Habían pasado tres semanas desde el campamento y los chicos estaban aún más conectados.
Franco y Valentín estaban más alegres y estaban disfrutando del colegio. Además de eso, Franco y Valentín ya tenían una banda junto con Mauro y los tres siempre estaban ensayando.
En esa tarde específica, los varones empezaban a ensayar cuando Mauro levanto su mano.
— ¿Che, no creen que estaría genial una voz femenina en la banda?
— ¿Estuve pensando eso, y si hacemos el cast para la banda con las chicas del hogar? — sugirió Valentín.
Franco, Valentín y Mauro intercambiaron miradas llenas de entusiasmo. La idea de agregar una voz femenina a la banda parecía un paso natural, algo que le daría una nueva dimensión a su música. El sonido de sus instrumentos llenaba el pequeño cuarto de ensayo, pero sentían que faltaba algo para completar su banda.
— Dale, hacemos los carteles y los pegamos en el comedor y por los pasillos del hogar —dijo Franco, ya imaginando cómo diseñar los avisos—. Seguro que varias chicas van a querer probar.
Mauro asintió con entusiasmo, golpeando suavemente las cuerdas de su guitarra. El sonido resonó en la sala, como si ya estuviera preparando el escenario para lo que venía.
— Me imagino a Sabrina o Valeria cantando —dijo Mauro—. Tienen buena onda, seguro alguna de ellas se anima.
Valentín sonrió, mientras pensaba en las diferentes posibilidades. Sabía que en el hogar había muchas chicas con talento, solo necesitaban la oportunidad de demostrarlo.
— Yo diría que podríamos hacer las audiciones para sábado a la tarde. —sugirió Valentín, levantando su guitarra—. Así tenemos tiempo de correr la voz y preparar bien todo.
— ¡Perfecto! —exclamó Franco, entusiasmado—. Dejo los carteles listos para mañana y empezamos a anunciarlo a todos.
La tarde pasó entre risas y música, con los chicos intercambiando ideas sobre cómo organizar las audiciones. Mauro se encargó de afinar los detalles de los ensayos, mientras Valentín y Franco trabajaban en el diseño de los carteles y discutían posibles canciones para que las chicas interpretaran.
Al caer la tarde, el cartel estaba listo: "¡Se busca cantante femenina para la banda! Audiciones el próximo sábado en la sala de ensayo. ¡Mostrá tu talento y unite a nosotros!"
— Esto va a estar buenísimo —dijo Mauro, mientras miraba el cartel con satisfacción—. Estoy seguro de que las chicas se van a copar.
Los tres amigos salieron del cuarto de ensayo con una nueva energía. La expectativa de encontrar a alguien que compartiera su pasión por la música los tenía emocionados, y sabían que, con un poco de suerte, esa persona podía estar más cerca de lo que imaginaban.
Al día siguiente, los carteles aparecieron por todo el hogar. Las chicas comenzaron a comentarlo, y la idea de unirse a la banda empezó a generar interés entre ellas. Las risas y las bromas sobre quién sería la próxima estrella del hogar llenaron los pasillos, Sabrina y Lucia hablaban contentas.
— ¿Vas a entrar en el casting?
— ¡Por supuesto! ¿Y vos Azul?
— No lo sé, cual es la lista de canciones?
— Van a ser las de las novelas de tu abuela y canciones de las novelas de Disney y Nickelodeon también. — Sabrina entregó una lista en braille para que ella pudiese leer.
Azul pasó sus manos por la lista en braille que Sabrina le entregó, leyendo con atención las opciones de canciones. Al ver los títulos, una sonrisa se dibujó en su rostro.
