Chapter 16

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Después de la comida, la conversación familiar se prolongó más de lo que Jackson hubiera deseado. Sus abuelas no paraban de contar historias del pasado, especialmente de cuando Harry era joven, y todos parecían encantados recordando esos días. Jackson, sin embargo, no podía dejar de pensar en Sam y en cuánto deseaba estar con él esa tarde. Miraba el reloj de manera disimulada, esperando que la reunión llegara a su fin.

Finalmente, cuando el reloj marcó las tres de la tarde, Harry decidió que era momento de irse. La familia se despidió de los abuelos, con la inevitable repetición de apretones de mejillas para Jackson, Nick y Oliver, quienes soportaron el gesto con la paciencia de alguien que ya estaba acostumbrado a ello.

—Recuerda comportarte, Jackson —dijo Harry en tono paternal mientras salían de la casa—. No llegues tarde.

Jackson asintió rápidamente, agradecido de que la comida familiar hubiera terminado y que finalmente pudiera ir a encontrarse con Sam. Al subir al auto, Louis se giró para mirarlo desde el asiento delantero.

—¿Vas a ver a tus amigos, cariño? —preguntó con una sonrisa suave.

—Sí, mamá. Sólo pasaremos la tarde viendo películas —respondió Jackson, intentando sonar casual, aunque su mente ya estaba en otro lugar.

Louis le dedicó una mirada de complicidad, como si pudiera leer más de lo que su hijo estaba diciendo. Aunque no lo había mencionado explícitamente, Louis sospechaba que Jackson no estaba interesado en pasar la tarde con simples amigos. Había notado ciertos cambios en su comportamiento últimamente, especialmente en cómo hablaba de "Sam", y aunque no había dicho nada, Louis sabía que algo más profundo estaba sucediendo. Sin embargo, decidió no presionarlo, esperando que su hijo confiara en él cuando estuviera listo para hablar.

Al llegar a casa, Jackson prácticamente saltó del coche. Se despidió rápidamente de su familia y salió corriendo hacia el parque donde había quedado de encontrarse con Sam. El parque, un lugar tranquilo con árboles altos y bancos de madera, era el lugar perfecto para pasar el rato sin ser molestados. Cuando llegó, vio a Sam sentado en uno de los bancos, con una bolsa de snacks y dos botellas de refresco a su lado. Al verlo, el corazón de Jackson dio un vuelco.

—¡Jackson! —exclamó Sam, levantándose para saludarlo con una sonrisa amplia—. Pensé que no llegarías nunca.

Jackson sonrió de vuelta, sintiendo cómo toda la incomodidad de la comida familiar se desvanecía en cuanto estaba cerca de Sam. El otro alfa lo abrazó, y aunque el gesto fue breve y casual, Jackson sintió la calidez del contacto y un extraño alivio que solo Sam podía darle.

—Me retrasé por la comida con mis abuelos —respondió Jackson, rodando los ojos—. Ya sabes cómo es.

Sam rió, asintiendo comprensivamente.

—Lo entiendo. Mis abuelos también son igual. Pero bueno, ya estás aquí. ¿Vamos a mi casa?

Jackson asintió, más que dispuesto a dejar atrás el estrés del día. Caminaron juntos hacia la casa de Sam, conversando sobre cosas triviales: la escuela, los partidos de fútbol, y cosas así. Sin embargo, mientras hablaban, Jackson no podía evitar sentirse más cómodo de lo que nunca se había sentido con otra persona. Con Sam, todo parecía encajar de manera natural, como si el hecho de que ambos fueran alfas no importara.

Cuando llegaron a la casa de Sam, el ambiente era tranquilo. Los padres de Sam estaban fuera por el día, lo que significaba que tendrían la casa para ellos solos. Sam le lanzó una mirada cómplice a Jackson mientras entraban.

—Así que... tenemos la casa para nosotros. ¿Qué te apetece hacer primero? —preguntó, guiñándole un ojo mientras le ofrecía uno de los refrescos.

Jackson sonrió, sintiendo una mezcla de nerviosismo y emoción. Era la segunda vez que estarían completamente solos, sin interrupciones ni expectativas externas. Se dejó caer en el sofá mientras Sam encendía la televisión y buscaba una película que ambos pudieran disfrutar.

—Lo que quieras —respondió Jackson finalmente, relajándose mientras abría la bolsa de snacks.

Pronto, la película comenzó, pero ambos alfas estaban más interesados en estar cerca el uno del otro que en lo que pasaba en la pantalla. Sam se acercó lentamente a Jackson, pasando su brazo sobre los hombros de este de manera casual. Jackson no protestó, de hecho, se acercó más a él, disfrutando de la sensación de seguridad que sentía estando a su lado.

Con el tiempo, sus conversaciones fueron disminuyendo hasta que solo quedaron en silencio, y empezando un suave beso compartiendo ese momento de cercanía sin necesidad de palabras. Jackson, por primera vez en mucho tiempo, se sintió libre. No tenía que preocuparse por las expectativas de ser un alfa o lo que la sociedad esperaba de él. Con Sam, podía ser simplemente él mismo, y eso era lo que más apreciaba.

Sin embargo, mientras estaba besando y tocando a Sam, una duda incómoda comenzó a rondar en su mente. ¿Qué pasaría si su padre se enterara? Harry había dejado muy claro lo que esperaba de sus hijos, especialmente en cuanto a las relaciones con omegas. Pero Jackson sabía que lo que sentía por Sam era más fuerte que cualquier expectativa externa. ¿Podría algún día ser honesto con su familia? ¿Podría confesar lo que realmente sentía sin miedo al rechazo?

Por ahora, decidió no pensar en eso. Se acomodó sobre Sam, dejando que el momento hablara por sí mismo, al menos por una tarde más.

>Fanytz

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