05.La noticia

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Dani's version:

Han pasado ya tres meses desde que llegué a Madrid, y la vida aquí ha sido una montaña rusa. Cuando Gago me envió, sinceramente no sabía qué esperar. Me imaginaba que sería complicado, pero esto ha sido mucho mejor de lo que imaginé, Trabajar con el Real Madrid ha sido... impresionante, pero también agotador.

Los días comienzan temprano, y desde que me asignaron al equipo de comunicación y prensa, el ritmo no ha parado. Me he metido en todo: ruedas de prensa, estrategias de redes sociales, e incluso en la organización de eventos importantes del club. A veces siento que no me alcanza el día, y otras veces siento que me falta oxígeno. El ambiente es competitivo, todos son profesionales de altísimo nivel, y no puedes dejar de dar el 100%, ni un solo día.

Además, ver los entrenamientos, los jugadores en acción, estar tan cerca de un club que tiene fanáticos por todo el mundo... es algo que jamás imaginé vivir. Hay días en que todavía no me lo creo.

Pero también ha habido momentos difíciles. A veces me siento sola, a pesar de estar rodeada de gente. Echo de menos a Mari, a pesar que hablo diario con mi hermano y respondo los memes del piojo o los mensajes que me envía el tiloncito o el tala, los extraño y sobre Alan, ya no lo sigo en redes sociales y aunque trato de no pensar en él, Madrid tiene una forma rara de hacerme recordar cosas, como si esta ciudad estuviera empeñada en hacerme reflexionar sobre el pasado.

Creo que me llevo muy bien con Bellingham, sí me lo besé, pero nada formal... por ahora, al igual que me llevo bien con Mario, de ahí en fuera, con los otros solo lo básico.

También tengo a Liah mi real de aquí de Madrid y la única chica que me habla.
He intentado hablar con otras chicas, pero cuando se enteran de trabajo con el Real Madrid, solo me dan por "una fácil"o quieren que les de el número de los jugadores y si yo hago eso, es seguro que me corren y pues no.

Muchas cosas sorprendentes han pasado y la más sorprendente fue la que me enteré hace un mes.


Flasback:

Llevaba semanas sintiéndome extraña, pero no le di importancia. Pensé que era por el cambio de vida, el estrés del trabajo con el Real Madrid, las nuevas responsabilidades, y, claro, la adaptación a una ciudad tan grande como Madrid. Cada día era una carrera contra el reloj, entre entrenamientos, reuniones, eventos del club... pero el cansancio empezó a ser diferente.

Primero fueron las náuseas.

"Debe ser algo que comí" me dije. Luego vino el sueño constante, esa sensación de fatiga que no me soltaba. Pensé que era el desfase horario o la presión de estar a la altura en un club tan exigente. Y quisiera descartar lo del embarazo, porque yo no he tenido antojos y eso se me hace raro... pero también me di cuenta de que llevaba casi cuatro meses sin tener mi periodo, algo dentro de mí se encendió, como una alarma.

Estaba en mi departamento en el centro de Madrid, agotada después de un día largo en las oficinas del club. Mientras me preparaba para dormir, me detuve de golpe.

¿Cuatro meses? ¡Cuatro meses! La última vez que me vino el periodo fue como dos meses antes de llegar a España, justo antes de ir a  Mazatlán, creo yo. Un frío recorrió mi cuerpo.
"No puede ser" pensé tratando de convencerme de que era solo el estrés.

Pero no podia ser posible.

O sea, estamos hablando de si me acosté con Alan dos veces, pero en las dos veces nada salió mal. Porque solo me acosté con él.

Ay diosito, si quiero ser mamá, pero en estos momentos y menos si el papá es quien creo que es.

Batallando y quejándome me quedé dormida.

Al día siguiente, salí de mi "trabajo" más temprano de lo habitual, buscando la farmacia más cercana. Compré una prueba de embarazo y me volví al departamento lo más rápido que pude.

La dejé sobre la mesa por horas, sin atreverme a usarla. Todo el trabajo pendiente parecía desaparecer de mi mente; solo podía pensar en ese pequeño test de plástico.

Observé la prueba otros diez minutos pensando en eso, pero me armé de valor y lo hice. Fueron los cinco minutos más largos de mi vida, esperando ver las dos líneas.

.....

Y en un abrir y cerrar los ojos, ahí estaban. Claras, evidentes, imposibles de ignorar.

Estaba embarazada.

¿Cómo? Exactamente ¿Cuanto tiempo tenía? Supongamos si fue la primera vez que pasé la noche con Alan debería de tener como casi cinco, casi seis meses, si fue la segunda vez en Mazatlán debería tener cuatro meses, pero mi panza no se me notaba, o sea de que si me veía diferente, pero igual creí que era el cambio, mi panza era pequeña.

Un nudo se formó en mi garganta y las lágrimas comenzaron a rodar, una mezcla de miedo, sorpresa y un poquito de alegría.

No podía hacerle caso a una simple prueba de embarazo que compré en una farmacia de Madrid, ocupaba ir al doctor.

Porque estaba sola en Madrid, lejos de todos los que conocía. Tenía meses sin saberlo, sin darme cuenta de que llevaba una vida dentro de mí.

¿Qué voy hacer?

¿Cómo le voy a decir a los chicos de chivas y a los chicos del Real Madrid?

¿Cómo le voy a decir a mi hermano?

Es capaz de venir a España por mi, que no sería mala idea, pero si se enteran comenzarán con sus preguntas de ¿Quién es el papá?
Y no, que hueva.

Después de ver esas dos líneas en la prueba, me invadió la duda. ¿Y si era un error? Necesitaba confirmarlo, y no podía hacerlo sola. Por suerte, estaba Liah y cuando le conté me dijo :"venga tía que eres una loquilla si es que sales embarazada, pero va, te acompaño al hospital"

Y así que ahí estábamos, sentadas en la sala de espera de una clínica en el centro de Madrid, ambas intentando mantener la calma. Liah hablaba sin parar, intentando distraerme, pero no podía escuchar mucho. Mi mente estaba a mil por hora. Si en realidad estoy embarazada, está claro que el papá es Alan y lo más probable es que no le diga.

Cuando me llamaron para hacerme los estudios, Liah me dio un abrazo rápido y me susurró: "Va a estar todo bien, no te preocupes." La enfermera fue amable y eficiente, aunque yo sentía que el tiempo avanzaba demasiado lento. Me sacaron la muestra de sangre y luego... a esperar.

Mientras esperábamos los resultados, Liah y yo fuimos a tomar un café en una pequeña cafetería cerca de la clínica. Intentábamos relajarnos, pero mis manos no dejaban de temblar un poco. Liah, en su típico estilo relajado, intentaba hacerme reír con chistes malos sobre bebés y pañales, aunque yo seguía nerviosa.

Finalmente, llegó el momento de regresar a la clínica. Cuando el doctor nos recibió en su despacho, mi corazón se aceleró.

- Bueno, Dani... - dijo mirando los resultados. - Parece que la prueba casera no estaba equivocada. Estás embarazada.

Sentí un vacío en el estómago, una mezcla de alivio y miedo. Liah me apretó la mano, y aunque intenté mantenerme tranquila, mis ojos se llenaron de lágrimas. No había vuelta atrás. Esto era real. Estaba embarazada.

¡Guau! De la sorpresa lloré, era evidente la primera prueba no mintió y en efecto tenía cinco meses, ¡Dios! ¡Voy a hacer mamá! Pero, mi panza no ha crecido... o más bien no lo he notado, fui al baño y me vi al espejo, retrocedí un poco y alce mi blusa, me puse de costado y puse mucha atención y ya viéndola bien si estaba algo crecida y redonda.

¿Y el papá?
Ay dios, tú y yo sabemos que el papá es Alan, no ya valí, ¿cómo voy a decir esto?

O sea, no creo que lo pueda ocultar por mucho tiempo...




....

ANDELEEE!!!
De la nada está embarazada 😬

Jaja

¡YA SABENN!!!

19:33 p.m.
15-10-24

𝗣𝗨𝗡𝗧𝗢 𝗬 𝗔𝗣𝗔𝗥𝗧𝗘-𝑨𝒍𝒂𝒏 𝒎𝒐𝒛𝒐-²Donde viven las historias. Descúbrelo ahora