La mansión Bridgerton estaba llena de vida, como siempre, pero esa mañana las tensiones eran más palpables que de costumbre. Los eventos recientes habían dejado a más de uno reflexionando sobre los susurros que empezaban a circular en la alta sociedad.
En uno de los salones más tranquilos, Violet Bridgerton, sentada elegantemente, revisaba una carta que acababa de recibir. Su semblante era serio, como si cada palabra escrita en la misiva aumentara el peso que llevaba en sus hombros. Daphne, que había venido a visitarla esa mañana, se acercó con curiosidad.
-Madre, ¿qué sucede? -preguntó Daphne, inclinándose para ver la carta.
Violet dobló la carta con cuidado y levantó la mirada hacia su hija mayor.
-No es nada de lo que debas preocuparte, querida. Solo... noticias que me hacen pensar.
Daphne, que siempre había sido perceptiva, no se dejó engañar.
-Si hay algo que te preocupa, quiero saberlo. La familia es lo más importante.
Violet esbozó una leve sonrisa.
-Siempre tan protectora, Daphne. Es solo que los rumores están comenzando a circular más rápido de lo que esperaba. He oído cosas sobre Anthony y Penelope que podrían ser... complicadas para nuestra familia.
Daphne arqueó una ceja, claramente intrigada.
-¿Complicadas? ¿Por qué? Si Anthony está interesado en Penelope, no veo por qué habría problemas. Ella es una buena amiga de la familia y, aunque su estatus no sea tan elevado, es una dama respetable.
Violet suspiró, colocando la carta sobre la mesa.
-No es solo su estatus lo que preocupa. Las expectativas que tenemos para Anthony son grandes. Y lo que es aún más importante, Colin podría no tomar esto tan bien como pensamos. Aunque no haya mostrado interés romántico en Penelope, ha estado muy unido a ella. Los celos entre hermanos no son algo que pueda tomarse a la ligera.
Daphne se quedó en silencio un momento, reflexionando sobre lo que su madre había dicho. Sabía que Violet tenía razón. Colin y Anthony siempre habían tenido una relación cercana, pero también competitiva en ciertos aspectos. Si Colin descubría que Anthony estaba desarrollando sentimientos por alguien que había sido tan importante en su vida, las cosas podían complicarse rápidamente.
-Hablaré con Colin -dijo Daphne finalmente-. Trataré de medir su reacción. Tal vez no sea tan complicado como pensamos.
Violet asintió, confiando en el juicio de su hija.
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En otra parte de la ciudad, en la residencia Featherington, Lady Portia Featherington estaba haciendo lo que mejor sabía hacer: conspirar y planificar para mejorar el destino de sus hijas. Acompañada de Prudence y Philippa, la madre vigilante repasaba las oportunidades sociales que tenían por delante.
-Escuchen bien, niñas -dijo Portia, mientras se paseaba por el salón-. El baile de la reina fue un éxito, pero aún no hemos asegurado un buen partido para ninguna de ustedes. Y con esos rumores sobre Penelope y el vizconde Bridgerton, no podemos permitir que se lleve toda la atención.
Prudence, siempre más interesada en los escándalos que en los matrimonios, arqueó una ceja.
-¿Rumores sobre Penelope? ¿Es cierto que Anthony Bridgerton podría estar interesado en ella?
Portia chasqueó la lengua, claramente irritada.
-No es más que habladurías, estoy segura. Penelope nunca ha sido la que llame la atención de los hombres, y menos de alguien como el vizconde. Pero si hay algo de verdad en esos rumores, debemos actuar rápido. No podemos permitir que tu hermana menor nos eclipse. No después de todo lo que hemos trabajado.
Philippa, que rara vez comprendía la gravedad de las situaciones, intervino con su habitual falta de tacto.
-Tal vez deberíamos apoyarla. Si Penelope se casa con Anthony Bridgerton, todos nos beneficiamos, ¿no?
Portia la miró como si hubiera dicho la cosa más absurda del mundo.
-¡Por supuesto que no! Si Penelope se convierte en vizcondesa, eso nos pondrá en la sombra. Nadie prestará atención a vosotras dos. Necesitamos asegurar que cada una de ustedes tenga un buen partido antes de que cualquier rumor se vuelva realidad. Además -añadió con una sonrisa astuta-, hay otros peces en el mar. Colin Bridgerton aún está soltero, y no olvidemos a Lord Fife. Hay muchas opciones si jugamos bien nuestras cartas.
Prudence rodó los ojos, pero no dijo nada. Sabía que, a pesar de las locas estrategias de su madre, siempre había alguna verdad en sus palabras.
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Mientras tanto, en la biblioteca de los Bridgerton, Eloise estaba sumida en un profundo debate con Benedict, su hermano mayor. A diferencia de los demás, Benedict siempre había tenido una visión más relajada sobre las normas sociales y los matrimonios arreglados, algo que Eloise admiraba profundamente.
-Es ridículo cómo la sociedad se obsesiona con los rumores y las apariencias -dijo Eloise, paseándose de un lado a otro-. Ahora están diciendo que Anthony está interesado en Penelope, y todo el mundo parece estar enloqueciendo por eso. ¿Qué importa si es cierto o no? ¿No deberían poder casarse por amor en lugar de por las expectativas?
Benedict, que estaba recostado en un sillón, observó a su hermana con una sonrisa.
-Lo que dices tiene sentido, Eloise. Pero ya sabes que nuestra sociedad no funciona de esa manera. Aquí, los matrimonios no solo se tratan de amor, sino también de poder, posición y alianzas.
Eloise se detuvo, cruzándose de brazos.
-Es precisamente eso lo que odio. Penelope ha sido mi amiga por años, y no quiero que la traten como una moneda de cambio solo porque Anthony podría estar interesado en ella. Además, Colin siempre la ha tenido en alta estima. No me imagino lo que pensará de todo esto.
Benedict levantó una ceja, intrigado por la mención de Colin.
-Colin siempre ha sido cercano a Penelope, pero nunca la ha visto de esa manera. ¿O crees que podría haber algo más ahí?
Eloise se encogió de hombros.
-No lo sé. Pero sé que si estos rumores continúan, Colin podría verse envuelto en todo esto, y no me gustaría ver a mis hermanos enfrentándose por algo tan trivial.
Benedict asintió, comprensivo.
-Tienes razón en una cosa, Eloise. Si Anthony realmente tiene sentimientos por Penelope, será complicado. Pero también debemos confiar en que nuestros hermanos sabrán cómo manejar sus propios corazones.
Eloise suspiró, aunque aún inquieta. Benedict siempre parecía tener una perspectiva calmada, pero ella no podía evitar sentir que las cosas estaban a punto de volverse mucho más complicadas.
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La alta sociedad de Londres comenzaba a encenderse con susurros cada vez más fuertes sobre Anthony y Penelope. En las calles y en los salones, las damas y caballeros intercambiaban opiniones, haciendo sus propias apuestas sobre lo que podría suceder entre el vizconde y la tímida Featherington.
Lady Danbury, siempre en el centro de los chismes, no pudo evitar comentar sobre el asunto mientras tomaba el té con Violet en su residencia.
-Querida Violet, el escándalo parece estar tocando la puerta de tu casa. Los rumores sobre Anthony y la señorita Featherington están tomando fuerza, y debo decir que no es el tipo de historia que se desvanece fácilmente.
Violet, aunque preocupada, mantuvo su compostura.
-Anthony siempre ha sabido manejarse en la sociedad, pero admito que esto podría ser más complicado de lo que esperaba. Lo único que me importa es que mis hijos encuentren la felicidad, pero temo que la sociedad no lo verá de la misma manera.
Lady Danbury sonrió, tomando un sorbo de su té.
-La felicidad es algo que rara vez importa en estos círculos. Pero no te preocupes, querida. Siempre he creído que cuando el amor es verdadero, ninguna barrera es demasiado alta.
Los destinos de los Bridgerton, Featherington y todos los involucrados estaban en juego, y aunque los rumores se expandían rápidamente, los corazones que latían bajo esas apariencias sociales tenían mucho más que decir.
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El comienzo de un cambio (Anthony x Penelope?
RomanceAveces el amor esta donde menos pensamos. Con Penelope aún enamorada de Colin, y Anthony comenzando a notar algo diferente en ella. La relación entre ellos se presenta de manera sutil, mientras ambos empiezan a percibir pequeños cambios en sus senti...