El comienzo de un cambio (Anthony x Penelope?

Capítulo 12: Juegos de Sociedad

El brillo de una nueva mañana iluminaba las calles de Londres, mientras el bullicio de la alta sociedad seguía tejiendo tramas más enredadas que nunca. Las habladurías sobre Anthony Bridgerton y Penelope Featherington no habían cesado desde la fiesta de Lady Danbury, y, como era de esperarse, Lady Whistledown no había perdido la oportunidad de arrojar más leña al fuego.

Extracto de Lady Whistledown:

“Queridos lectores, en esta temporada nunca faltan las sorpresas, pero los últimos acontecimientos han superado nuestras expectativas. ¿Podría el muy buscado vizconde Anthony Bridgerton estar interesado en una joven que hasta ahora había sido vista como una observadora discreta de los eventos sociales? Si el corazón de la señorita Featherington ha captado su atención, la sociedad entera se prepara para un desenlace inesperado. El tiempo lo dirá, pero ¿cuánto tiempo más podrán mantener ocultos sus verdaderos sentimientos?”

Penelope leyó el boletín en la intimidad de su habitación, sintiendo cómo el peso de cada palabra caía sobre ella. Estaba atrapada entre la creciente atención que recibía, el fantasma de su amor no correspondido por Colin, y ahora, lo que estaba empezando a surgir entre ella y Anthony. Sus sentimientos se entremezclaban con el miedo y la incertidumbre. Era cierto que había algo entre ella y Anthony, algo que no podía negar, pero también era consciente de lo complicado que sería aceptarlo, especialmente con los ojos de la sociedad puestos sobre ellos.

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En la residencia Bridgerton, el desayuno se tornaba en un campo de batalla de conversaciones cruzadas. Anthony, como de costumbre, intentaba concentrarse en los documentos que tenía frente a él, mientras Daphne observaba con una sonrisa divertida. Colin y Benedict también estaban presentes, aunque claramente inquietos.

—Anthony, querido, pareces más distante de lo habitual —comentó Daphne en tono casual, mientras bebía su té—. Me pregunto si tiene algo que ver con ciertos rumores que circulan por la ciudad.

Colin, que había estado observando en silencio, alzó la vista rápidamente, su incomodidad evidente.

—¿Rumores? —interrumpió Colin—. Si te refieres a los chismes sobre Anthony y Penelope, me parecen ridículos. Penelope es una amiga de la familia. No hay razón para que la gente piense... —se detuvo, sin terminar la frase.

Anthony levantó la mirada de sus papeles, claramente irritado.

—¿Ridículos, dices? —respondió en tono cortante—. ¿Y por qué eso te molesta tanto, Colin?

La tensión en el aire se hizo palpable. Colin, que solía ser el más despreocupado de los hermanos, no esperaba esa confrontación.

—No es que me moleste —respondió Colin con cierto nerviosismo—. Solo creo que es inapropiado que la gente invente historias sobre algo que no existe.

Daphne intervino con una sonrisa astuta.

—Pero, Colin, parece que estás más alterado de lo que admites. Penelope es una joven encantadora. ¿Por qué te incomoda tanto la idea de que Anthony esté interesado en ella?

Colin no respondió de inmediato, evitando la mirada de su hermana. Benedict, que había estado observando el intercambio con calma, decidió intervenir.

—Hermano, todos sabemos que Penelope es cercana a nuestra familia. Pero si Anthony y ella realmente tienen algo en común, ¿por qué no dejar que eso fluya naturalmente? —Benedict dirigió una mirada significativa a Anthony, buscando calmar las tensiones.

Anthony, sin embargo, ya estaba enfadado. No le gustaba ser el centro de atención, y mucho menos cuando se trataba de algo tan delicado como su relación con Penelope.