La Tregua

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Perspectiva de Minho

Minho se dirigía hacia el área donde había visto a Jisung después de la sesión de fotos. La mañana había sido intensa, pero sorprendentemente buena; cada momento al lado de Jisung parecía añadir algo especial a la atmósfera, y aunque había intentado no dejarse llevar demasiado, no podía evitar querer pasar más tiempo con él. Mientras avanzaba, pensaba en cómo sería invitarlo a comer, en tomar ese pequeño gesto como una manera de afianzar lo que estaban comenzando a reconstruir entre ellos.

Sin embargo, justo cuando estaba a unos metros de distancia, observó cómo uno de los chicos del equipo de producción se acercaba a Jisung con una sonrisa amigable.

—Hey, Jisung, ¿te gustaría venir a comer con nosotros? —escuchó que el chico decía, con un tono amigable y un entusiasmo que a Minho no le pasó desapercibido.

Minho se detuvo en seco, sintiendo cómo la pequeña chispa de esperanza que había tenido comenzaba a desvanecerse. No estaba seguro de por qué, pero la idea de que Jisung aceptara la invitación de alguien más lo hacía sentir… incómodo. No era una sensación que experimentara a menudo; estaba acostumbrado a controlar sus emociones, pero en ese instante se encontró sorprendido por la pequeña punzada de celos que crecía en su interior. ¿Por qué debería importarle si Jisung aceptaba la invitación de otra persona? Esto no significa nada, se recordó, intentando convencerse de que no debía ser tan posesivo.

Sin embargo, antes de que pudiera alejarse, Jisung levantó la vista y lo vio, su expresión mostrando una mezcla de sorpresa y comprensión. Minho se preparó para ocultar su decepción, pero para su sorpresa, Jisung se giró hacia el chico de producción y le dedicó una sonrisa cortés.

—Oh, gracias, pero creo que ya tengo planes —dijo Jisung, y luego comenzó a caminar hacia él, con una expresión tranquila y una pequeña sonrisa en los labios.

Minho sintió una extraña mezcla de alivio y satisfacción al ver cómo Jisung se acercaba a él. Cuando estuvieron uno al lado del otro, Minho hizo un esfuerzo por sonar casual.

—¿Quieres que vayamos a comer juntos? —preguntó, como si no hubiera estado a punto de darse la vuelta y marcharse.

Jisung asintió, y ambos se dirigieron hacia el restaurante del hotel en silencio. Minho sentía que las palabras no eran necesarias en ese momento; la presencia de Jisung junto a él ya lo tranquilizaba.

Una vez en el restaurante, pidieron sus platos y comenzaron a comer. Minho sabía que la conversación que habían tenido durante la cena la noche anterior había sido un buen comienzo, pero había algo más que aún necesitaban abordar. Tomó aire y decidió que era momento de ser honesto.

—Sobre… la última vez que estuvimos juntos —comenzó, mirando a Jisung directamente—. Creo que, por mi parte, tal vez dejé que las cosas se desarrollaran demasiado rápido sin darte espacio. No sé qué fue exactamente lo que sentiste, pero quiero que sepas que, en ese momento, lo que pasó fue sincero para mí. No fue solo algo casual.

Minho nunca había sido de palabras abiertamente sentimentales, pero sentía que Jisung merecía claridad. No quería que los malentendidos continuaran, y al decirlo, sintió que estaba dejando atrás algo que había cargado desde aquella noche.

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Perspectiva de Jisung

Jisung había estado tomando un breve descanso cuando el chico de producción se acercó con una sonrisa amistosa y le propuso unirse al grupo para almorzar. En cualquier otra circunstancia, probablemente habría aceptado sin dudarlo, pero algo en él hizo que mirara en dirección a Minho. Allí estaba, a unos metros de distancia, observando la escena con una expresión que Jisung no había esperado ver: una mezcla de decepción e incomodidad que casi lo hizo sonreír. Minho, con todo su aire de seguridad y control, parecía estar celoso.

Sintiendo una pequeña satisfacción al darse cuenta, Jisung miró al chico de producción y declinó la invitación de forma educada. Luego se dirigió hacia Minho, quien parecía relajarse al verlo acercarse.

—¿Quieres que vayamos a comer juntos? —preguntó Minho con una voz calmada, pero Jisung notó un ligero brillo en sus ojos que dejaba entrever su alivio.

—Claro, suena bien —respondió Jisung, tratando de sonar despreocupado, aunque en su interior el corazón le latía un poco más rápido de lo normal.

Ambos caminaron en silencio hacia el restaurante del hotel, y Jisung se dio cuenta de que, a pesar de todo lo que habían hablado la noche anterior, aún había una especie de barrera entre ellos. La conversación de la cena les había ayudado a acercarse, pero todavía quedaba mucho por resolver. Al sentarse frente a Minho y observarlo mientras esperaban su comida, Jisung supo que había llegado el momento de abordar los temas pendientes.

Cuando Minho comenzó a hablar, Jisung escuchó atentamente, sintiendo cómo cada palabra resonaba en él. La sinceridad en la voz de Minho, su esfuerzo por ser claro, hizo que el peso que había estado cargando se aligerara un poco.

—Lo que pasó entre nosotros no fue algo casual para mí, Jisung —repitió Minho, mirándolo con una intensidad que hacía que Jisung sintiera una mezcla de emociones—. Sé que debí haberte dado más tiempo, y si eso te hizo sentir inseguro, lamento no haber sido claro.

Jisung bajó la mirada, jugando con su tenedor, y se tomó un momento antes de responder.

—No fue tanto eso… creo que fui yo quien dejó que mis inseguridades me dominaran —admitió, levantando la vista para mirarlo con una mezcla de arrepentimiento y resolución—. Esa noche… sentí algo que no había sentido antes, pero pensé que para ti solo sería algo pasajero. Me asusté y no supe cómo manejarlo.

Minho asintió, escuchándolo sin interrumpirlo, y Jisung notó que sus ojos reflejaban una mezcla de comprensión y paciencia que lo reconfortaba.

—No me di cuenta de cuánto significaba hasta que te fuiste —admitió Minho, su tono bajo pero sincero—. Pensé que tal vez tú no querías lo mismo que yo… y decidí alejarme para no seguir sintiéndome… vulnerable.

Jisung asintió, sintiendo que entendía perfectamente esa sensación. Ambos habían dejado que sus inseguridades y malentendidos se interpusieran, y ahora que hablaban abiertamente, se daba cuenta de que había una oportunidad para sanar lo que había quedado inconcluso.

—¿Entonces, una tregua? —preguntó Jisung, con una sonrisa tímida que dejaba entrever su esperanza.

Minho le devolvió la sonrisa, y Jisung sintió que el ambiente entre ellos se volvía más ligero.

—Sí, una tregua —respondió Minho, y ambos compartieron una sonrisa que parecía sellar un acuerdo tácito.

Durante el resto de la comida, la tensión se fue desvaneciendo, y la conversación se volvió más relajada. Hablaron sobre sus planes futuros, sobre los retos de sus respectivos trabajos, y sobre lo que esperaban aprender en esta sesión de Jeju. Minho incluso le contó algunas anécdotas de sus sesiones de fotos pasadas, haciendo que Jisung riera al imaginarlo en situaciones menos glamorosas de las que había imaginado.

Cuando terminaron de comer, ambos se levantaron de la mesa sintiéndose más cercanos, como si hubieran superado un obstáculo que los había mantenido separados. Caminando hacia el set, Jisung sintió que, por primera vez, las cosas entre él y Minho estaban en equilibrio.

Habían llegado a una tregua, y Jisung no podía evitar sonreír, sabiendo que el futuro entre ellos estaba lleno de posibilidades.

Un príncipe de revista (Minsung) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora