Hace siglos que nadie pisa el palacio celestial de Uranos, el cielo aquí es color rojo escarlata, el simple hecho de estar aquí me da escalofrios.Muchos suelen decir que Gea se esconde aquí, porqué nadie ha sabido de ella.
Yo la encontraría.
Sabía que mi amor por Hope me llevaría a hacer una locura.
Pero no podía demostrar tener miedo.
—Estos escalones no parecen tener fin— Dije para mi misma, aunque mi cuerpo era inmortal podía sentirme cansada.
El palacio de uranos es impotente y silencioso, ¿Es por la causa de la muerte de Uranus? ¿Por qué el cielo aquí es rojo?
—Hija del trueno, del rey del Olimpo —Sono una voz suave pero profunda—. Sabía que vendrías. El destino siempre conduce a los que buscan la verdad.
Mientras mas buscaba una presencia menos la veía.
—Por favor te pido que me hagas honorable para tu presencia Abuela.
A lo lejos, una figura envuelta en una túnica verde se movía lentamente entre los árboles que crecían en la sala del trono, un claro testimonio del poder de Gea sobre la naturaleza.
Me acerque a ella con cuidado temerosa de lo que podía pasar.
Sabía que Gea odiaba a mi padre por la muerte de Cronos, así que debía ser muy cuidadosa con ella.
—¿Sabes por que he venido aquí?— Pregunte nerviosa.
—Siempre los observo desde aquí— Respondió ella con una voz dura— El olimpo siempre ha temido entre el poder de los dioses y los humanos, creen que son ellos insignificantes, hasta que descubren que una humana tiene el poder de eliminarlos. Es por eso que has venido a mí, ¿verdad? Buscas una forma de salvar a tu juguete.
¿Por qué tienen que llamarla así?
—La naturaleza siempre ha tenido sus propias reglas, y también sus excepciones. Tú, querida Rea, tienes el poder de cambiar el destino, pero a un costo. —Gea hizo una pausa, observando cómo las hojas comenzaban a brillar con una luz suave bajo su toque—Si lo que deseas es protegerla, debes convertirla en algo más que una simple mortal, entonces debes compartir con ella tu propia esencia.
—¿Mi propia esencia? ¿Que quieres decir con eso?— Pregunte con sorpresa.
—Mi sangre —dijo Gea —La misma sangre que fluye por tus venas, tiene el poder de la creación y la transformación. Tu padre es el hijo del trueno, pero tú, Rea, eres hija de la tierra. Si quieres que Hope sobreviva a las tormentas que vendrán, deberás darle una parte de ti. Tu sangre la transformará en algo nuevo la primera semidiosa.
—¿Semidiosa? ¿Quieres decir que ella sera humana y Diosa a la vez?
Gea asintió con una sonrisa macabra y dijo:
—Solo dale un poco de tu sangre, deja que ella sea tocado por lo divino. Su destino cambiara, y no estará atada al olimpo, pero tampoco será completamente libre del mundo mortal.
—¿Sera ella como yo? ¿No podrá morir?— Necesitaba tener esta respuesta clara.
—Solo tú podras acabar con ella, nadie más.
—¿Esto traera problemas?
—Depedende de ti, y de lo que eres capaz de hacer por salvar a tu amor. Zeus acabara con ella solamente con parpadear.
—Lo haré —Respondí con una convicción nueva—. Compartiré mi sangre con ella. Si esa es la forma de salvarla, entonces no dudaré.
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Eterna condena
RomanceHope creía ser una simple mortal, pero todo cambia cuando conoce a Rea, parece como una chica de 17 años pero en realidad tiene 124 años, pasó toda su vida huyendo cambiando de países para que nadie descubriera su secreto, hasta que un día regresó a...