El ambiente en la casa, que momentos antes había estado lleno de calma y unidad, ahora se sentía denso y cargado de incertidumbre. Las palabras de Nadia resonaban en la mente de todos, y el peso de la revelación cayó sobre ellos como una sombra.
- ¿El portal? -murmuró Valeria, sintiendo que su corazón se aceleraba. Había oído rumores, susurros de cosas inexplicables, pero nunca había prestado mucha atención a lo que algunos llamaban "supersticiones".
- ¿Qué significa eso? -preguntó Mauro, claramente confundido.
Gustavo se pasó la mano por el cabello, un gesto de preocupación que hacía tiempo no mostraba. Observó la pequeña ventanita de los sueños que siempre había estado en el hogar, y que ahora parecía tener un significado mucho más oscuro del que todos habían imaginado.
- Es algo que todos en el hogar conocemos, pero nunca hablamos mucho de ello -explicó Gustavo, con la voz baja, como si quisiera evitar el tema-. La ventanita... Se llevó a nuestro mayor tesoro, hace catorce años. Y desde entonces, nuestras vidas se volvieron un círculo vicioso de sucesos raros.
- En todos los aniversarios del rollo del portal suceden cosas que escapan de nuestra comprensión. Abril se pone en automático, los trillizos entran en modo zombie y azul tiene fiebre, la ausencia de Belén trajo un dolor profundo y los cuatro son los que la pasan peor, Abril es la hermana menor y tuvo que cargar con mucho, los trillizos eran los hijos que crecieron sin su madre y ese dolor es demasiado fuerte para toda la familia, sobretodo para Azul y Abril que eran las más cercanas a Belén. Ella era la luz de nuestras vidas y su ausencia produjo efectos emocionales catastróficos. Nuestro mundo se nos vino abajo ... - Cris se largo a llorar, expresando sus propias emociones.
La habitación se llenó de un silencio pesado mientras las palabras de Cris resonaban en los corazones de todos. Gustavo apretó los labios, intentando contener su propia angustia. Todos en el hogar sabían lo importante que había sido Belén para ellos, pero enfrentarse a la realidad de lo que su pérdida había causado les dolía profundamente.
Valeria, aún de pie junto a la puerta, sentía cómo su estómago se revolvía de nervios. La mención del portal, el inexplicable comportamiento de Abril, la fiebre de Azul, todo parecía encajar en un rompecabezas que apenas comenzaban a entender. Ella no conocía a Belén, pero era imposible no sentir la magnitud de su ausencia.
- Entonces... todo esto es por ella -dijo Valeria, su voz apenas un susurro-. Por lo que le pasó a Belén.
Cris asintió, secándose las lágrimas con el dorso de la mano, mientras Nadia la abrazaba por los hombros, ofreciéndole un apoyo silencioso.
- No es solo por lo que pasó -agregó Gustavo-. Es porque no hemos podido sanar. La ventanita es... como un recordatorio de lo que perdimos. Y cada año, en el aniversario, nos afecta de formas que no siempre podemos controlar.
Mauro miró a todos, aún confundido pero comenzando a entender la gravedad de la situación.
- Entonces, ¿qué hacemos? ¿Cómo podemos detener esto?
Nadia, que siempre había sido la más práctica del grupo, se separó de Cris y tomó una bocanada de aire, como si estuviera resolviendo algo dentro de ella.
- No sé si podemos detenerlo, pero lo que sí sé es que no podemos enfrentarlo solos. Tenemos que buscar a alguien que entienda más de estas cosas. Alguien que sepa cómo cerrar ese portal... o al menos cómo evitar que nos afecte tanto.
Valeria se adelantó un paso, su mente corriendo en busca de soluciones.
- Ya sé ... - Vale se detuvo. - ¿Eudamon se alimenta de nuestras energías, no?
