Cap 09

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Casi un mes había pasado desde el cumpleaños de los trillizos y se acercaba el Día del Padre.

Algunos hacían regalos y otros se ponían más reflexivos.

— No entiendo ese coso del Día del Padre, nunca vi el mío. — Michael rodaba los ojos, fastidiado.

— Yo tuve, pero se fue al cielo. — explicó Tortuga, con un tono serio que contrastaba con su usual jovialidad.

Azul, que estaba escuchando la conversación, se acercó y puso una mano en el hombro de Tortuga.

— Yo tampoco conocí al mío, Michael. Pero igual podemos celebrar con quienes nos cuidan y nos quieren — dijo con una sonrisa.

Renata, que estaba preparando una tarjeta para Gustavo junto a Leandro, levantó la vista y añadió:

— Tiene razón, Azul. Gustavo y Cris han sido como padres para vos y tus hermanos y también tenés a Sol, Nico y tu tía Abril. Podemos agradecerles por todo lo que hacen y por su presencia en el hogar.

Leandro asintió, mirando a Michael.

— Tal vez no tengamos padres biológicos presentes, pero tenemos una familia aquí. Eso también vale la pena celebrar.

Michael suspiró, todavía un poco escéptico, pero menos molesto.

— Supongo que tienen razón. A veces se me olvida que no estamos solos.

Sabrina, que había estado escuchando mientras decoraba la sala con globos, sonrió y se unió a la conversación.

— Y no olviden que a veces los amigos pueden ser como familia también. Vamos a hacer que este Día del Padre sea especial para todos.

Con ese espíritu, el grupo se animó a planear una celebración en honor a los varones que cuidaban el hogar. Cada uno contribuyó con algo especial: Azul y Sabrina prepararon un baile, Renata y Leandro se encargaron de la comida, y Valentín y Devi hicieron un video con mensajes de agradecimiento de todos los niños.

El Día del Padre llegó y la casa estaba llena de alegría y risas. Los adultos estaban reunidos y los varones que siempre estaban en el hogar estaban visiblemente emocionados al ver todo lo que los niños habían preparado.

— Esto es increíble, chicos. Gracias por hacer de este día algo tan especial — dijo Gustavo, abrazando a cada uno de los niños.

— Sí, de verdad, muchas gracias. Nos hacen sentir muy orgullosos de ser parte de sus vidas — añadió Nicolás, el padre de Malena.

Michael, a pesar de su escepticismo inicial, se acercó a Gustavo, a quien ya nombraba de abuelo, y le entregó una tarjeta que había hecho él mismo.

— Gracias por todo, abuelo. Tal vez no eres mi papá, pero eres lo más cercano que tengo a uno — dijo, con una sonrisa tímida.

Gustavo, conmovido, abrazó a Michael.

— Gracias, Michael. Significa mucho para mí.

Azul, con su sonrisa característica, se acercó a su abuelo, que estaba visiblemente emocionado.

— Feliz día, abuelito. Aunque yo no conocí a papá, te tuve a vos, al tío Piojo, el tío Tomás y a Nico, que nos re bañaron cuando el portal se llevó a mamá Belén y papá cayó malito en el hospital — dijo la niña con un hilo de voz mientras le daba un regalo. — Te quiero un montón.

Gustavo abrió el regalo y sonrió al ver una remera de Boca Juniors, su equipo de fútbol preferido.

— ¡Es perfecta, Azul! — exclamó Gustavo, abrazándola con fuerza. — Yo también te quiero muchísimo, mi niña.

CHIQUITITAS 2024Donde viven las historias. Descúbrelo ahora