Cap 06

25 3 0
                                    

Los niños, motivados por la preocupación y el deseo de mantener la seguridad de Ariana, dejaron de lado las diferencias para unirse en la búsqueda. La salida de la casa se convirtió en un esfuerzo conjunto, donde cada uno aportaba su habilidad y energía para encontrar a su compañera perdida.

Azul, a pesar de sus limitaciones visuales, contribuyó con su agudo sentido auditivo, intentando percibir cualquier indicio que pudiera guiarlos hacia Ariana. Mientras tanto, Franco lideraba el grupo, coordinando los esfuerzos y manteniendo un ambiente de calma y colaboración.

Abril como la adulta de referencia, acompañaba a Azul y a los niños más chicos, manteniendo una mirada atenta y protectora para todos los niños. 

La ciudad se extendía ante ellos, y la preocupación aumentaba a medida que avanzaban en su búsqueda. La voz de Franco resonó con determinación.

— No descansaremos hasta encontrar a Ariana. Todos, manténganse juntos y alerta. Ella puede estar en problemas.

Caminaron por calles conocidas y rincones familiares, cada rincón recordándoles las veces que Ariana se había alejado antes. Los recuerdos de su actitud desafiante y sus intentos anteriores de escapar se sumaban a la inquietud del grupo.

De repente, Azul detuvo el paso y levantó la mano.

— ¡Es por aquí! Escuché un ruido, creo que es Ariana.

Siguiendo la dirección señalada por Azul, los niños se apresuraron, encontrándose con Ariana sentada en una esquina, mirando al suelo con expresión sombría.

Franco se acercó con preocupación.

— Ariana, ¿estás bien? Nos preocupamos por vos.

Ariana, con la mirada perdida, respondió con un tono más calmado.

— No quiero estar en ese lugar. No es para mí. Todos se preocupan por Azul y olvidan al resto. Prefiero la calle.

Franco se agachó a su nivel.

— Entendemos que puedas sentirte así, pero todos somos importantes. Queremos que te sientas parte de nuestro hogar, no te excluimos a propósito. Hagamos un esfuerzo juntos para encontrar un equilibrio.

Ariana levantó la mirada, encontrándose con la mirada sincera de Franco. Los demás niños se acercaron, expresando su deseo de que Ariana se quedara.

— No queremos que te vayas, Ariana. Sos parte de nuestra pandilla y mismo que aveces seas muy molesta, te queremos igual gaucha. — dijo Renata con sinceridad.

— ¿Vos me querés a mí? — Ariana miró a Renata.

— Obvio nena, aveces sos insoportable pero así son los hermanos, aveces están muy felices y aveces muy enojados y se pelean, pero yo te quiero, es claro que aveces tengo altas ganas de arrancarte los pelos pero aún así te quiero y me moriría si te llegara a pasar algo, aflojate y vení con nosotros al hogar.  Es mejor que dormir en la lleca y ser violada por un desconocido, sabes que la lleca es peligrosa y tiene mucha gente mala.  — Renata argumentó. 

Ariana, después de un momento de reflexión, asintió.

— Está bien, me quedo. Pero quiero que las cosas cambien. No quiero sentirme invisible y no quiero que no obliguen a hacer cosas de niñas chetas.

Franco sonrió.

— Lo entendemos, Ariana. Trabajaremos juntos para hacer que todos se sientan valorados. Somos una familia, y cada uno de nosotros es importante.

Con esas palabras, el grupo regresó al hogar, esta vez con charlas animadas y planes de juegos en los que todos pudieran formar parte. 

Llegando al hogar, los chicos se dispersaron, algunos fueron a mirar la tele y otros fueron al salón de juegos al paso que Abril se llevó a Ariana a una charla privada. 

CHIQUITITAS 2024Donde viven las historias. Descúbrelo ahora