Cap 18

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Belén sonrió al ver la escena en la pantalla, su corazón se llenó de una mezcla de alegría y nostalgia. Sabía lo importante que era para Abril recibir ese tipo de amor, un amor sincero que no la veía como una sustituta, sino como la persona única que siempre había sido.

— Es exactamente lo que necesita —dijo Belén en voz baja, mientras sus ojos brillaban con emoción—. Marcos es bueno para ella. Él ve su verdadera esencia.

Tic Tac asintió, complacido.

— Él la ama, Belén. Y, más importante aún, la ama por lo que es, no por quién cree que debería ser.

Belén dejó que esas palabras resonaran en su interior, y sintió un alivio profundo. Aunque había temido por el bienestar de Abril, ahora sabía que su hermana estaba en buenas manos, rodeada de personas que la apoyaban y la amaban genuinamente.

— Ella va a estar bien —murmuró Belén, con una sonrisa suave—. Todos van a estar bien.

En la pantalla, Abril y Marcos seguían mirándose, la felicidad iluminando sus rostros bajo el cielo estrellado. Había algo puro y esperanzador en esa imagen, y Belén sabía que era el comienzo de algo hermoso para su hermana.

— ¡Mirá cómo sonríe! —exclamó, emocionada—. No me había dado cuenta de cuánto necesitaba ver eso. Abril merece ser feliz, y por fin lo está logrando.

— Siempre lo ha merecido —respondió Tic Tac—. Y ahora está encontrando su propio camino, su propia identidad. No por ti, ni por nadie más, sino por ella misma.

Belén observó la escena con gratitud. Aunque la distancia entre su mundo y el de los niños en Rincón de Luz era grande, el amor seguía siendo el puente que los mantenía conectados. Y en ese momento, Belén comprendió que no importaba cuánto tiempo pasara o qué desafíos enfrentaran; su familia, su verdadero legado, siempre estaría unida por ese lazo invisible que había tejido con tanto cuidado y amor.

— Mi mayor regalo fue poder formar parte de sus vidas —susurró Belén, con lágrimas de emoción en los ojos—. Y siempre lo seré, en cada sonrisa, en cada abrazo.

Tic Tac le dio un apretón en el hombro, como un recordatorio silencioso de que ella siempre sería parte de ellos.

— Y ellos siempre serán parte de ti —respondió con suavidad—. El amor nunca se desvanece, Belén, solo se transforma.

Belén asintió, mientras miraba una vez más la pantalla, sintiendo que, de alguna manera, estaba allí con ellos, celebrando ese hermoso momento.

— Feliz cumpleaños, Abril —murmuró Belén con ternura—. Que sigas encontrando la felicidad que tanto mereces.

Abril desde su lado pareció escucharla y miró al cielo, en seguida miró a Marcos que esperaba una respuesta. 

Ella no sabía que decirle, era la primera vez que recibía una petición de noviazgo y tal cual una niña ella no sabía cómo actuar. 

— ¿Que le digo, Belén?  — ella susurró mientras miraba las estrellas.

Belén desde su lado movía las manos y gritaba.

— ¡Ay nena, se te nota a léguas que te gusta! ¡Decile que sî!  

Abril respiró profundamente, sintiendo la brisa suave en su rostro. Las estrellas titilaban sobre ellos, pero su mente estaba en otra parte, en el momento que estaba viviendo. Marcos, con sus ojos llenos de ilusión y cariño, esperaba su respuesta.

— ¿Estás bien? —le preguntó él suavemente, como si entendiera que ella necesitaba tiempo.

Abril lo miró de nuevo, sus pensamientos en un torbellino. No quería arruinar el momento, pero las palabras simplemente no salían. Sentía la presión de ese instante, sabiendo que su vida, de alguna manera, iba a cambiar dependiendo de lo que dijera.

CHIQUITITAS 2024Donde viven las historias. Descúbrelo ahora