Louis llegó a casa de sus padres con la mente abrumada. Después de un largo día, donde los recuerdos del supermercado seguían frescos en su cabeza, sintió la necesidad de compartirlo con su madre. Estaba sentado en la mesa de la cocina cuando ella se acercó, percibiendo la preocupación en los ojos de su hijo.
—¿Cómo te fue hoy? —preguntó su madre, con una suave preocupación en su tono.
Louis suspiró, frotándose el puente de la nariz antes de hablar. —Me encontré con Harry en el supermercado.
Su madre lo miró con atención. —¿Y cómo está él?
—Diferente, pero para mal —respondió Louis, mirando hacia la ventana, perdido en sus pensamientos. —Está más delgado, tiene ojeras, su aroma... su aroma refleja una tristeza tan profunda. Me preocupa, mamá. Me duele verlo así, pero... —Louis hizo una pausa, sus ojos llenándose de lágrimas contenidas—. No puedo volver con él si no cambia. No solo por mí, sino por Jackson.
La madre de Louis lo miró con compasión y le tomó las manos. —Louis, si algo sé de los alfas es que, a veces, se pierden en sus propias creencias. Harry te ama, y también ama a sus hijos, pero está atrapado en esa mentalidad que no lo deja ver más allá. Si quieres salvar tu matrimonio, si quieres que él vuelva a ser el hombre que amas, debes hacerle entender lo que realmente está en riesgo. Persuádelo, hazle ver que, si no cambia, perderá a su familia.
Esas palabras resonaron en Louis. Sabía que su madre tenía razón. Harry debía entender que si no aceptaba a Jackson tal como era, no solo perdería a su hijo, sino a toda su familia. Agradeció el consejo y se preparó mentalmente para lo que venía.
Decidido, Louis tomó las llaves del auto y salió de la casa de sus padres, dirigiéndose a su antigua vivienda. Al llegar, un nudo de nostalgia le apretó el pecho. La casa que una vez fue su hogar, donde tantas risas y momentos compartidos llenaban cada rincón, ahora se sentía vacía, casi como una sombra de lo que fue.
Louis abrió la puerta y entró en la sala, donde los recuerdos lo asaltaron: las noches en familia, los besos robados a medianoche, los abrazos cálidos. Cada paso que daba era un eco de lo que alguna vez fue su felicidad.
Fue en ese momento cuando Harry bajó las escaleras, sorprendido al ver a Louis parado en medio de la sala. Sin pensarlo dos veces, Harry corrió hacia él, sus brazos envolviendo a Louis en un abrazo desesperado. Aspira el aroma de su omega con urgencia, como si ese olor fuera la única cosa que lo mantenía a flote.
—Louis, te he extrañado tanto —susurró Harry con la voz quebrada, aferrándose a él con desesperación.
Louis no resistió, dejó que Harry lo abrazara, aunque él no correspondía con la misma intensidad. También lo había extrañado, pero había una distancia entre ellos que no podía ignorar. Sabía que este momento era solo un alivio temporal de todo el dolor que los había llevado a ese punto.
Cuando finalmente se separaron, Harry notó la carpeta en las manos de Louis. Su corazón se hundió al instante, y el miedo lo inundó.
—Louis... ¿Qué es eso? —preguntó con voz temblorosa, aunque en el fondo ya sabía la respuesta.
—Son los trámites para iniciar el divorcio —confirmó Louis, con la voz suave pero firme.
El mundo de Harry se desmoronó en ese momento. La desesperación lo golpeó con fuerza, y sin pensarlo, cayó de rodillas frente a Louis, abrazando sus muslos, rogando.
—Por favor, no. No puedes hacerme esto. Te lo ruego, no me dejes —dijo Harry, con lágrimas deslizándose por su rostro—. No puedo perderte, no puedo perder a los niños.
Louis miró hacia abajo, sintiendo una punzada en el corazón. Ver a Harry, el hombre fuerte y protector que siempre fue, arrodillado frente a él en un estado de desesperación era desgarrador, pero sabía que debía ser firme. Este no era el momento para ceder.
—Harry, te lo he dicho antes. No quiero esto, no quiero que lleguemos al divorcio, pero no me estás dejando otra opción. No puedo seguir viviendo contigo si no aceptas a nuestro hijo. Jackson no está confundido. Es quien es, y si no puedes aceptarlo, entonces no hay futuro para nosotros.
Harry sollozó, aferrándose con más fuerza a los muslos de Louis.
—Haré lo que sea, Louis. Iré a terapia, hablaré con Jackson. Lo aceptaré, lo prometo. Solo dame una oportunidad más. No puedo soportar la idea de perderlos.
Louis se agachó, colocando una mano en la cabeza de Harry, acariciando suavemente su cabello. Sabía que Harry estaba sufriendo, y aunque lo amaba, no podía seguir adelante sin un verdadero cambio.
—Harry, esto no se trata solo de palabras. Quiero que lo demuestres. No solo por mí, sino por Jackson. Él te necesita, pero te necesita entero, no roto por tus propias creencias.
Harry asintió frenéticamente, con la esperanza de aferrarse a lo que le quedaba de su familia.
—Te lo prometo. Haré todo lo que me pidas.
Louis suspiró, sintiendo el peso de la situación sobre sus hombros, pero finalmente asintió. —Está bien, pero quiero ver cambios reales, Harry.
El alfa, aún con lágrimas en los ojos, levantó la mirada hacia Louis. —¿Puedes... puedes pasar la noche conmigo? Solo esta noche.
Louis dudó por un momento, pero sabía que ambos necesitaban esa conexión, esa intimidad que tanto extrañaban. Así que, suavemente, asintió.
—De acuerdo. Pasaremos la noche juntos.
Ambos se tomaron de la mano y subieron las escaleras hacia la habitación que alguna vez compartieron. Antes de ducharse, Louis habló brevemente con sus hijos por teléfono, informándoles que no llegaría a dormir con sus abuelos y deseándoles buenas noches. Después de colgar, se tomó un baño rápido y se puso las pijamas que había dejado en casa. Harry hizo lo mismo, y pronto ambos se encontraron acostados en la cama, el silencio envolviéndolos.
Harry se acurrucó en el pecho de Louis, refugiándose en su aroma, buscando el consuelo que solo su omega podía brindarle. Mientras Louis acariciaba el cabello de su alfa, su mente vagaba en los recuerdos, en lo que había sido su vida juntos. Por un momento, mientras estaban allí, parecía como si nada hubiera cambiado, como si los errores y las heridas no hubieran dejado cicatrices tan profundas.
Pero Louis sabía que ese momento de paz era frágil. Ambos necesitaban trabajar mucho para reconstruir lo que se había roto. Y aunque esa noche compartían la cama, el camino hacia la reconciliación estaba lleno de desafíos que solo el tiempo y los verdaderos cambios podrían superar.
>Fanytz
ESTÁS LEYENDO
| Traditional Alpha | L.s
FanfictionHarry pensaba que su familia era perfecta y muy tradicional hasta que su hijo... >Harry Alfa. >Louis Omega. Relaciones Boy/Boy. Esta historia tiene contenido homosexual, si eres homofobico este NO es lugar para ti, agradecería que no insultaras mi t...