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Chapter 9

Toda la familia estaba sentada alrededor de la mesa del comedor, disfrutando de un almuerzo juntos. Louis había preparado una ensalada ligera y un asado que llenaba la cocina con un aroma cálido y acogedor. El ambiente era agradable, aunque con una ligera tensión que siempre parecía flotar en el aire cuando Harry sacaba ciertos temas.

—Papá, ¿ya casi es mi cumpleaños? —preguntó Oliver, emocionado mientras jugaba con los cubiertos en la mesa.

Louis sonrió al pequeño, su hijo más joven era un omega dulce y alegre. Sabía cuánto había estado esperando su cumpleaños.

—Así es, cariño —respondió Harry con una sonrisa, aunque ya estaba pensando en lo que Oliver podría querer—. Justamente por eso quiero saber qué tema te gustaría para tu fiesta.

Oliver frunció el ceño, pensando con cuidado antes de responder. Finalmente, con una amplia sonrisa, dijo:

—¡Dinosaurios! Quiero que sea de dinosaurios.

Harry se quedó en silencio un momento, su rostro claramente desaprobador. No le gustaba la idea.

—Eso no es un tema para un omega, Oliver —dijo finalmente, con tono firme—. Los dinosaurios son... más de alfas, ¿no crees? ¿Qué tal algo más suave, como un tema de hadas o princesas?

Oliver bajó la mirada, claramente decepcionado. Los dinosaurios eran su fascinación, y no entendía por qué no podía tenerlos en su fiesta.

Louis, notando la expresión de su hijo, intervino con calma.

—Harry, no seas tan duro —dijo, tocando suavemente el brazo de su esposo—. Los dinosaurios no tienen nada de malo, y es su cumpleaños. Debería poder elegir lo que le gusta.

Harry frunció el ceño, aún no convencido, pero al ver la mirada de Louis y los ojos tristes de Oliver, cedió un poco.

—Bueno... ¿y qué tal si lo hacemos de safari? —sugirió—. Es un poco más neutral, tiene animales, pero no es tan agresivo como los dinosaurios.

Oliver levantó la vista, emocionado nuevamente.

—¡Safari suena genial, mamá! —exclamó, olvidando por completo los dinosaurios. Louis le sonrió cálidamente, contento de haber llegado a una solución que hiciera feliz a su pequeño.

Harry asintió, satisfecho de que la situación se hubiera resuelto sin mayor conflicto. Pero antes de que el tema se cerrara completamente, Oliver levantó una mano tímida.

—¿Puedo invitar a todos mis amigos? Y quiero que vengan mis tíos y mis abuelos también.

Louis asintió, feliz de ver a Oliver tan emocionado, pero Harry aprovechó la oportunidad para añadir algo más.

—Claro, y también pueden invitar a sus citas —dijo Harry mirando a Jackson y Nick con una sonrisa. Sabía que Nick ya estaba interesado en alguien, y pensaba que este era el momento perfecto para motivar a Jackson a hacer lo mismo.

Nick sonrió, encantado con la idea.

—Me parece una gran idea, papá. De hecho, creo que a Ethan le encantará.

Jackson, sin embargo, se removió incómodo en su asiento. Sabía lo que venía a continuación.

—Yo no tengo a nadie a quien invitar —respondió, intentando sonar despreocupado, aunque la incomodidad era evidente.

Harry lo miró con una mezcla de expectativa y ligera frustración. Había estado tratando de hacer que Jackson tomara interés en algun omega, pero no veía avance alguno.

—Es la oportunidad perfecta para presentarte al omega del que te hablé, el sobrino de mi socio ¿recuerdas? —sugirió Harry, su tono dejando claro que era más una orden que una sugerencia—. Es un buen chico, y estoy seguro de que se llevarán bien.

Jackson asintió lentamente, sin otra opción que aceptar la idea de su padre, aunque por dentro se sentía atrapado. No quería conocer a ese omega, pero tampoco quería enfrentarse a la decepción o el enojo de Harry. Sabía que tenía que seguir jugando el papel que su padre esperaba de él.

...

Unos días después, mientras Harry salía del baño de la sala, se detuvo frente al mueble donde uno de sus hijos parecía haber dejado algo. Una billetera.

Curioso, la abrió para ver de quién era, y lo que encontró dentro lo dejó paralizado. Entre los billetes y tarjetas, había un pequeño sticker con una bandera que reconoció de inmediato: la bandera de la comunidad Alfa x Alfa.

Su estómago se revolvió. Recordaba perfectamente aquella ocasión en la que había atendido a unos clientes que llevaban esa insignia en sus chaquetas. Le había disgustado profundamente en ese momento, aunque había fingido neutralidad profesional, pasando la venta a un compañero. No trataba con ese tipo de gente.

Con la billetera aún en la mano, su mente comenzó a girar rápidamente. Esto no podía ser real, no en su familia. Pero ahí estaba, la pequeña pegatina dentro de la billetera de uno de sus hijos.

Harry respiró hondo, tratando de calmarse, pero la pregunta ya ardía en su mente: ¿Por qué Jackson llevaba esa pegatina?

Sabía que tenía que enfrentarlo, pero también sabía que necesitaba una explicación muy convincente. No podía ni quería creer que Jackson estuviera relacionado con algo así. Pero al mismo tiempo, no podía ignorarlo.

>Fanytz