Chapter 21

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La segunda cita de Jackson y Daisy fue mucho más intensa de lo que el alfa había anticipado. Aunque al principio había sido más una obligación que un interés genuino, las palabras de aliento de su padre seguían resonando en su cabeza. Para calmar el ambiente, Jackson había intentado mantener la conversación ligera, enfocándose en temas triviales, pero Daisy parecía cada vez más encantada con él.

Se encontraban paseando por un parque tranquilo cuando, en un impulso inesperado, Daisy tomó su mano con delicadeza y se detuvo. Sus grandes ojos lo miraron con una mezcla de timidez y determinación. Jackson no supo qué decir, estaba a punto de hablar cuando Daisy, sin más preámbulo, se acercó lentamente y le robó un beso. Un gesto simple, pero lleno de significados para ella. Jackson, sorprendido, se quedó inmóvil por un segundo, debatiéndose internamente. Sabía que no sentía lo mismo por ella, pero también sabía lo devastador que sería rechazarla tan bruscamente, especialmente sabiendo lo influyente que era su familia y los problemas que atraería.

Así que, en lugar de apartarse, siguió el juego, devolviéndole el beso brevemente para no romper su corazón. Daisy sonrió, visiblemente emocionada por el gesto, y Jackson intentó convencerse de que no estaba haciendo algo tan malo. Solo estaba evitando herirla... ¿verdad?

Desgraciadamente para Jackson, ese beso no pasó desapercibido. Desde una distancia, alguien los había visto y no tardó en correr la voz de que el hijo mayor de los Styles estaba saliendo con Daisy Milton, la sobrina del obispo. El rumor se esparció rápidamente, y para cuando Jackson regresó a casa esa noche, ya se había generado una pequeña tormenta.

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Al día siguiente, Harry irrumpió en la habitación de Jackson con una sonrisa triunfante.

—¡Jackson! —exclamó, visiblemente emocionado—. ¿Por qué no me dijiste que ya estás saliendo oficialmente con Daisy?

Jackson se quedó congelado, sin entender cómo su padre había llegado a esa conclusión.

—¿Qué...? Papá, yo no estoy saliendo con ella —intentó explicar, pero Harry lo interrumpió, su sonrisa ensanchándose aún más.

—No lo niegues, hijo. Alguien los vio besarse, y la familia de Daisy ya lo sabe. Están encantados con la idea de que tú seas su alfa. ¡Esto es fantástico! —Harry estaba radiante—. Es la omega perfecta para ti, Jackson. ¡Una chica tradicional, bien educada, y la sobrina del obispo! Esto no podría ser mejor.

Jackson sintió un nudo en el estómago. Quería decirle a su padre que todo era un malentendido, que no estaba saliendo con Daisy, y que el beso había sido un error. Pero antes de que pudiera explicarse, Harry añadió algo que lo dejó sin palabras.

—La familia de Daisy es muy recatada, Jackson. Besarla en público ha sido algo... un poco atrevido para ellos. Así que sería bueno que aclararas las cosas y dejaras claro que tus intenciones con ella son serias. No podemos dejar que esto termine en malos términos con una familia tan importante.

Jackson sintió que la presión aumentaba. Si no seguía con la farsa, la reputación de Daisy estaría en juego, y no solo la de ella, sino también la de su familia. Así que, resignado, Jackson asintió lentamente.

—Claro, papá. Yo... hablaré con ella —mintió, sabiendo que esto solo lo metería más profundamente en un problema que no sabía cómo resolver.

Mientras tanto, Nick, que había escuchado parte de la conversación, no pudo evitar burlarse de su hermano en privado.

—Vaya, vaya —dijo Nick con una sonrisa irónica cuando Jackson salió de la conversación con su padre—. Así que ahora estás oficialmente con la pequeña Daisy, ¿eh? Nunca pensé que terminarías siendo tan... cobarde. ¿Cuándo le vas a decir a papá la verdad?

Jackson lo fulminó con la mirada, pero Nick no retrocedió.

—Es en serio, hermano. Sigues fingiendo todo esto, pero no te va a llevar a nada bueno. Y Sam... ¿Qué va a pensar de todo esto?

El corazón de Jackson dio un vuelco al escuchar el nombre de Sam. Hasta ahora, había logrado mantener su relación en secreto, pero sabía que no podía ocultarlo para siempre.

Los pensamientos de Louis hacia Jackson era de pura reprobación, sabía que su hijo estaba enredándose más y más en una mentira que solo le traería más problemas. Y mientras Harry parecía más feliz que nunca con la idea de que Jackson hubiera encontrado una omega ideal, Louis podía ver la tensión en los hombros de su retoño. Fingía estar feliz cada vez que su esposo lo miraba, pero no podía evitar desear que su hijo enfrentara la realidad antes de que fuera demasiado tarde.

El verdadero problema llegó cuando Sam se enteró del rumor. En su círculo social, las noticias se esparcieron rápidamente, y para cuando Jackson intentó ponerse en contacto con él, Sam ya estaba furioso. Habían hecho planes para verse el fin de semana, pero ahora Sam no quería saber nada de él.

—¿Así que ahora sales con Daisy Milton? —dijo Sam cuando Jackson finalmente lo encontró en el parque donde solían reunirse—. ¿Todo lo que me dijiste era mentira? ¿Solo soy tu segundo plato mientras buscas una omega para complacer a tu papá?

Jackson intentó explicarse, pero Sam no quería escuchar.

—Me arriesgué a todo por ti, Jackson. Pensé que tú también me querías, pero resulta que eres un cobarde —la voz de Sam temblaba de frustración y dolor—. No puedo creer que estés jugando con mis sentimientos de esta manera.

Jackson sintió que el mundo se le venía encima. No había querido lastimar a Sam, pero ahora lo había hecho, y no tenía idea de cómo arreglarlo. Sam lo miró por última vez antes de alejarse, dejando a Jackson solo y lleno de remordimientos.

>Fanytz

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