𝚁𝚘𝚒𝚎𝚛 3.🔞

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La niñera parte tres
Sexo explícito

El beso me sorprendió por completo. Era como si el tiempo se hubiera detenido, y el mundo a nuestro alrededor se desvaneciera. Su suavidad me envolvió, deshaciendo lentamente las barreras que había levantado. Un torrente de emociones me invadió: deseo, confusión y un profundo anhelo que había estado escondido desde hacía tanto tiempo.

Cuando finalmente se separó, mis ojos se encontraron con los suyos, llenos de una mezcla de esperanza y miedo. No sabía si debía sentirme aliviada o aterrorizada. La habitación estaba cargada de tensión, pero no solo por la situación; había una conexión palpable entre nosotros, algo que no podía ignorar.

—Roier... —empecé, pero no sabía cómo seguir. Las palabras se atoraron en mi garganta. ¿Qué significaba esto para nosotros? ¿Y qué pasaría con Bobby?

—No digas nada —interrumpió, alzando una mano. Su expresión era seria, casi suplicante—. Solo quiero que sepas que estoy aquí. Que no quiero que esto se acabe.

—Pero Bobby... —insistí, buscando una manera de aferrarme a la realidad. Sabía que, aunque había sido un momento increíble, había más en juego que solo nosotros.

—Bobby no tiene que enterarse de esto ahora —respondió, su voz más firme—. Necesito que comprendas lo que siento. No puedo seguir con esta carga. He estado callando esto demasiado tiempo.

Miré hacia abajo, sintiendo el peso de sus palabras. ¿Era egoísta pensar solo en lo que yo quería? ¿Podía arriesgar la estabilidad de nuestra relación con Bobby por un impulso tan apasionado?

Era complicado, sí, pero Roier me tenía hechizada. Cada vez que lo miraba, sentía que el mundo se desvanecía a nuestro alrededor, y esa conexión que compartíamos era casi mágica. Me gustaba, y realmente me importaba ese niño. Bobby había encontrado en mí un refugio, una figura materna que él había perdido, y yo había hecho lo posible por ser eso para él. Pero ahora, había algo más que me empujaba hacia Roier, algo que había anhelado durante tanto tiempo.

Los recuerdos de nuestras risas compartidas, las miradas furtivas, los momentos robados en los que sentía que el tiempo se detenía, comenzaban a cobrar vida en mi mente. Había algo tan atractivo en la forma en que me miraba, en cómo su voz se tornaba profunda y serena cuando hablaba de sus sentimientos. Era difícil ignorar el deseo que despertaba en mí, la necesidad de explorar lo que podría haber entre nosotros.

—Roier —lo miré fijamente, sintiendo que la gravedad del momento nos envolvía—, si vamos a hacer esto, quiero que sea bien.

—Claro —respondió, su expresión seria pero llena de compromiso.

—Se lo diremos a Bobby, pero no ahora, ¿sí? —agregué, buscando asegurarnos de que ambos estuviéramos en la misma página.

—Lo que sea para estar contigo —dijo, y sin más, me volvió a besar.

El contacto de sus labios con los míos encendió una chispa que me hizo olvidar por un instante todas las preocupaciones que me atormentaban. Era como si el mundo se detuviera y todo lo que importaba era ese momento, la conexión intensa y pura que compartíamos.

Apenas me separé de él, sonreí. Sabía muy bien que Bobby me amaría más por el hecho de que era como su mamá. ¿Jaiden pensaría lo mismo? Ella era mi amiga... Sin duda, hubiera querido esto.

Regresamos a la fiesta, y vi cómo Bobby estaba tan feliz de estar con su familia y amigos en su cumpleaños. Todo pasó tan rápido: las mañanitas, el pastel, la piñata. Cada momento estaba lleno de risas y alegría, y me sentía agradecida de poder ser parte de todo eso.

𝙊𝙣𝙚 𝙨𝙝𝙤𝙩𝙨 //QSMPDonde viven las historias. Descúbrelo ahora