Un príncipe de revista (Minsung)

Yo Soy Un Aprendiz

Perspectiva de Jisung

Jisung pasó el fin de semana escondido en su habitación, intentando procesar lo que había sucedido con Minho y, sobre todo, lidiar con la ansiedad que crecía dentro de él. Cuando finalmente se sintió listo para hablarlo, Félix, Jeongin y Seungmin estaban allí para escucharlo, sentados en la sala de su departamento mientras Jisung trataba de encontrar las palabras adecuadas.

—Creo que cometí un error al… ya saben, con Minho —dijo, mirando sus manos mientras jugueteaba con ellas—. No solo porque él es… bueno, él. Sino porque también voy a tener que verlo en el trabajo de fotografía. Él es literalmente la realeza del modelaje y yo... solo soy un aprendiz. Alguien tan inalcanzable como él nunca se fijaría en alguien como yo de verdad.

Félix negó con la cabeza y se inclinó hacia él, tratando de darle ánimos.

—Jisung, no puedes pensar así. A veces la gente es más de lo que parece, y tal vez Minho no es tan inalcanzable como crees. Te pidió tu número, se pasó toda la noche contigo. Eso tiene que significar algo, ¿no?

Jisung suspiró, sin saber si podía creer en esa idea. La inseguridad lo tenía atrapado, y cada vez que intentaba convencerse de que Minho podía haber sentido algo real, la duda volvía a apoderarse de él.

—No lo sé, Félix… Es Minho, el tipo más reconocido en el modelaje. Todos hablan de él como si fuera perfecto, y yo… solo soy yo, con mi torpeza y mis tropiezos. Tal vez, para él, fue solo una noche divertida, y nada más. Me asusta pensar que, en el fondo, fui solo alguien de paso.

Jeongin se acercó y le dio una palmadita en el hombro.

—Pero también tienes que darle el beneficio de la duda. Te llevaste bien con él, ¿no? La noche fue especial para ti, y si lo fue, tal vez para él también. No te castigues tanto por una suposición.

—Además, si lo ves en el trabajo, tal vez puedas hablar con él y aclarar las cosas —añadió Seungmin—. No sabes si te va a evitar o si también se sintió igual de confundido que tú. Dale una oportunidad de explicarse, si lo ves.

Jisung asintió, agradecido por el apoyo de sus amigos, aunque todavía no estaba seguro de nada. Las semanas siguientes transcurrieron en una calma tensa. Regresó a la universidad y mantuvo su rutina, pero cada vez que su teléfono sonaba, sentía un nudo en el estómago, esperando que fuera una llamada para una sesión de fotos donde probablemente vería a Minho. Sin embargo, la llamada nunca llegó.

Día tras día, Jisung se encontraba revisando su correo electrónico, esperando alguna noticia, pero nada. Con el paso del tiempo, comenzó a convencerse de que quizás todo esto había afectado su trabajo y que lo iban a despedir. Tal vez ya me dieron de baja por mi incompetencia, pensaba, sintiendo la ansiedad crecer cada vez más.

Una noche, mientras cenaba con sus amigos, Jisung soltó su preocupación en voz alta.

—Creo que me van a correr —dijo en un susurro, mirando su plato sin apetito—. Han pasado dos semanas, y no me han llamado para ninguna sesión. Ni una sola vez. Seguro el fotógrafo se enteró de todo y ya no quiere trabajar conmigo.

Félix soltó un suspiro y le dio un empujón ligero.

—Jisung, no puedes pensar así. Tal vez simplemente no ha habido sesiones en las que te necesiten. No te comas la cabeza pensando en lo peor.

Pero aunque trató de escuchar a sus amigos, Jisung no podía evitar la sensación de que había arruinado tanto su relación con Minho como su oportunidad en la fotografía.