𝚁𝚘𝚒𝚎𝚛 2.

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La niñera parte dos
Este capitulo es demasiado largo.

A la mañana siguiente, como de costumbre, Roier se fue. La noche anterior casi nos besamos, y puedo jurar que su pequeño niño nos vio. Agradecía que Bobby aún no estaba totalmente despierto para ver aquella imagen: su niñera y su padre viudo besándose.

Sigo sintiendo el calor de su proximidad mientras preparo el desayuno para Bobby. No puedo dejar de pensar en lo que casi sucedió anoche. ¿Qué habría pasado si no nos hubiéramos detenido? ¿Cómo habría cambiado todo? Cada vez que lo veo, las preguntas no hacen más que multiplicarse.

Bobby, todavía con los ojos entrecerrados, entra a la cocina arrastrando su arañita de peluche. Me mira con una mezcla de inocencia y curiosidad, como si supiera que algo extraño pasó. Mi corazón se acelera. ¿Nos habrá visto realmente?

Intento mantener la calma. Le sirvo su cereal favorito y me esfuerzo en sonreír, pero sé que la sensación de incertidumbre está ahí, persiguiéndome. ¿Y si Roier sintió lo mismo? ¿Habrá pensado en esto durante la noche o simplemente lo dejó pasar?

¿Qué clase de preguntas me hago? Roier es un tonto, y yo solo debo actuar como si esto nunca hubiera pasado. Digo que es lo mejor para todos. Además, no quiero tomar el lugar de Jaiden; era una mujer increíble, y desde su muerte, aún sigo creyendo que está aquí, cuidando de su hijo. Tal vez no tanto de Roier, aunque sé que muy en el fondo ella lo amaba.

A medida que preparo el desayuno, la imagen de Jaiden me viene a la mente con una claridad dolorosa. Su risa, su forma de cuidar a Bobby como si fuera el tesoro más precioso del mundo. ¿Qué diría ella si supiera lo que está pasando entre Roier y yo?

Como sea, lo importante es que iremos a ver a Jaiden el día de hoy y, si mi memoria no me falla, el cumpleaños del pequeño no tarda en llegar. Así que debo pensar en qué regalo le voy a dar.

Las horas pasan y se sienten muy rápidas, ya que me dedico a limpiar, aunque ya sé que eso no es mi trabajo, pero desde que vivo bajo este techo lo hago. Absorta en mis pensamientos, logro escuchar que tocan la puerta, así que voy a abrir y, para mi sorpresa, son Juana y Osvaldo.

—¡Que onda mien!

— hola– regreso el saludo con una sonrisa. Miro a la pequeña de trenzas que sin decir una palabra me da un abrazo y luego se va corriendo donde está Bobby

— Estuvo chingue y jode que quería venir— explico el de lentes mientras caminaba hacia el sofá y se sentaba— ¿Dónde está Roier?

— Fue a hacer un trato con Spreen creo– conteste restándole importancia

— Bueno... Irán hoy a ver  a Jaiden ¿No?

— Si

— Sabes ella algunas veces mencionaba tu buena conexión con Roier

Aquello me hizo recordar de nuevo el casi beso con el mencionado, de inmediato me sentí algo avergonzada y juraría que mis mejillas estaba ardiendo.

—¿Porque esa cara?— cuestionó Valdo con curiosidad— paso algo verdad

—¿Que? No de ninguna manera— respondí muy rápido

— Vamos ______ puedes decirme en confianza

— No porque andarás de chismoso con media isla

— Que tristeza mien... Ahí luego luego se ve que no me tienes confianza

— Lo hago porque te conozco Mariana

El de lentes fingió llorar y luego se rió. Después de aquello lo invite a desayunar al igual que así hija quien gustosos no se negaron a comer. Tras un par de horas los dos se retiraron, Bobby por su parte estaba cansado de jugar así que lo bañé y lo deje en la sala dibujando en lo que cocinaba la comida. Cada segundo miraba la hora, ya casi llegaba Roier y desde lo de anoche trato de evitarlo. 

𝙊𝙣𝙚 𝙨𝙝𝙤𝙩𝙨 //QSMPDonde viven las historias. Descúbrelo ahora