𝙊𝙣𝙚 𝙨𝙝𝙤𝙩𝙨 //QSMP

𝙴𝚇𝙿𝙾𝙽𝙸𝙴𝙽𝙳𝙾 𝙸𝙽𝙵𝙸𝙴𝙻𝙴𝚂

GuapoDuo
Comedia

—Bueno, estamos aquí en otro capítulo más de Exponiendo Infieles. Mi nombre es Cherry Rodríguez, ¡y acompáñenme a ver si en esta isla hay parejitas fieles! —dijo la chica del listón verde con una sonrisa, mirando a la cámara.

A lo lejos, se encontraban dos jóvenes disfrutando un té, Chunsik y Nacho. Ambos tenían el cabello blanco, uno con ojos verdes y el otro de ojos oscuros. Chunsik lucía un hermoso sombrero de su cultura coreana, mientras que Nacho llevaba una máscara muy similar a la que usaba su padre.

—¿No te parece hermoso? —dijo Chunsik, mirando el campo de flores que los rodeaba.

Nacho no contestó; su mirada estaba fija en un grupo de adolescentes que rodeaban a una pareja, a la cual, por influencia de su padre, él detestaba.

—¿Qué miras? —cuestionó el del sombrero. Al no recibir respuesta, miró en la misma dirección—. ¿Quieres ir con ellos?

De nuevo, Nacho no contestó. Llevó la mano al broche de su máscara, se la quitó, miró a su acompañante y negó con la cabeza.

—A mí me gustaría ir, pero tengo miedo de no entenderles —dijo el coreano, algo ilusionado.

—Es culpa de ellos por no saber coreano —respondió Nacho sin más, ajustándose los broches de las orejas de osos antes de darle un sorbo al vasito con té.

—Sé inglés, pero mi acento no es el mejor —murmuró Chunsik.

—No veo necesario estar con ellos.

—Yo digo que deberíamos hablar con otras personas.

—Me ofende.

—Me agrada estar contigo, pero... ¿no crees que deberíamos hablar con otras personas que no seamos nosotros?

—Tú hablas con tus padres, yo hablo con el mío. Esas son las otras personas.

Chunsik negó con la cabeza; sabía de sobra que su amigo era muy reservado y no lo culpaba. Desde muy pequeño, su padre lo rechazaba mucho, y el niño solo quería algo de amor. Para conseguir ese amor, o al menos el respeto de Cucurucho, tuvo que hacer algo horrible.

Regresando con nuestra pandilla tercermundista, los niños habían aplicado la misma fórmula que la pareja anterior.

—Hola, amigos. ¿Ustedes son pareja? —dijo la joven, acercándose a dos hombres que disfrutaban de un picnic.

—¿Qué onda, Cherry? —saludó el de bandana azul.

—Cállese, usted no me conoce —respondió la joven—. ¿Cómo se llama?

—Roier.

—Cellbit.

—¿Qué onda, Roier y Cellbit? Mi nombre es Cherry y vengo a premiar la fidelidad. ¿Ustedes son fieles?

—Súper fieles —contestó el brasileño.

—Entonces, si reviso su celular, ¿no encontraré nada?

—Pues no —dijo Roier—. Estamos recién casados, estamos bien.

—Bueno, va, cien por sus fotos.

—¡Sobres! Dinero es dinero —respondió el mexicano, sacando su celular.

—Y ni siquiera tuve que pedírselo —dijo entre risas la chica, tomando el celular—. Ok...muchas fotos con sus retoños —la chica miró a Bobby y le sonrió—. De bebé eras muy hermoso.