Chapter 8

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Harry había comenzado a notar pequeños cambios en Jackson. O más bien, le parecía que su hijo mayor lanzaba ciertos comentarios sobre temas que, según él, no deberían preocupar a un joven alfa de su edad. La noche anterior, mientras veían un programa de televisión, Jackson había dejado caer una observación sobre lo natural que era ver parejas no tradicionales en la pantalla. Harry había sentido una punzada de incomodidad, pero no había querido hacer un gran escándalo.

Esa misma mañana, al sentarse a desayunar con la familia, Harry no pudo evitar abordar de nuevo el tema. Llevaba días queriendo "corregir" lo que él creía que era un desvío de atención en Jackson.

—Jackson —dijo de repente, sin apartar los ojos del periódico mientras mordía una tostada—, no has mencionado si hay alguien que te guste últimamente. Algún omega, tal vez.

Jackson levantó la mirada de su plato, donde solo jugaba con su tenedor sin comer realmente. Sabía que esta conversación estaba por llegar.

—No... no, papá —respondió, con un tono que intentaba ser neutral—. No hay nadie que me interese ahora mismo.

Harry dejó el periódico sobre la mesa y lo miró con una sonrisa que intentaba ser cómplice.

—Bueno, verás... —comenzó, inclinándose hacia adelante—, resulta que el sobrino de uno de mis socios es un omega de tu edad. Un buen chico. Está soltero y pensé que tal vez podríamos organizar algo para que lo conozcas. Quizá congenien y salga algo bonito de eso.

Jackson tragó saliva, sintiendo el peso de las palabras de su padre. No podía ser más obvio que Harry estaba tratando de emparejarlo a la fuerza con alguien que no le interesaba en lo más mínimo. Jackson sabía que debía mantenerse calmado.

—Gracias, papá, pero de verdad, no estoy buscando nada ahora mismo. Además, estoy muy enfocado en mis estudios.

Harry asintió, aunque en el fondo no estaba satisfecho. Su hijo mayor, el que debía estar interesado en los omegas y seguir la línea natural de las cosas, no mostraba ningún entusiasmo. Algo no cuadraba, pero Harry decidió no insistir más por el momento.

Louis, mientras tanto, observaba en silencio desde el otro lado de la mesa. Era doloroso ver cómo Harry no captaba lo que Jackson intentaba transmitir con sutileza, pero sabía que ese no era el momento adecuado para intervenir. Sabía que tenía que ser muy cuidadoso para no levantar sospechas.

...

Esa noche, después de acostar a los niños, Louis se deslizaba en su bata de seda color azul pastel. Le gustaba cómo se sentía la tela suave sobre él, y también cómo los colores suaves contrastaban con su acaramelada piel.

Se acercó a la ventana de la habitación, mirando hacia el jardín mientras Harry se desvestía para dormir. Louis había estado dándole vueltas a una idea durante todo el día. Quería poner a prueba la mentalidad de su esposo, tantear el terreno, ver si había alguna posibilidad de que Harry reaccionara de forma diferente al descubrir algo inesperado sobre su propia familia.

—Cariño —dijo de repente, con un tono ligero mientras se acomodaba en el borde de la cama—, ¿qué pensarías si te dijera que soy bi?

Harry, que en ese momento estaba quitándose la camisa, levantó una ceja y luego soltó una risa baja.

—Louis, por favor —dijo, negando con la cabeza—. Eso no tiene sentido. Estamos casados, tenemos tres hijos. Si fueras bi, ¿no crees que lo habría notado antes?

Louis lo observó, su expresión tranquila pero firme. Sabía que Harry no iba a entenderlo de inmediato.

—No tiene nada que ver con nuestro matrimonio ni con los niños —explicó Louis, girando levemente en la cama para quedar de frente a su marido—. Aunque estuviera casado contigo, eso no cambiaría mi orientación. Si fuera bi, seguiría sintiéndome atraído por otros, independientemente de estar contigo.

Harry se quedó en silencio por unos segundos, claramente desconcertado. El concepto parecía completamente ajeno a él.

—¿De dónde viene esto, Louis? —preguntó Harry, dejando caer la camisa en la silla junto a la cama—. ¿Por qué estás hablando de esto ahora? ¿A dónde quieres llegar con estas preguntas?

Louis sintió una punzada de culpa por ocultarle tanto a su esposo, pero aún no era el momento de soltar la verdad. No podía arriesgarse a que Harry reaccionara mal, no cuando Jackson aún no estaba preparado para enfrentar la situación.

—Solo tenía curiosidad —dijo Louis con una pequeña sonrisa, intentando que su tono sonara casual—. Quería saber cómo reaccionarías, nada más.

Harry lo miró, algo incrédulo, pero decidió dejar el tema. Se acercó a la cama y, mientras Louis ajustaba las almohadas, intentó inclinarse para besar a su omega. Pero Louis se apartó suavemente, aún incómodo por los comentarios recientes de su esposo.

—¿Qué pasa? —preguntó Harry, claramente confundido—. ¿He dicho algo mal?

Louis lo miró y, con un suspiro, se levantó de la cama. Había una frustración creciente dentro de él.

—No es nada, Harry. Solo... no estoy de humor —respondió, mientras caminaba hacia el baño— A veces no entiendo por qué tienes que hacer comentarios despectivos sobre gente que ni siquiera conoces.

Harry frunció el ceño, visiblemente molesto.

—¿De qué hablas? —preguntó, siguiéndolo con la mirada mientras Louis salía del baño y se dirigía a la cocina—. ¿Por qué te molesta tanto lo que digo sobre ese tipo de gente? Nosotros no tenemos nada que ver con ellos.

Louis decidió no responder, simplemente se retiró a la cocina para preparar el lonche que llevarían sus hijos al día siguiente. Le dolía que Harry no pudiera ver más allá de su propio prejuicio, pero aún no estaba listo para abrir esa caja de Pandora.

>Fanytz

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