03.Cayo algo mal

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Dani's versión:

La banca del Real Madrid es otro mundo. A un lado, los jugadores que están listos para entrar a jugar, al otro lado el cuerpo técnico analizando, hablando en términos que ya empiezo a entender mejor, pues aquí usan otros términos que allá en México. Yo solo estoy sentada viendolos.

El estadio Santiago Bernabéu estaba repleto de aficionados. A unos metros de distancia vi como Vinícius se barrió por la banda izquierda, pasando dos  defensas como si fueran conos en un entrenamiento.

Bellingham estaba atento, pidiendo el balón, cada que podía, varias veces  nuestros ojos se cruzaron, pero sé que solo está concentrado en el juego. Aunque después de… lo del beso, cada mirada se siente un poquito distinto. Pero no puedo evitar sonreírle por dentro. Nos llevamos bien, a pesar de todo.

- ¡Vamos, vamos! - grita Ancelotti a mi lado, Rodrygo se mete en el área a rematar, pero el balón se va apenas rozando el poste. Me levanté de mi asiento, casi sin darme cuenta, y respiré profundo cuando la jugada termina.

Mi trabajo en realidad no tiene nada que ver con lo que pasa en la cancha, pero  aquí estoy, es imposible no sentirme parte de esto. Estoy anotando detalles, revisando datos para el informe que tengo que presentar después.

Y nomas estoy viendo cómo el balón corre de un lado a otro, sintiendo la tensión.

El partido sigue su curso, y el marcador aún no se mueve. Todos a mi alrededor están tensos. Ancelotti no para de dar instrucciones, y yo sigo tomando notas, pero mi mirada no puede despegarse de la cancha.

De repente, Bellingham recupera el balón en el centro del campo. Lo vi avanzar, esquivando a los rivales como si tuviera un mapa mental de todo el campo. El estadio se levantó de sus asientos. Mis dedos se detienen sobre el cuaderno.

Avanzó unos metros más y lanzó un pase filtrado que corto la defensa del rival. Vinícius recibió el balón,  y en un segundo, disparo y  Gol. El estadio comenzó a gritar y a celebrar  Y yo, sin querer, estoy de pie, gritando como si fuera una más entre los otros

Bellingham, corre a abrazar a Vinícius, y en medio del tumulto de celebraciones, lo veo lanzando una rápida mirada hacia la banca. Hacia donde estoy yo. Sonrío, pero no estoy segura de si lo notó. O si fue solo mi mente con una mala jugada

El partido entra en los últimos minutos, y el rival comienza a presionar con más fuerza. Así como van ganando los pueden empatar, o peor darles la vuelta.

Y efectivamente, en el último minuto de juego, el rival lanzó un centro y el balón iba directo a la cabeza de su delantero. Todos contenemos la respiración. Courtois salta, se extiende... y la ataja. La banca comienzo a  aplaudir, y yo me uno, dejando caer el bolígrafo en el proceso.

Cuando suena el pitido final, el Bernabéu se transforma en un mar de ovaciones. Los jugadores se abrazaron y suspiraron aliviados, y yo... yo simplemente me quede ahí, sonriendo.

Apenas crucé la puerta y escuché el sonido de risas, gritos de emoción y el sonido de sus palmas chocando en gestos de felicitación. El vestidor olía a puro sudor y césped, pero si le preguntaba a Nico diría que ese es el olor de la victoria

- No mamen, ¿Nunca han oído hablar del desodorante? - bromeé, apenas entre a los vestidores, apenas podía respirar. Tragué saliva y seguí caminando, e iba sintiendo como el estómago se me revolvia.

Sentí un olor agrio, mezclado con ropa húmeda y el sudor, se hacía más fuerte, una ola de calor llegó a mi que me subía desde el estómago hasta la cabeza. Me apoyé en la pared, tratando de disimular, pero era imposible ignorar la sensación que me estaba golpeando.

𝗣𝗨𝗡𝗧𝗢 𝗬 𝗔𝗣𝗔𝗥𝗧𝗘-𝑨𝒍𝒂𝒏 𝒎𝒐𝒛𝒐-²Donde viven las historias. Descúbrelo ahora