Chapter 19

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El día de la cita llegó más rápido de lo que Jackson hubiera querido. A pesar de sus intentos por parecer tranquilo, el nerviosismo lo invadía. Aunque no estaba emocionado por ver a Daisy, sabía que este encuentro era inevitable si quería mantener las apariencias y no despertar más sospechas en su padre. Se encontraba frente al espejo de su habitación, ajustándose la chaqueta mientras intentaba convencerse de que todo iría bien.

—Es solo una salida, no es nada serio —se dijo en voz baja—. La chica es amable, no hay manera de que esto salga mal.

Cuando bajó las escaleras, Harry ya estaba esperándolo en la sala, con una sonrisa que irradiaba orgullo. Su padre estaba convencido de que esta cita sería el comienzo de algo importante, y Jackson no podía evitar sentir el peso de esa expectativa sobre sus hombros. Louis también estaba allí, pero su mirada era más reservada. Sabía lo que pasaba por la cabeza de su hijo mayor, y aunque no lo decía, su expresión reflejaba preocupación.

—Vas a estar perfecto —dijo Harry, dándole una palmada en la espalda—. Daisy es una chica encantadora. Estoy seguro de que van a congeniar muy bien.

Jackson forzó una sonrisa y asintió, aunque por dentro sentía que estaba caminando directo hacia una situación que no deseaba.

—Sí, claro —respondió con voz apagada.

Nick, que había estado observando todo desde el pasillo, no pudo evitar hacer un comentario sarcástico.

—Vaya, Jackson, parece que vas a una entrevista de trabajo en lugar de una cita —dijo con una sonrisa burlona.

Jackson lo fulminó con la mirada, pero no respondió. No tenía ánimos para discutir, especialmente con lo nervioso que ya estaba.

—Deja de molestarlo, Nick —intervino Louis, con una ligera sonrisa—. Que vaya tranquilo, que lo importante es que se divierta.

Nick levantó las manos en señal de paz y se alejó, mientras Jackson tomaba una bocanada de aire y se dirigía hacia la puerta. Sabía que no podría escapar de esto, pero esperaba que la tarde pasara lo más rápido posible.

La cita con Daisy transcurrió de manera predecible. Se encontraron en una pequeña cafetería que Harry había recomendado, un lugar tranquilo, alejado del bullicio de la ciudad. Daisy era todo lo que Jackson había esperado: educada, amable y completamente convencional. Vestía un elegante vestido de tonos pastel, con un aire modesto pero refinado, exactamente como se esperaba de alguien con su estatus y de una familia tan devota.

Durante la conversación, Daisy hablaba con entusiasmo sobre su familia, la iglesia y sus expectativas para el futuro. Jackson asentía y sonreía en los momentos apropiados, pero su mente estaba en otro lugar. Sam no dejaba de aparecer en sus pensamientos, y cada vez que lo hacía, sentía una punzada de culpabilidad.

En un punto de la tarde, mientras Daisy hablaba sobre sus actividades en la iglesia, Jackson sintió su teléfono vibrar en el bolsillo. Disimuladamente lo sacó y vio que era un mensaje de Sam. El simple hecho de ver su nombre en la pantalla le dio una pequeña sensación de alivio en medio de la incomodidad de la situación.

Sam: "¿Cómo va todo? ¿Sobreviviendo a la cita?"

Jackson sonrió ligeramente, y con la excusa de ir al baño, se levantó para responderle.

Jackson: "Lo estoy intentando. No es tan terrible, pero desearía estar contigo."

Cuando volvió a la mesa, Daisy lo observaba con una sonrisa tímida, claramente ajena al conflicto interno que Jackson estaba viviendo.

—Me alegra que hayamos salido hoy —dijo Daisy, rompiendo el silencio—. Mi tío siempre me habla maravillas de tu familia. Dice que eres un alfa con un gran futuro por delante.

Jackson asintió, sintiendo cómo la presión aumentaba nuevamente.

—Sí, mi papá también tiene grandes expectativas —dijo, intentando sonar despreocupado.

Pero por dentro, todo lo que podía pensar era en cómo estaba mintiendo, cómo estaba jugando un papel que no le pertenecía. Sabía que no estaba siendo justo ni con Daisy ni con él mismo, pero la expectativa que pesaba sobre él le impedía ser completamente honesto. Quería, más que nada, estar con Sam, abrazarlo y ser quien realmente era, sin tener que preocuparse por lo que su padre o cualquier otra persona pensara.

La cita continuó de manera tranquila, y aunque Daisy era una persona agradable, Jackson sabía que no sentía ningún tipo de conexión romántica con ella. Al final de la tarde, se despidieron con una cortesía educada y acordaron verse en otra ocasión, aunque Jackson sabía que eso no sucedería.

.

Cuando Jackson llegó a casa, Harry lo estaba esperando en la sala, claramente emocionado por saber cómo había ido todo.

—¿Qué tal? —preguntó Harry con una gran sonrisa—. ¿Cómo fue la cita?

Jackson sintió un nudo en el estómago, pero mantuvo la calma.

—Bien —respondió con voz tranquila—. Daisy es muy amable.

Harry asintió, satisfecho.

—Me alegra oír eso. Creo que sería una buena opción para ti. Además, con lo educada que es, podrías estar seguro de que es una compañera ideal para un alfa como tú.

Jackson asintió nuevamente, sin decir mucho más. No quería seguir mintiendo, pero tampoco sabía cómo decirle a su padre la verdad.

—Bueno, me alegra que te hayas divertido —dijo Harry, dándole una palmada en la espalda—. ¿Quién sabe? Tal vez esta sea la primera de muchas citas.

Jackson sonrió débilmente antes de subir a su habitación, donde finalmente pudo respirar con alivio. Sabía que no podía seguir así por mucho tiempo. Tarde o temprano, tendría que enfrentar a su padre y contarle la verdad sobre sus sentimientos por Sam, pero por ahora, solo quería descansar.

Louis, por otro lado, observaba en silencio. Sabía que su hijo estaba atrapado en una situación difícil y que necesitaría su apoyo cuando llegara el momento de enfrentarse a su padre. Mientras tanto, solo podía esperar y estar listo para ayudarlo cuando lo necesitara.

>Fanytz

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