Capítulo 43

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Pov Emma

—¿Hace cuánto que sabes esto? —pregunté mientras besaba su cuello.

—Una semana —respondió tranquila mientras movía hacia un lado su cabeza para darme mejor acceso a su cuello.

—Te castigare por decírmelo hasta ahora María —le susurré en su oído una vez que me aparte de su cuello.

—Por favor —respondió en un susurró.

Le quite la blusa que llevaba puesta dejando ver sus hermosos pechos, no lleva sujetador, algo que agradecí pues ella sabe cuanto amo sus pechos.

—Mmm, Emma —gimió y con sus manos pego mi rostro más a su pecho—, pareces un bebé cuando se trata de mis pechos.

—No me culpes amor mio —respondí tranquila mientras seguía chupando su seno izquierdo y acariciaba el otro con una mano.

No podía soportarlo más, necesitaba estar dentro de ella lo más rápido posible.

Le recosté en la cama y termine de desnudarla. Abrí sus piernas con cuidado y sin perder tiempo me arrodille para comenzar a lamer su centro.

—Ahh, Emma, si, por favor tócame, no pares —gimió y arqueo la espalda.

Me aparte un momento para despojarme de mi camisa y luego volví a darle la atención que ella tanto necesitaba.

—Emma, por favor, no me prives más de sentirte —lloriqueó y sonreí, no podía negarle nada a ella, menos en su estado.

Termine de quitar mi ropa y subí con cuidado sobre ella para comenzar a besarla. Cuando sus labios se unieron a los míos nuestros cuerpos se unieron de igual forma.

El vaivén de nuestros cuerpos era lento, gozando de estos momentos donde solo existimos ella y yo. No importaba cuantas veces le haya hecho el amor desde que estamos juntas, nuevas sensaciones despertaban en mi cada vez que volvía a hacerla mía.

Ahora tenia miedo, miedo de perderla, miedo de morir tratando de eliminar a Sam para que nuestras hijas no corrieran riesgo en el futuro.

—No te detengas Emma, si lo haces no te perdonare —gimió contra mis labios y entonces me di cuenta que había comenzando a detener mis embestidas.

—Me gusta cuando te pones mandona mi amor —le respondí y entonces decidí dejar qué ella llevara el control.

Con ella arriba de mi disfrutaba la vista de su cuerpo aun más, ella era lo más precioso qué mis ojos han visto.

Pov Ruby

—Vamos Lily, no tengas miedo de lastimarme —le dije seria mientras ella trataba de reprimir las llamas de su cuerpo.

—La humana se niega a herirte —respondió aquella voz que adquiría cada vez que se transformaba—, su amor por ti es fuerte.

Entonces las llamas se apagaron y de nuevo Lily estaba conmigo.

—Maldición Lily, así no podrás controlarlo —le dije frustrada.

—No pienso herirte Ruby, podría matarte —dijo seria—. Me importas mucho, te amo.

—Al menos has aprendido a hacer fuego con tus manos sin necesidad de cambiar —dije resignada.

Ella sonrió y caminó hacia la cascada para darse un baño rápido.

Cuando decidí que nos iríamos no sabia si podría llegar hasta aquí, pero por fortuna logramos evadir a la seguridad de Emma y llegamos hasta su refugio, sabia que mientras Regina estuviera embarazada Emma no vendría aquí y a la muy idiota nunca se le ocurriría buscar a Lily en su propio territorio.

Dentro de la casa la comida estaba lista y una vez comimos sabia que debíamos intentar de nuevo lo que hasta ahora no había funcionado.

—Bien Lily, debemos seguir intentando —dije tranquila y acaricie su mejilla—, ya has aprendido a hacer fuego y ahora cambias con mayor facilidad, confío en ti, creo en ti cariño.

Ella me sonrió y nos dimos un corto beso.

Nos sentamos en el suelo frente a frente y ella respiro profundo y cerro los ojos. La tome de las manos tratando de ayudarla a concentrarse.

Estas semanas sabia que si quería que Lily controlará su poder debíamos obtener respuestas. Habíamos intentado que Lily entrará en transe y dejara salir al sabueso sin qué este se incendiara para que yo pudiera hablar con el. Pero hasta ahora no lo habíamos conseguido.

O al menos hasta este momento.

Solté sus manos al sentir como ardían y ella abrió los ojos y estos brillaban envueltos en fuego.

—Has insistido tanto por esto —dijo seria—, aquí me tienes.

Me aleje un poco y trague saliva nerviosa.

—¿Por qué estas aquí? —pregunté nerviosa.

—Un espíritu antinatural escapó del infierno —respondió serio—, vine para llevarlo de vuelta.

—Emma —respondí.

—Tu hermana solo es el recipiente —respondió serio.

—Cuando cambia a ese lobo enorme, es eso lo que buscas —dije seria.

—No —respondió seria y quede confundida—, eso es solo una forma que todos los lobos podían despertar, pero con los años se perdió esa habilidad, lo que busco es algo más poderoso.

Eso me había dejando helada, Emma aún podía transformarse en algo más.

—¿Qué es exactamente? —pregunté nerviosa.

—Si tu hermana pierde el control, ese espíritu tomará el control de su cuerpo y su mente —dijo seria—, la transformación que has visto de ella seria cubierta por fuego infernal y entonces sería más fuerte, más rápida.

—Seria como tú —dije preocupada.

—No —respondió seria—, yo fui creado por el dios Hades para custodiar el inframundo, nadie puede oponerse a la voluntad de un dios, ese espíritu solo causaría mayor destrucción si no lo detengo.

—Pero para eso debes matar a Emma —dije tranquila.

—No —dijo seria—, solo debo arrancar el espíritu de su cuerpo, ella vivirá y yo volveré al infierno con el espíritu.

—¿Y qué pasara después? —pregunté preocupada al recordar que dijo que Lily había muerto.

—Lily morirá —respondió seria—, como debió haberlo hecho en aquel accidente donde tome su cuerpo, ella vive gracias a que estoy dentro de ella, una vez que abandone su cuerpo ella morirá.

—No —dije seria—, debe haber otra manera, Lily no puede morir.

—Ese era su destino, un destino al cual me opuse, pero que llegara una vez que deje de oponerme —dijo seria.

No podía permitir esto, Lily no podía morir, no podía dejarme.

—Ahora que sabes esto, ayúdame —dijo seria—, o ese espíritu que vive en tu hermana destruiría todo lo que amas y conoces.

—Yo solo amo a Lily —respondí seria—, y no dejare que ella muera.

Le di un fuerte golpe y su cuerpo cayo de espaldas.

—Auch, Ruby eso dolió —esta vez era Lily.

—Perdóname Lilitha, tenia que hacerlo —dije triste y la abracé.

—¿Lo logre? —preguntó nerviosa—. ¿Qué descubriste?

No podía mentirle, ella tenía que saber que quizás podría morir, así que le conté todo.

—Recuerdo el accidente —dijo triste—, los médicos dijeron que era un milagro que solo haya salido con unos rasguños, decían que tuve que haber muerto.

—Moriste al parecer —dije triste.

—¿Qué vamos a hacer Ruby? —preguntó preocupada.

—No lo se —respondí derrotada y la abracé.

Solo sabia que no la dejaría morir.





Mi Luna de Lunas (SwanQueen) [ABO]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora