Un príncipe de revista (Minsung)

Hablando De Más

Perspectiva de Jisung

Jisung salió de la sesión de fotos respirando hondo, intentando calmarse después de las mil y una metidas de pata que había tenido ese día. Por suerte, no me despidieron, pensó, sintiéndose aliviado pero al mismo tiempo aún con el corazón acelerado. Nada en su vida como aprendiz de fotógrafo lo había preparado para enfrentarse a alguien como Lee Minho, el modelo más intimidante que había visto.

Al caminar hacia la salida, sintió su teléfono vibrar y vio que era Félix. Respondió de inmediato, sabiendo que necesitaba desahogarse.

—¡Félix! —exclamó, sin poder evitar que su voz sonara un poco agitada—. ¡No sabes lo que acaba de pasar! Estuve a punto de salir corriendo cuando vi quién era el modelo.

Al otro lado del teléfono, Félix se rió.

—¿Así de mal te fue? —preguntó, divertido.

—¡Peor! ¡Era Lee Minho! —exclamó Jisung, como si con solo decir el nombre pudiera transmitir lo aterrador que había sido todo—. ¡Ese tipo es una leyenda en el modelaje, pero también una leyenda del mal carácter! Todo el mundo sabe que tiene el temperamento más agrio de todo el mundo de la moda. ¡Estaba seguro de que si cometía un error más, iba a arrancarme la cabeza!

Félix soltó una carcajada.

—¿Y cómo te fue, entonces? ¿Lograste sobrevivir a la sesión? —preguntó, con evidente diversión.

Jisung suspiró, exasperado pero con una sonrisa en los labios. La torpeza de toda la sesión le parecía cómica ahora, aunque en el momento había sido como vivir una pesadilla.

—A duras penas. Creo que me tropecé al menos tres veces con los cables, y casi tumbé las luces en una ocasión. Y cada vez que levantaba la vista, él estaba ahí mirándome como si quisiera incinerarme con la mirada. Literalmente pensé que iba a gritarme en cualquier momento. Es como... ¡como si estuviera entrenado para aterrorizar a la gente con solo mirarlos!

Félix no podía parar de reírse.

—Vaya, Jisung, te tocó el peor de los modelos para tu primera sesión de este nivel —dijo entre risas—. Pero al menos ahora tienes una historia para contar. ¿Y él no te dijo nada al final?

Jisung hizo una pausa, recordando ese momento. Aunque Minho había tenido su tono severo durante toda la sesión, al final, cuando todo terminó, se acercó a él y le dijo algo que lo había tomado por sorpresa.

—Bueno, de hecho... —dijo Jisung, su tono bajando un poco mientras recordaba—, al final me dijo que había hecho un buen trabajo. Y fue raro, porque parecía que lo decía en serio. Creo que… no sé, hasta me sorprendió un poco. Pero aun así, no quiero volver a tropezarme con él. Ese tipo puede dar miedo, Félix. Da mucho miedo.

Félix rió, pero esta vez con un tono más comprensivo.

—Bueno, al menos te dijo algo bueno. Tal vez no es tan malo como parece. Quizás solo tiene un carácter difícil, pero no es tan horrible.

Jisung resopló.

—Sí, tal vez, pero créeme, no quiero ponerlo a prueba. ¡Si vuelvo a trabajar con él, voy a ser el asistente más cuidadoso del mundo! No puedo arriesgarme a que me fulmine con una sola mirada otra vez.

Mientras se alejaba, sin darse cuenta de que Minho había escuchado toda la conversación y ya estaba muy lejos de allí, Jisung suspiró, contento de haberse desahogado.