Capítulo 17

50 8 0
                                    

Pov Regina

—¿En serio me harás vestirme así para la cena con tus padres? —pregunta mi hermosa rubia en un tono serio mientras sostiene un cambio de ropa más elegante a lo que usa normalmente.

—Si —respondo tranquila—, y date prisa que sé nos hará tarde.

Yo ya me había duchado, obviamente sola porque si no nunca llegaríamos a esa cena, Emma entro a ducharse y yo aproveche para buscar a Ruby.

Hasta donde se todos los preparativos de la boda ya están listos, será en dos días y Ruby y Mulán ya tienen mi vestido.

—Estoy segura que Emma tendrá una erección el día de la boda al verte —dice Mulán en un tono burlesco cuando me ve observando mi vestido.

—A Emma se le para todos los días a todas horas solo con escuchar el nombre “Regina” —esta vez es Ruby quien ríe por su propio comentario y yo sonrió pues claro que es verdad.

—Bien, entonces no hay dudas sobre nada, ¿verdad? —pregunta Mulán.

—No —susurré embobada mirando mi vestido.

—Bien, entonces tienen una cena a la cual deben asistir —dice Ruby y recuerdo que Emma ya debe estar lista.

Salgo de la habitación donde se guarda mi vestido y al pie de las escaleras encuentro a Emma ya lista, pero…

—¿Qué demonios Emma? —pregunté molesta—. ¿Dónde esta la ropa que te di?

—No me gusto, es incómoda —responde tranquila.

—Emma, por el amor de Dios, es una cena en casa de mis padres, tienes que dar una buena imagen —respondo molesta.

—No estoy acostumbrada a usar esa ropa, así que me llevo esto y punto —responde tranquila.

Su ropa se resume en un pantalón gris no tan holgado, botas negras, camisa blanca y encima de todo eso un abrigo de piel de oso negro.

Por otro lado, yo decidí usar el vestido negro que mamá me regalo antes de que viniera aquí para casarme con Emma, es un vestido holgado que llega un poco arriba de mis rodillas, pero resalta bien mis pechos y eso desde luego que Emma ya lo noto, por otro lado unas botas negras que le robe a Emma y eso es todo lo que hay en mi.

—Emma, por favor, ponte la ropa que te di, es linda —pido amablemente una última vez, pero ella niega.

—No, iré así y como te atrevas a decir otra cosa no habrá más juegos para ti en la noche —dice seria.

Me doy la vuelta molesta y caminó hacia la puerta saliendo de la casa. Emma me sigue, pero ni siquiera la espero.

El camino hasta la frontera de nuestro territorio es silenciosa y al llegar los lobos que vigilaban se alejan al notar qué estoy molesta. De un salto ya estoy del otro lado del río, en tierras de mi padre y Emma me sigue aún manteniendo su distancia.

Los lobos de mi padre aparecen y le gruñen a Emma y sonrió. Sigo avanzando dejándola a ella ahí con varios lobos dispuestos a atacarla de ser necesario.

—Regina —me llama seriamente.

—Haz lo que se te de la gana, no me importa —respondo aún molesta.

—¿Crees qué a tu padre le agrade encontrar los cuerpos de estos lobos hechos pedazos? —pregunta seriamente y eso hace que me detenga y la volteé a ver—. Porque te recuerdo que puedo matarlos a todos sin esforzarme.

Sus ojos se tornan rojos y eso hace que los lobos retrocedan unos pasos asustados.

Ella avanza tranquilamente hacia mi sabiendo que los lobos no harán nada para atacarla. Una vez de pie junto a mi me sujeta del rostro aparentando mis mejillas y se lame los labios.

—No quieras jugar conmigo Regina —dice seria y me besa con pasión provocando qué todo mi cuerpo vibre—, a menos que sea en la cama.

Dicho esto me da una nalgada y me hace avanzar.

—Sabes, me da gusto que trajeras ese vestido, será más fácil para mi —dice con burla.

—Idiota —susurré avergonzada al saber lo que planea.

Al llegar a la villa todos nos esperan, la gran cena es hoy por lo que toda la villa esta presente.

Volteo a ver a Emma de reojo sonriendo de lado, planeo avanzar sola para ver que es lo que hace ahora con todos aquí, pero ella toma mi mano impidiendo que ejecute mi plan.

—Eres malvada amor mío —dice con una sonrisa—, me gusta.

Avanzamos bajo la mirada de todos hacia la mesa central donde estaban, Neal, mamá y papá.

Por mi alegría suelto la mano de Emma y corro para abrazar a mi madre quien me recibe con igual alegría.

—Te extrañe mucho mamá —digo con una sonrisa y ella solo me abraza con más fuerza.

—Regina —escucho la voz de mi padre llamarme en su habitual tono serio—, ¿no piensas saludar a tu padre?

Igualmente lo abrazo luego de separarme de mamá y me siento bien de estar de nuevo con mi familia.

—Si quieres quedarte puedes hacerlo —dice mi padre y su comentario me confunde—, no tienes que volver con ella.

Escucho la risa de Emma y eso me confunde aún más provocando que me aleje un poco de mi padre.

—Quiero pensar que esta cena no fue solo una trampa para hacerme venir y retarme a una pelea para recuperar a Regina —menciona Emma.

—¿Y que si eso es lo que pasa? —pregunta mi padre con seriedad.

Los ojos de Emma se vuelven rojos al igual que los de mi padre por lo que me veo obligada a intervenir.

—Emma, amor, tranquila —susurré tranquila y me acerco para abrazarla—. Te amo y no me separare de tu lado.

—Quien se atreva a intentarlo perderá la cabeza —dice molesta mirando a mi padre quien responde con un gruñido de guerra.

El cuerpo de Emma comienza a cambiar, pero no es su habitual manera de transformarse por lo que se que no es nada bueno.

Tomo su rostro y la beso con suavidad y pasión lo que logra tranquilizarla.

Al separarme le sonrió y es momento de enfrentar a papá.

—Basta —le digo seria—, Emma es a quien amo y me casare con ella, así que te pido que lo que sea que planeas lo olvides o tendrás que vertelas conmigo.

Él solo asiente y veo a Neal sonreírme.

—Bien, vamos a cenar —dice mi mamá y todos toman asiento.

Emma duda por un momento en quedarse un minuto más, pero al ver mi rostro ella sonríe y me deja guiarla a la mesa.

La cena transcurre sin más problemas y aprovecho para hacer la invitación a mi boda dejando en claro que todos están invitados.

Al terminar la cena papá nos invita a quedarnos a pasar la noche en la que era mi habitación, pero dada la situación no lo creo prudente y soy yo quien rechaza la oferta.

Emma y yo nos marchamos con la luz de la luna iluminando nuestro camino y cuando pienso que llegaremos a casa sin ningún problema es Emma quien inicia los problemas.

—Emma no —forcejeo con ella tratando de apartarla—. Detente, Emma no, aquí no.

—¿Qué tiene de malo querer hacerlo con mi mujer aquí en la naturaleza? —pregunta con una sonrisa.

—Pueden vernos —respondo dejando claro la razón más obvia.

—No necesariamente tengo que arrancarte la ropa para hacer lo que quiero hacerte —dice con una sonrisa llena de malas intensiones.



Mi Luna de Lunas (SwanQueen) [ABO]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora