Cap 01

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6/1/2024 09:00 am. 

Era una típica mañana de sábado en el barrio de pasaje del sauce, el sol estaba brillando intensamente.

El olor a pan caliente llenaba el aire y una chica rubia sonreía mientras una mujer le peinaba y ataba su pelo en dos colitas altas. 

— Listo cariño ya está.  — Decía la mayor con una sonrisa cálida.

— Muchas gracias tía Abril. — respondió la más chica con una gran sonrisa.

Abril con una sonrisa cálida tomó la mano de la niña de ojos celestes que tenía en la otra mano un bastón blanco con rayas, lo que señalaba su discapacidad en la vista. 

La niña llevaba puesto un pantalón jeans y una remera rosada con dibujo de gatito y en su brazo tenía unas pulseritas de colores. En sus pies un par de zapatillas negras con detalles rosados y en el hombro una mochila chiquita en color fuchsia. 

Abril guiaba la niña por los pasillos de la casa y la llevó al comedor donde la niña se sentó en una silla mientras la mayor le servía el desayuno.

— ¿Tía, donde están mis hermanos?  — la niña preguntó ansiosa. 

— Sol está lavando el baño y Franco y Valentín se están alistando para ir a la iglesia. — Abril habló con una sonrisa amorosa. 

— ¿Y la abuela?  — la nena preguntó. 

— Está ordenando los juguetes para donación y en diez minutos salimos a dejar los juguetes. — Abril miró a Azul con ternura.

— Ah, y los tíos?

— Están con tu abuelo y tu padrino.

— ¿Ah, y la madrina Mili?  — Azul preguntó. 

— Milagros está trabajando en el juzgado, cerraron un orfanato por una denuncia de explotación infantil. — Abril explicó. 

— Lástima que no se puede abrir Rincón De Luz de vuelta, si mamá estuviese acá ella podría recibir los niños en el hogar.  — Azul agachó la cabeza.  — ¿Tía, como era mamá? 

— Ella era linda, tenía el pelo lacio, ojos azules, piel clara, era flaca y tenia una sonrisa hermosa, su voz era dulce y le encantaba perfume de frutillas. Podes hablarle por la ventanita si querés. 

— ¿Y ella tenía alas invisibles como vos? 

— ¿Alas? — Abril preguntó amorosa.  

— Sí, toda vez que te abrazo yo siento tus alas, se parecen a plumas o algodón y nos calman siempre que estamos tristes.  — Azul confesó.

Abril acarició suavemente la cabeza de Azul y le sonrió con ternura.

— Mamá tenía alas muy especiales, eran invisibles, pero siempre estaban ahí para protegernos y darnos fuerza. A veces, las personas llevan esas alas en sus corazones, y eso las hace especiales. Vos también las llevás, Azul.

Azul asintió con seriedad, absorbida por las palabras de su tía.

— Ahora, termina tu desayuno, y después iremos juntas a ayudar a la abuela con los juguetes. ¿Qué te parece?

Azul asintió emocionada y comenzó a comer con entusiasmo, mientras Abril la observaba con cariño, agradecida por tener a esa pequeña luz en su vida.

Azul desayunó animada mientras sus hermanos llegaban a la cocina riendo y charlando.

— Apuesto a que el tío Piojo traerá galletitas de chocolate. — Valentín habló risueño.

CHIQUITITAS 2024Donde viven las historias. Descúbrelo ahora