Especial 7

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En mi encuentro con mi amor, me quise alejar de las miradas del olimpo, decidí pasar esta tarde en el lugar de Hope, habia algo en este lugar que lo convertía en especial.

Quizás era lo que tenía planeado, quiero pensar que no soy egoísta. Pero es que amo tanto a Hope que haría todo por ella.

—Quiero que este momento sea nuestro —Comente mientras me detenía frente a una pequeña tienda donde tatuajes.

Nosotros no podemos hacer eso, pero queria tener algo simbolico junto a ella, y aquí todo parecía posibile.

—¿Estás segura? —preguntó ella con una sonrisa mientras tocaba la puerta del lugar.

—Sí, quiero que llevemos esto con nosotras para siempre. La luna y el sol. La oscuridad y la claridad. Dos lados de un mismo amor. Tú llevarás la luna y yo el sol. Para recordarnos que, sin importar lo que suceda, siempre habrá una parte de mí en ti, y una parte de ti en mí.

—¿Dices eso por que algún día voy a morir?

No, ¡jamás dejaria que mueras Hope! no mientras yo pueda hacer algo.

Sonreí con tristeza, y esa mañana sellamos nuestro amor a través de algo simbolico.

Hacer el amor con Hope era maravilloso.

Podía amarla en cualquier lugar y no tenía que dar explicación.

Solo bastaba con cerrar los ojos y estar en nuestra pequeña burbuja.

Salir a caminar de su mano también era liberador, nadie nos hacia preguntas, cuando los seres humanos me veían pasar a sus lados, ellos simplemente bajaban la cabeza.

Quería creer que era por respeto, pero sabía que era por miedo.

Tenía el poder de hacerlos imaginar lo que ellos quisieran, pero cuando estaba aquí no tenia miedo a que me vieran con Hope.

Hasta que me vio Napoleón.

—Querida Rea —Saludo él, inclinando levemente la cabeza—. No esperaba encontrarme con alguien de tu calibre en un lugar como este. ¿Qué te trae al mundo de los mortales?

—Asuntos personales —Respondí con cautela— Nada que deba preocuparte.

—¿Que haces aquí con la humana?

—¿Ser el mensajero de mi padre te hace especial? Eres humana igual que ella— Respondí con rabia — No es tu problema lo que hago aquí.

—Oh, pero todo lo que ocurre en el mundo mortal tiende a interesarme —respondió, con un tono que insinuaba más de lo que decía—. Los lazos entre dioses y mortales son fascinantes.

—Napoleón— Me acerqué a el modo amenaza para susurrarle al oido— ¿Sabes que te puedo hacer desaparecer con solo parpadear? No puedes compararte con Hope, en unas horas ella sera tan importante como yo.

Me arrepentí de inmediato, pero no había vuelta atras.

Supongo que no podemos retar lo que esta destinado a ser.

Invite a Hope a entrar a un bar, tenía que darle mi sangre cuanto antes.

Ella ni siquiera dudo en tomar la copa, me arrepentí de manipular su mente, me arrepentí porque se que ella nunca podría perdonarme, si este era el destino, si así sería el destino, prefería que ella estuviera viva, así me odiara por el resto de su vida.

Eterna condenaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora