Rea

25 1 0
                                    

Una parte de mi estaba dolida, y la otra necesitaba hacerlo por Hope, no aceptaba la idea de que ella me odiara, pero no la culpo. Quizás fui egoísta, pero soy consciente que hace años atrás ella habría hecho lo mismo por mi.
Así era nuestro amor: Egoísta.

Sin embargo estoy aquí en el altar complaciendo a mi padre, a punto de casarme con Apolo, y el muy idiota osa por hacerme esperar, a mi.

—¿Estás segura de lo qué haces? — Pregunta Cal

— ¡No! Pero he de hacerlo.

—¿sabes que nunca te lo va a perdonar?

—Ya me odia, ¿que más da?

—¿Te vas a casar con Apolo por remordimiento?

—No es eso Cal, si padre se entera, sabes lo que puede pasar — Bajo la voz y me la llevo al fondo — ¿Padre no te ha preguntado por tu madre?

—Creo que está tan feliz por tu boda, que ni siquiera le importa quien está a su lado — Dice señalando a la dirección de mi padre, junto a él se encuentra un espartano.

—¿Que le dirás cuando te pregunté?

—Rea, padre siempre ha sido consciente de las aventuras de mi madre, así que definitivamente se va a creer que se fue con  Dafnis

Veo a Apolo llegar junto a Jacinto, y me enojo.

Descarado.

Miro a padre sonreír con orgullo, y camina hacia a mi

—Estas haciendo lo correcto Rea — Planta un beso en mi cabello, y me toma del brazo.

Lo voy a hacer, me voy a casar con mi hermano.

Mientras me dirijo hasta el altar, no puedo dejar de imaginar a Hope aquí, me gustaría que fuese ella quien estuviera esperándome, ni siquiera haría falta nadie a nuestro al rededor, seríamos ella y yo como siempre en nuestra burbuja, y todo sería perfecto.

—Hermanita — Me llama Apolo sacándome de mis pensamientos, y al escucharlo llamarme como lo hace me parece enfermo, que ganas de vomitar tengo.

—Hijos míos, que feliz me hacen, llevo más de un siglo esperando esto y por fin ha llegado el momento, así siempre lo ha querido el destino, son tal para cual y me emociona la llegada de un hijo de ustedes dos — Padre nos da su bendición, y se para al frente de nosotros.

Llego el momento.

—Ahora serás mía por siempre hermanita— Dice Apolo con una sonrisa reluciente en su rostro

—Cállate, tú y yo sabemos porque me voy casar contigo.

—Voy a guardar muy bien tu secreto.

—Y yo el tuyo — El luce confundido y aprovecho mi jugada, me acerco a él asimilando que lo estoy abrazando — Nadie en el Olimpo querrá saber lo qué haces con Jacinto y Cipariso, ¿Te imaginas que te expulsen? Yo también se cosas, hermanito — Con esto me retiro, y al ver su rostro lleno de miedo me siento victoriosa.

—Hermanos, estamos aquí para anunciar la boda de Apolo y Rea, mis amados hijos, destinados a ser siempre uno porque así lo dijo el oráculo, con orgullo uno a estas dos almas hasta la eternidad — Padre es el primero en tomar vino, y se lo ofrece a Apolo, el duda en tomarlo pero lo hace al final, cuando me pasan la copa a mi, volteo a ver a mi hermana con su cara de decepción, parece que después de todo la que nunca podré perdonarme que me case con Apolo, será ella.
Así que lo hago, tomo del vaso.

Apolo y yo, somos uno.

—Después de todo conseguiste hacerlo Apolo — Artemisa se acerca a nosotros con una sonrisa, muchos la asocian con Apolo por su parecido, y yo todo lo que veo es a Leto en ella , son tal para cual, jamás podré olvidar la ira de mi madre cuando se entero que padre había tenido gemelos con su amante, ellos parecen mayores que yo, pero la verdad es que nací 12 años antes, no se como lo hicieron, pero pasaron de bebes a adulto en tan solo 9 días.

Desde entonces no envejecieron más.

En cambio, yo como todas mis hermanas hacemos el proceso de crecimiento; en el mundo terrenal aparento tener 18 años,  aquí luzco como alguien de 22.

Pero Apolo y Artemisa nunca envejecerán, ellos tendrán para toda la eternidad 20, es por eso que en el Olimpo los consideran los dioses más guapos.

Han superado a mi tío Pose.

—¿No te parecen la pareja más hermosa del Olimpo Artemisa? — Pregunta padre.

Ella asiente con una sonrisa y lo abraza.

—¿Que se siente saber que dentro de nada serás abuelo? —Pregunta ella

—Lo veo un poco difícil ahora, pero no imposible. Tus hermanos ni siquiera se han dado un beso por su sagrado matrimonio.

Uy, de sólo pensarlo me da asco.

—No hace falta padre — Respondo de inmediato
Pero entonces Apolo se me acerca, y me besa, y cuando me doy cuenta tengo su lengua en mi garganta.

Nunca había besado a otra persona, mis labios siempre habían rozado a los de Hope, y aunque los de Apolo eran mucho mas carnosos que los de mi Hope, no me llenaban para nada.

—Hasta la eternidad hermanita — Me da un casto beso en las mejillas y se aleja de mi.

Lo hice, me casé con Apolo.
He de salir corriendo de aquí.
Quería ir al templo, todo mi cuerpo moría por sentir la presencia de Hope, pero era demasiado peligroso, hoy todos estaban aquí, y no podía arriesgarme a que alguien viera a mi amor.
Opte por ir a la celebración de mi matrimonio, y al ver a mi abuela sentada en el trono, me emocione.

—¿He de preguntar por qué has decidido casarte con tu hermano?  — Pregunta mi abuela sin más, no le respondo nada, simplemente me lanzo a sus brazos, ella siempre ha sido mi refugio.

Entonces me permito llorar.
No voy a invalidar mis emociones, ni mis sentimientos.
Me permito llorar por lo que fue con Hope, y no tuvo final, me permito llorar por todas las veces que la vi follar con alguien, me permito llorar por la vez que se enamoro en Argentina, y por la primera vez que le dijo te amo a otra persona y de verdad lo sintió, me permito llorar por las locuras que soy capaz de hacer porque ella esté bien, aunque me gane su odio, pero sobre todo me permito llorar porque no la podré despertar.
No por ahora.

—Permítete sentir Rea, se que no lo entiendes, pero para que sigamos existiendo se requieren sacrificios. ¿Por que crees que casamos a tus padres? De no haber sido por la avaricia de tu abuelo, todo sería diferente, pero no es así, tú padre estaba en la obligación, y en un abstracto Apolo y tú tendrán la obligación de casar a sus hijos también.

Lloré con más fuerza.
1: La idea de tener hijos con Apolo no me gustaba.
2: Tener que casar a mis hijos mucho menos.

—¿Sabes que tu padre se molestara cuando se enteré que mataste a su esposa?
Me estremezco

—¿cómo lo sabes?

—Yo se todo lo qué pasa en El Monte Olimpo, jamás lo olvides — Veo como me juzga con su mirada y me entristece  — Sabes que debes sacar a esa muchacha de tu templo, recuerda que la mayoría le es fiel a tu padre, alguien puede verla, y todo esto puede cuásar una guerra.

—¿A donde puedo llevarla y que esté segura? La única manera de ocuparme de ella es que se quede conmigo.

—Rea....  — Mi abuela me toma la quijada y me da una mirada de advertencia  — Te has casado con Apolo, has de irte a vivir con el, piensa que hiciste lo correcto y salvaste a tu familia, ¿habrías preferido sacrificar a tu familia por una humana?

La verdad es que no, pero todo puede depender de que tan bien esté Hope.

—Y sácala de tus pensamientos, todos podemos oírte.

—Esposa mía — Me reclama Apolo, a su lado se encuentra Hefesto quien tiene un arco en la mano.

—He traído un regalo para usted mi reina — Me ofrece el arco, que tomo genuinamente.

No es un mal regalo, de hecho es muy lindo, lo único que le cambiará es el Apolo y Rea, del resto es perfecto.

Apolo se acerca a mi, y me susurra en los labios

—Ya casi es hora de hacerte el amor, esposa mía.

Y con tan tomo imaginarlo, todo empieza a darme vuelta

Eterna condenaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora