La casa Bridgerton vibraba con energía mientras la familia se preparaba para otro evento social en la interminable lista de la temporada. El salón estaba lleno de risas, conversaciones y los sonidos de las criadas corriendo por los pasillos, ajustando vestidos y arreglando el cabello de las damas. Anthony, vestido impecablemente con su traje de gala, observaba el ajetreo desde la ventana de su estudio.
Mientras se ajustaba los puños de la camisa, su mente estaba lejos de las festividades que lo esperaban. No importaba cuánto lo intentara, las palabras de Lady Whistledown seguían resonando en su cabeza. "En su búsqueda del deber, se está olvidando de algo más importante." ¿Qué era ese "algo más"? Y peor aún, ¿por qué le afectaban tanto esas palabras?
Anthony cerró los ojos y respiró profundamente. Se había pasado la vida asegurándose de ser todo lo que su padre había sido: un líder, protector y, sobre todo, un hombre de responsabilidad. Desde la muerte de Edmund Bridgerton, había tomado sobre sí la tarea de mantener la familia unida y preservar su legado. Sin embargo, la sombra de su padre parecía más pesada ahora que nunca.
“¿Qué pasará si no soy capaz de estar a la altura?” Ese pensamiento lo asaltaba constantemente. Creía que casarse con la mujer adecuada —una unión de conveniencia más que de amor— era la clave para cumplir con sus deberes. No tenía tiempo para distracciones, y el amor... bueno, el amor no estaba en sus planes.
Un golpe en la puerta interrumpió sus pensamientos.
—Adelante —dijo, enderezándose.
Violet Bridgerton entró en la habitación, su presencia siempre reconfortante pero nunca intrusiva. Su mirada se detuvo en el rostro de su hijo, como si pudiera leer todas las preocupaciones que lo abrumaban.
—Anthony, querido, ¿estás listo? —preguntó suavemente, acercándose a él—. Esta noche será importante, hay muchas personas esperando verte.
Él asintió, aunque sabía que su madre podía notar su distracción.
—Sí, madre. Estoy listo.
Violet lo observó en silencio por un momento antes de hablar.
—Sé que el peso que llevas no es fácil, Anthony. Pero no todo tiene que ver con deber y responsabilidades. El amor... —ella hizo una pausa, eligiendo cuidadosamente sus palabras— es algo que no puedes controlar, ni planear. Y está bien que lo sientas. No debes temerlo.
Anthony sintió una presión en el pecho. Las palabras de su madre, combinadas con las de Lady Whistledown, le hacían sentir una especie de incomodidad que no podía explicar. ¿Por qué, de repente, el tema del amor parecía estar siempre en el aire? Y lo más desconcertante era que, cada vez que pensaba en ello, su mente volvía a Penelope Featherington, una mujer que siempre había estado en su vida de manera silenciosa, pero que, últimamente, había empezado a ocupar un lugar más prominente en sus pensamientos.
—No temo al amor, madre —respondió, aunque incluso mientras lo decía, sentía que no era del todo cierto.
Violet sonrió, con esa mirada sabia que solo una madre podía tener.
—Si eso es lo que crees, querido. Pero a veces, el corazón nos sorprende cuando menos lo esperamos.
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En la mansión Featherington, Penelope observaba su reflejo en el espejo, luchando con una sensación de insuficiencia que la acompañaba desde siempre. A pesar de las palabras amables de Eloise, la realidad era que Penelope sabía que no encajaba en los estándares de belleza y sofisticación que las otras jóvenes de la sociedad tenían. Había pasado años enamorada de Colin Bridgerton, soñando con ser vista por él de la misma manera que él veía a las demás. Pero después de tantos rechazos silenciosos, la chispa de esperanza en su corazón comenzaba a desvanecerse.
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El comienzo de un cambio (Anthony x Penelope?
RomanceAveces el amor esta donde menos pensamos. Con Penelope aún enamorada de Colin, y Anthony comenzando a notar algo diferente en ella. La relación entre ellos se presenta de manera sutil, mientras ambos empiezan a percibir pequeños cambios en sus senti...