El comienzo de un cambio (Anthony x Penelope?

Capítulo 25: Confesiones y Malentendidos

Las semanas que siguieron al baile fueron una mezcla de tensión y emociones en conflicto para Penelope, Anthony y Colin. Penelope se esforzaba por equilibrar su doble vida como Lady Whistledown mientras lidiaba con las inesperadas emociones que la cercanía de Anthony despertaba en ella. Aún amaba a Colin, o eso creía, pero el interés de Anthony comenzaba a confundirla, planteándole preguntas que jamás había pensado enfrentar.

Mientras tanto, Colin, aún molesto por la columna de Lady Whistledown y por la relación cada vez más estrecha entre Penelope y Anthony, evitaba a ambos y se sumía en un estado de reflexión y resentimiento que solo empeoraba sus sentimientos.

Una tarde, en la residencia de los Bridgerton, Daphne, quien había notado los cambios en su hermano mayor, decidió enfrentar a Anthony.

—Anthony, querido, ¿puedo preguntarte algo? —dijo Daphne, inclinándose sobre su bordado con una sonrisa astuta.

Anthony la miró con una mezcla de sorpresa y resignación.

—Por supuesto, Daphne. Aunque creo saber de qué quieres hablar.

Daphne lo miró divertida.

—¿En serio? Pues, ¿qué tal si me cuentas sobre tu repentino interés en nuestra querida Penelope Featherington?

Anthony se quedó en silencio un momento, sorprendido de lo obvia que debía ser su atracción. Sin embargo, no podía negar lo que sentía.

—No es algo que planeé —dijo al fin, suspirando—. Pero Penelope es... diferente. Es inteligente, amable, y mucho más fuerte de lo que muchos ven. No es la debutante convencional, y creo que eso es lo que me atrae de ella.

Daphne sonrió, pero en su rostro había una advertencia.

—Tienes que ser honesto con ella, Anthony. Penelope ha pasado mucho tiempo a la sombra, y no se merece menos que una intención clara. No la pongas en una situación en la que termine lastimada, especialmente si lo que sientes no es definitivo.

Las palabras de Daphne hicieron eco en Anthony, quien se dio cuenta de que debía

Anthony se quedó en silencio, asimilando las palabras de Daphne. Había intentado ignorar lo que sentía por Penelope, pensando que era una simple atracción pasajera. Pero ahora, al hablarlo en voz alta, la realidad le golpeaba con una intensidad inesperada. No era algo pasajero. Desde aquel primer baile y sus conversaciones llenas de ingenio, algo en ella le había calado profundamente.

—Daphne —comenzó, con voz seria—, ¿crees que ella… podría verme de la misma manera?

Daphne lo miró con una mezcla de ternura y diversión.

—Anthony, a veces eres muy inteligente en asuntos de familia, pero increíblemente ciego en lo que a sentimientos se refiere. Penelope siempre ha sido discreta y reservada, pero si miras bien, verás que hay una sinceridad en sus ojos cuando te observa. Tal vez, incluso, más de la que tú mereces.

La confesión de su hermana lo dejó pensativo. Era cierto que Penelope lo miraba de un modo especial, pero siempre había supuesto que ella solo tenía ojos para Colin. La amistad y afecto que Penelope sentía por su hermano menor era algo que todos sabían, y él no quería ser quien interfiriera. Sin embargo, había algo en el modo en que ella respondía a su cercanía que lo hacía cuestionar todo.

—Entonces… ¿crees que debería hablar con ella directamente? —preguntó Anthony, no solo buscando la aprobación de su hermana, sino también una especie de empujón para enfrentar sus propios temores.

Daphne sonrió con comprensión.

—Si realmente te importa, Anthony, entonces no deberías dejar que la duda te detenga. Penelope es alguien que merece sinceridad. Pero ten cuidado —añadió, con una expresión grave—. Esto no es un juego. Si decides abrirte, asegúrate de que estás listo para ser honesto con ella… y contigo mismo.

Anthony asintió, sintiendo un peso en el pecho que no había previsto. Daphne tenía razón. Penelope no era una joven que mereciera incertidumbres, y si él se acercaba a ella, tendría que ser con todo el respeto y la claridad que ella se merecía.

En la Casa Featherington

Mientras tanto, Penelope, en su habitación, contemplaba su reflejo en el espejo, con pensamientos confusos llenando su mente. Los últimos encuentros con Anthony habían cambiado algo en ella, y aunque siempre había sentido un cariño especial por Colin, las atenciones de Anthony despertaban emociones que no podía ignorar.

¿Era posible que todo este tiempo hubiera idealizado a Colin, mientras que el verdadero afecto había estado esperando en la figura de Anthony? La posibilidad la inquietaba y la emocionaba a partes iguales.

Justo en ese momento, Eloise, su amiga leal y constante, irrumpió en la habitación sin tocar, como siempre hacía. Con su usual actitud inquisitiva, se lanzó directamente al tema.

—Pen, ¡¿no se qué es lo que está pasando realmente entre tú y Anthony Bridgerton?! Pero toda la ciudad está hablando, y yo sé que no quieres que la sociedad te persiga, pero admito que esto ha despertado mi curiosidad.

Penelope se sonrojó y miró hacia otro lado.

—Eloise, ya te he dicho que no es tan sencillo. Ni siquiera yo sé lo que realmente siento en este momento.

Eloise la miró, cruzando los brazos y mostrando una mezcla de interés y escepticismo.

—¿Es acaso un verdadero interés en Anthony? ¿O solo estás confundida porque alguien al fin ha empezado a ver tu verdadero valor?

Las palabras de Eloise la golpearon con fuerza. Sabía que su amiga, con toda su franqueza, siempre iba al fondo de la cuestión. ¿Qué era lo que realmente sentía? ¿Era amor por Anthony o simplemente el eco de años de deseos no correspondidos que ahora se convertían en atención?

Eloise, al ver el conflicto en el rostro de su amiga, suavizó su tono.

—Penelope, si Anthony te hace feliz y te mira como realmente mereces… entonces creo que tienes derecho a explorar eso. Pero nunca permitas que la sociedad, ni nadie, te diga cómo o quién debes ser.

Penelope la abrazó con gratitud.

—Gracias, Eloise. Tus palabras significan mucho para mí.

Pero incluso después del abrazo, el dilema seguía latente. Penelope tenía mucho que reflexionar sobre su futuro, y aunque sus sentimientos hacia Anthony crecían, sabía que sería un camino complicado.