El ambiente del baile en el palacio se sentía eléctrico, como si la energía de los asistentes pudiera cortar el aire. Las luces parpadeaban con un brillo dorado, y el murmullo de la alta sociedad llenaba cada rincón del salón. Sin embargo, entre las risas y el bullicio, la tensión entre Anthony y Colin se había intensificado, creando un abismo que amenazaba con separarlos aún más.
Colin, aun con el dolor de haber sido rechazado por Penelope, no podía ignorar el creciente interés de Anthony por ella. Cada vez que lo veía acercarse a ella, una punzada de celos y desdén lo atravesaba. Esa noche, había decidido confrontar a su hermano de una vez por todas.
Mientras la música sonaba suavemente, Colin se acercó a Anthony, que estaba hablando con Daphne y Eloise. Sus rostros se tornaron serios al notar su llegada.
—¿Podemos hablar, Anthony? —dijo Colin, con una voz que resonaba con desafío.
Daphne y Eloise se miraron, incómodas ante la inminente confrontación.
—Es mejor que esto no suceda aquí —dijo Daphne, pero Colin desechó la idea con un gesto.
—No, quiero que sepa lo que pienso —respondió Colin, su mirada fija en Anthony.
Anthony sintió el calor del desafío en las palabras de su hermano y se apartó de las mujeres, dejando atrás la conversación.
—¿Qué es lo que quieres, Colin? —preguntó Anthony, su voz firme y controlada—. ¿Hacerme sentir culpable por querer a Penelope?
Colin dio un paso más cerca, su mirada ardía de frustración.
—No se trata de culpabilidad, sino de lealtad, Anthony. Has estado jugando con sus sentimientos. No es justo que te acerques a ella cuando sabes que he estado interesado durante años.
Anthony frunció el ceño, su paciencia comenzando a agotarse.
—¿Interesado? —replicó—. Cuando has estado tan ciego a su valor como persona. Siempre has estado más preocupado por tenerla como una figura adorada en tu vida que por lo que realmente siente.
—¿Y tú? —exclamó Colin, su voz resonando con incredulidad—. ¿Te crees capaz de cuidarla? Solo porque ahora te sientes atraído por ella no significa que seas la mejor opción. Estás jugando en un terreno que no entiendes.
El aire entre ellos se volvió tenso, los murmullos de la multitud a su alrededor se desvanecieron mientras se enfocaban solo el uno al otro.
—¿No lo entiendes? —Anthony replicó, su voz cada vez más fuerte—. Lo que siento por Penelope es real. No solo es un capricho, y no es un juego para mí. Estoy tratando de ser honesto, no solo contigo, sino con ella.
Colin dejó escapar una risa amarga, su ira crecía a pasos agigantados.
—¿Honesto? —dijo, con desdén—. ¿Desde cuándo ser honesto te ha hecho más digno? Todo esto es un juego para ti. ¿Crees que puedes ser el gran héroe que rescata a la pobre Penelope de su vida insignificante?
Anthony sintió una oleada de indignación.
—¡No estoy intentando ser un héroe, Colin! Estoy intentando ser un hombre que la respete y que la ame. Algo que tú nunca hiciste de verdad.
—¿Y qué pasa cuando te des cuenta de que solo estás enamorado de la idea de ella? —replicó Colin, cada palabra como un puñal—. ¿Qué pasará cuando ella se dé cuenta de que no eres capaz de darle lo que necesita?
La rabia de Anthony se encendió, y ya no pudo contenerse.
—¿Acaso te importa lo que necesita? —gritó—. Siempre has estado tan concentrado en ti mismo que no te has dado cuenta de que no puedes obligarla a sentir algo que no siente.
Los ojos de Colin chisporrotearon con furia.
—¡Tú no entiendes! —gritó—. La he amado desde siempre. Y si ahora sientes algo por ella, es porque te duele que ya no te mire como antes. ¡No puedo soportar esto!
—¿Y qué piensas hacer al respecto? —dijo Anthony, desafiándolo—. ¿Te quedarás ahí, lamentándote mientras ella se aleja? O mejor, ¿vas a actuar como un hombre y hacerle saber cómo te sientes, en lugar de dejar que los celos te controlen?
Colin, sintiéndose acorralado, dio un paso atrás.
—No puedo competir contigo, Anthony. Siempre serás el favorito. Pero si crees que esto se trata de celos, te equivocas. Se trata de que te estás comportando como un tonto.
La mirada de Anthony se suavizó por un momento, pero su determinación no flaqueó.
—No estoy intentando ser tu enemigo. Pero no puedo quedarme de brazos cruzados mientras te lamentas por algo que pudo ser. Debes decirle lo que sientes, Colin. No puedo ser el único que lo haga.
Colin, abrumado por la conversación, sintió que el peso de las expectativas familiares y la presión de la sociedad lo aplastaban. Se volvió hacia el salón, donde Penelope estaba, hablando con Eloise, su rostro iluminado con una sonrisa que hacía que el corazón de Colin se retorciera.
—No puedo hacer esto —dijo Colin en voz baja, sintiéndose perdido—. No puedo verla interesarse en ti.
Anthony tomó un respiro profundo, su expresión se suavizó.
—No quiero que esto destruya nuestra relación, Colin. Eres mi hermano. Pero tengo que ser honesto.
Colin asintió, sintiendo que las palabras de Anthony lo atravesaban. La lucha interna entre sus sentimientos por Penelope y su lealtad hacia su hermano lo dejó en un estado de confusión.
—Tienes razón —dijo finalmente, su voz baja—. Pero no será fácil.
—Nunca lo es —respondió Anthony—. Pero eso no significa que no debamos intentarlo.
Ambos hermanos se miraron en silencio, entendiendo que su relación había cambiado irrevocablemente. La rivalidad entre ellos no era solo por el amor de Penelope, sino también por la búsqueda de sus propias identidades y lo que significaba ser un Bridgerton.
Mientras la música seguía sonando y las parejas bailaban en el salón, Anthony y Colin supieron que el camino por delante estaría lleno de desafíos. Pero también era un camino que debían recorrer juntos, como hermanos, enfrentando no solo sus sentimientos por Penelope, sino también las complejidades de su propia relación.
Mientras tanto, la risa y el bullicio a su alrededor continuaban, ignorando el conflicto que estaba a punto de cambiar sus vidas para siempre.
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El comienzo de un cambio (Anthony x Penelope?
RomanceAveces el amor esta donde menos pensamos. Con Penelope aún enamorada de Colin, y Anthony comenzando a notar algo diferente en ella. La relación entre ellos se presenta de manera sutil, mientras ambos empiezan a percibir pequeños cambios en sus senti...