Pov Emma
Desde que llegamos había notado la intención de Neal al provocarme, planea demostrar que soy una amenaza potencial para todos y orillarlos a atacarme para acabar conmigo.
Por suerte para él, su hermana estaba aquí conmigo, de lo contrario él ya estaría muerto. Aunque para salvar a su hermano Regina me estuvo provocando y ahora estoy sufriendo aquí junto al calvo y su madre mientras mi mujer está quien sabe donde molesta conmigo.
Trato de ignorar a Neal y concentrarme en el aroma de Regina para ir en su búsqueda y irnos de aquí, el plan de quedarnos esta noche tendrá que ser para otro día.
Cuando por fin la encuentro mi cuerpo se llena de ira al percibir el aroma de mi hermana junto a ella. Me pongo de pie pero Neal se pone delante de mi impidiendo qué siga con mi camino.
Si bien tengo la fuerza para hacerlo pedazos se que no es conveniente. No llevare a mi clan a una guerra innecesaria y mucho menos haré que mi esposa me odie.
Con mi cuerpo apunto de explotar por la ira, vuelvo a sentarme y aprieto los puños en espera de que Regina vuelva.
Pasaron al menos 10 minutos hasta que ella volviera, entro como siempre por esa puerta, hermosa, perfecta y con una gran sonrisa pintada en sus labios. Sonrisa que desapareció al ver mi rostro.
No di tiempo de que cuestionara a nadie ni nada, simplemente me puse de pie y comencé a caminar hacia la salida.
—Nos vamos —dije seria.
—¿Qué? —preguntó confundida—. Pero habíamos dicho que…
—Nos vamos —repetí interrumpiendo lo que fuera a decir.
—¿Es idea mía o estas siendo grosera con mi hermana en su casa? —preguntó el calvo—. Porque si es así entonces…
Mi mirada de furia y mis ojos rojos lo hicieron guardar silencio y escuche que el corazón de Regina se aceleraba.
—No quieras sentirte importante solo porque subiste de rango calvo engreído —dije molesta—, sigues siendo un perro al qué puedo hacer pedazos sin esforzarme.
Abandone la casa y podía escuchar los pasos de Regina detrás de mi, al menos no sería necesario llevarla a casa a la fuerza.
Caminé furiosa hasta llegar a casa y al entrar ni siquiera Nía quiso saber lo que pasaba y simplemente nos ignoro.
Al entrar a la habitación escuche la puerta ser cerrada y luego una fuerte bofetada aterrizó en mi mejilla.
—No tienes derecho a hablarme así, ni a tratar a mi hermano como lo hiciste en su casa —dijo molesta y con lágrimas en los ojos—, no puedes buscar problemas con todos.
—Tengo todo el maldito derecho —dije molesta—, ¿sabes por qué? —pregunté en el mismo tono—. Porque no hay nadie más fuerte que yo, no hay criatura en este plano qué pueda enfrentarse a mi.
—¿Esto es por qué Ruby estaba ahí? —preguntó seria—. ¿Sigues molesta con ella?
Al no obtener respuesta de mi parte se dio la vuelta dispuesta a marcharse, pero la sujete del brazo, quizás con más fuerza de la necesaria.
—Auch, Emma me lastimas —dijo con algo que no había escuchado en su voz.
Miedo, ella me tenia miedo otra vez.
La solté y retrocedí lentamente, no creyendo qué había sido capaz de lastimarla.
—Ahhh —grite furiosa y comencé a destrozar la habitación mientras ella pedía llorando qué me detuviera.
Pero era inútil, todo era obscuro para mi, esta vez no importaba qué tan fuerte fuera, estaba perdiendo esta pelea contra mi misma.
August, Mulán y un par de hombres más llegaron para detenerme y al final pudieron someterme entre todos.
El llanto de Regina me estaba haciendo pedazos, jure nunca hacerla llorar y hoy le he fallado, cuando me levantan para sacarme de la habitación no soy capaz ni de mirarla, no soy merecedora de ese privilegio.
Papá tenia razón cuando me llamo monstruo antes de que le arrancará la cabeza, en eso me he convertido.
Con Ruby fuera de nuestras vidas, August era el lobo más fuerte que tenia, pero él reconocía la sabiduría y estrategia de Mulán, por lo que ella ocupa ahora el puesto de segunda al mando y en este caso decidió qué lo más conveniente seria encerrarme en el calabozo.
Algo qué hace años no pasaba hoy sucede de nuevo, igual que cuando era niña, débil y frágil hoy me encuentro encadenada sentada sobre los fríos pisos y en medio de la obscuridad de las cuatro paredes de pierda que me rodean.
—Lo sentimos pero son ordenes, no puede verla —dice uno de los guardias.
—Soy su esposa, tengo derecho y la autoridad para verla —responde Regina—, Mulán, diles que se hagan a un lado.
—Esto no es cosa mía Regina, fue Emma quien dio esa orden, nadie puede entrar ahí hasta que ella lo ordene —dijo tranquila cumpliendo con la última orden que le di.
—Emma, amor por favor —súplica Regina y siento asco de mi misma.
No merezco que ella me llame así, no merezco ni que me hable.
Simplemente no respondí, no quiero volver a causarle daño, es mejor que por ahora estemos separadas hasta que pueda estar segura que volví a ser yo.
Pero no será fácil, pero no me rendiré, debo asegurarme que podre cuidarla a ella y a nuestra pequeña incluso de mi misma.
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Mi Luna de Lunas (SwanQueen) [ABO]
FanfictionDestinada a amarla con cada parte de ella a pesar de las circunstancias. Protegerla de todo, incluso de ella misma al tiempo que se propone a amarla. Regina se ve obligada a casarse para evitar una guerra qué probablemente acabaría con toda su famil...