Cap 15

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Los días habían pasado volando.

Habían llegado los cumples de Abril. 

El sol estaba más brillante y las flores estaban más bellas. 

Los niños despertaron animados. Risas llenaban el hogar y los niños en su mayoría estaban felices. 

Los trillizos entretanto tenían un gusto agridulce en la boca, pues además de los cumples de Abril, en ese día también serían los cumples de mamá Belén.

Los trillizos se alistan para el colegio y Sol se dio cuenta de que Azul no había bajado. 

Ella decidió subir las escaleras e investigar el motivo detrás del retraso, ella subió las escaleras creyendo que iba a encontrar a Azul tirada en la cama y volando de fiebre como en todos los años, pero en ese día la encontró siendo peinada por Vale que le hacía una trenza. 

— Listo amiga, ya está.  — Vale habló con una sonrisa alegre. 

Sol se quedó sorprendida al ver la escena. Era la primera vez en años que Azul no estaba enferma para el cumpleaños de Abril y, en lugar de estar postrada en cama, parecía llena de energía.

— ¡Azul! —exclamó Sol con una mezcla de alivio y alegría. — ¡Estás mejor que en año pasado!

Azul se giró con una sonrisa tímida, pero contenta.

— Sí, Sol... Parece que este año es diferente. —respondió con un brillo especial en los ojos. — Vale me ayudó a peinarme y me siento bien. Es la primera vez que tengo una amiga de verdad y no me siento sola por extrañar a mamá Belén.

— ¡Me alegra tanto verte así! — dijo Sol acercándose para darles un abrazo a ambas. —Este será un cumpleaños especial, lo siento.

Vale sonrió mientras terminaba la trenza de Azul y le dio un pequeño apretón en el hombro.

— Hoy es un día especial para todos. ¡Vamos a disfrutarlo al máximo!

Los tres bajaron juntas las escaleras, sintiendo la alegría que impregnaba el ambiente del hogar. Los niños ya estaban reunidos en la mesa del comedor, hablando y riendo mientras Abril, como de costumbre, dirigía la preparación del desayuno con su entusiasmo habitual.

Pero en medio de la algarabía, los trillizos tenían una expresión un poco más melancólica, intercambiando miradas entre sí. Aunque era un día de celebración, no podían evitar recordar que también era el cumpleaños de su mamá Belén, quien ya no estaba con ellos.

Azul, que siempre era perceptiva a las emociones de los demás, se acercó a Franco y Valentín y los tomó de la mano.

— También extraño a mamá Belén —dijo suavemente—, pero estoy segura de que Belén está aquí, en nuestros corazones, celebrando con nosotros. Ella estaría muy orgullosa de nosotros.

Uno de los trillizos, Valentîn, le dio un pequeño apretón a la mano de Azul, intentando sonreír a pesar de la tristeza que sentía.

— Gracias, Azul. Solo... la extrañamos mucho. —admitió, y abrazó a la más petisa. 

Azul se quedó con ellos por un momento, compartiendo su presencia como una forma de consuelo. Después, los tres se unieron al resto del grupo para seguir con el desayuno, sintiendo que, aunque había tristeza, también había un fuerte lazo de unidad y amor entre ellos.

Azul, sintiendo un calorcito en el corazón miró a sus hermanos y escuchó pasos que se acercaban.

— ¿Quien anda ahí?  — Azul preguntó curiosa ya que la vista no le andaba. 

CHIQUITITAS 2024Donde viven las historias. Descúbrelo ahora