis. Sin embargo, Louis sabía que no era el momento para abordar el tema frente a todos, especialmente con Harry tan despreocupado.

Una vez que terminaron de comer, Louis y los niños comenzaron a recoger la mesa. Harry se recostó en su silla, satisfecho, y observaba a su familia con una sonrisa de orgullo. No cabía duda de que amaba profundamente todo lo que había construido junto a Louis: una hermosa casa, tres hijos a los que adoraba y un matrimonio sólido con el amor de su vida. Para él, todo parecía perfecto.

—Gracias, amor, la cena estuvo deliciosa como siempre —le dijo Harry a Louis, levantándose finalmente de la mesa y plantándole un beso en los labios.

Louis sonrió, aunque su mente seguía en Jackson. —Gracias, cariño. ¿Por qué no ayudas a Oliver a terminar sus deberes mientras yo acabo aquí?

Harry asintió y se dirigió hacia el salón donde Oliver ya había comenzado a sacar sus libros. Mientras Louis terminaba de lavar los platos, Nick se acercó a él, radiante con la idea de hablarle más sobre el omega que tanto le gustaba. Louis le escuchaba, sonriendo mientras Nick hablaba con entusiasmo.

—Mamá, de verdad creo que me va a decir que sí —dijo Nick, sacando brillo a un plato con más energía de la necesaria—. Solo necesito encontrar el momento adecuado.

Louis rió, encantado de ver a su hijo tan emocionado. —Estoy seguro de que lo hará, cariño. Solo sé tú mismo, ya verás que todo saldrá bien.

Pero cuando Nick se fue, dejando a Louis solo en la cocina, sus pensamientos volvieron a Jackson. "No puedo ignorarlo más," pensó. Secó sus manos con un paño y, tras asegurarse de que Harry estaba entretenido con Oliver, fue en busca de Jackson.

Lo encontró en su habitación, sentado en su escritorio con los ojos fijos en la pantalla de su computadora, aunque claramente no estaba prestando atención a lo que sea que tuviera delante. Louis se acercó en silencio y se sentó en el borde de la cama de Jackson, observando a su hijo mayor en ese estado de inquietud que tanto lo preocupaba.

—Jackson —llamó Louis suavemente, haciendo que el chico levantara la vista—. ¿Puedo hablar contigo?

Jackson asintió, aunque parecía nervioso.

Louis respiró hondo, sin querer presionarlo pero también sabiendo que tenía que hacer algo. —Sé que has estado un poco... distante últimamente —comenzó—. Y sé que las cosas con Monica no funcionaron, pero no puedo evitar sentir que hay algo más que te está molestando. Solo quiero que sepas que puedes hablar conmigo de lo que sea, ¿de acuerdo?

Jackson desvió la mirada, incómodo. Había aprendido a ocultar sus emociones, especialmente cuando se trataba de algo que pensaba que no sería aceptado por su padre. Pero con Louis, siempre había sido diferente. Louis lo conocía mejor que nadie. Él no lo juzgaría, eso lo sabía. Sin embargo, el temor seguía ahí, palpitante en su pecho, especialmente después de lo que había visto en la cena con Oliver.

—No es solo por Monica —murmuró finalmente Jackson, su voz apenas un susurro.

Louis sintió que su corazón se aceleraba. Sabía que estaba a punto de escuchar algo importante, algo que su hijo llevaba guardando durante mucho tiempo. —¿Quieres contarme qué pasa? —preguntó con suavidad, sin apresurarlo.

Jackson se mordió el labio, su expresión tensa. —Es solo que... no sé cómo decírselo a papá. Tengo miedo de lo que pueda pensar de mí.

Louis se inclinó un poco hacia adelante, su voz llena de cariño y comprensión. —No tienes que tener miedo de tu padre, Jackson. Harry te ama, y siempre lo hará, sin importar lo que sea. Pero si no te sientes cómodo hablándole de esto ahora, está bien. Solo quiero que sepas que aquí tienes a alguien con quien hablar, alguien que te entiende.

Jackson finalmente levantó la mirada hacia su madre, y por un momento, Louis pudo ver la lucha interna que estaba viviendo su hijo. Sabía que había algo más profundo en sus emociones, algo que Harry probablemente no entendería tan fácilmente. La presión de ser un alfa, el hermano mayor, con expectativas tan claras sobre cómo debía comportarse, lo estaba consumiendo.

—Mamá, creo que... creo que no me gustan los omegas —confesó en un susurro, su voz temblando levemente.

Louis sintió que su corazón se rompía, no por la revelación en sí, sino por el dolor evidente en las palabras de su hijo. Se levantó de la cama y se acercó a Jackson, rodeándolo con un brazo mientras le hablaba en voz baja.

—No pasa nada, Jackson. No tienes que ser como los demás ni hacer lo que todos esperan de ti. Tu felicidad es lo más importante, ¿de acuerdo?

Jackson asintió, pero aún no parecía completamente aliviado. El verdadero problema era cómo reaccionaría Harry. Sabía que su padre tenía expectativas muy definidas sobre cómo debía comportarse un alfa, y la presión que sentía para encajar en ese molde era enorme.

—¿Y si papá no lo entiende? —preguntó Jackson, con la voz quebrada.

Louis suspiró, acariciando el cabello de su hijo. —Puede que al principio no lo entienda del todo, pero tu papá te ama, y con el tiempo, aprenderá a aceptarlo. Pero lo más importante es que tú seas honesto contigo mismo. No puedes vivir tu vida según las expectativas de los demás.

Jackson asintió lentamente, aunque la preocupación aún pesaba sobre sus hombros. Louis sabía que sería un camino difícil, pero estaba decidido a estar allí para su hijo, apoyándolo en cada paso del camino.

>Fanytz

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