Cap 17

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La canción resonó en el aire, envolviendo a todos en una atmósfera de unión y esperanza. Las voces de los niños, adolescentes y adultos se entrelazaron, creando una melodía que parecía venir desde lo más profundo de sus corazones. Era más que una simple canción, era una declaración de sueños compartidos, de amor incondicional, y de la fuerza que les unía.

Azul, que había comenzado la letra con su dulce voz, sintió cómo su pecho se llenaba de una calidez indescriptible. Aunque no podía ver a sus amigos, cada nota que cantaban la hacía sentir más conectada a ellos, como si la música fuera un lazo invisible que los mantenía juntos, más allá de cualquier obstáculo.

Vale, sentada a su lado, le dio un pequeño apretón en la mano, mostrándole que estaba allí, que siempre estaría allí. Y Azul, en ese momento, supo que no necesitaba ver el mundo de la misma manera que los demás para saber que estaba rodeada de amor, apoyo y amistad.

Cuando la última nota de la canción se desvaneció en el aire, un silencio suave y lleno de emoción invadió el lugar. Por un momento, todos se quedaron en sus pensamientos, procesando lo que acababan de compartir.

— Eso fue... increíble —susurró Malena, rompiendo el silencio, con una sonrisa enorme en su rostro.

— Lo fue —coincidió Valentín, todavía con la guitarra en mano—. Creo que mamá Belén nos escuchó. Estoy seguro de que está sonriendo allá arriba.

Franco asintió, y abrazó a Azul con fuerza, mientras las demás chicas se unían en un gran abrazo grupal. Sentían que, de alguna manera, con esa canción habían honrado la memoria de Belén y todo lo que ella les había enseñado.

— Somos más fuertes cuando estamos juntos —dijo Abril, con la voz suave pero firme—. Y creo que esta canción es una prueba de eso.

Los demás asintieron, sintiendo el mismo acuerdo en sus corazones.

Mientras el sol terminaba de ocultarse en el horizonte, la oscuridad de la noche fue sustituida por la luz de las estrellas, como si el cielo también celebrara con ellos. Y allí, en ese rincón de luz, los soñadores del mañana sabían que, sin importar lo que viniera, siempre tendrían una familia. Una familia que eligieron y que siempre los acompañaría en cada paso de sus vidas.

Y, aunque Belén no estuviera físicamente con ellos, su magia seguía presente, en cada canción, en cada sonrisa, y en cada sueño que esos niños y jóvenes continuaban persiguiendo.

Mientras tanto en otro lado, una mujer miraba la tele y veía a los chicos abrazados.  Sus lágrimas caían intensamente y su voz sonaba como un susurró. 

— Los amo chicos.  — la voz dulce susurraba mientras un hombre de blanco se acercaba y le cantaba.

— Que los cumpla feliz
Que los cumpla feliz
Que los cumpla Belén
Que los cumpla feliz. 

— Gracias relojito. — la mujer se limpió la cara.  — Hoy ha sido un día tan lindo en el otro plano.  Por primera vez Azul no estaba malita, Valentín no se escapó de casa y Franco no se encerró en los videojuegos para escaparse de sus sentimientos.  Además papá sacó el día libre para estar con Abril y mamá le está haciendo su torta de cumpleaños, creo que la llegada de estos niños hizo una revolución en Rincón De Luz. 

Belén miraba con ternura el escenario que se proyectaba ante sus ojos. Aunque ya no estuviera físicamente en Rincón de Luz, seguía presente en cada pequeño gesto, en cada sonrisa, y en cada lágrima que compartían esos niños y jóvenes. Desde el otro plano, su amor seguía fluyendo hacia ellos como un río inagotable.

— Fue un día perfecto, ¿verdad? —dijo, con un suspiro, mientras apoyaba su cabeza en el hombro de Relojito, quien, como siempre, la acompañaba.

— Lo fue, Belén —contestó él, su voz suave y llena de calidez—. Cada uno de esos chicos tiene un pedacito de tu corazón. Y hoy lo demostraron con esa canción.

CHIQUITITAS 2024Donde viven las historias. Descúbrelo ahora