Un príncipe de revista (Minsung)

No Puedo Esperar

Perspectiva de Minho

El cuarto día de rodaje comenzó con un aire diferente. Desde la discusión con Nayeon, el ambiente había sido tenso, y Minho sabía que Jisung estaba haciendo todo lo posible para mantenerse concentrado y profesional, aunque el conflicto lo afectara profundamente. Los rumores se extendieron rápidamente, pero, para sorpresa de Minho, el equipo del rodaje, desde el director hasta los asistentes, mostró un apoyo inquebrantable hacia Jisung. Casi todos parecían haberse dado cuenta de lo injusta que había sido Nayeon y valoraban el esfuerzo de Jisung, quien, a pesar de todo, seguía trabajando con dedicación.

Finalmente, los directivos de la marca tomaron una decisión: Nayeon terminaría su participación en un bloque de fotos en solitario, y luego se retiraría del proyecto. Para Minho, esa decisión fue un alivio; sabía que la presencia de Nayeon no hacía más que incomodar a Jisung, y tenerla lejos era lo mejor para todos. Sin embargo, también sentía una profunda gratitud por el equipo que había decidido valorar el trabajo de Jisung, demostrándole que merecía estar allí tanto como cualquier otra persona.

Cuando se acercó a Jisung para compartirle la noticia, lo encontró un poco distante, con la mirada baja y el ceño fruncido. Minho supo al instante que, aunque la situación se había resuelto, las palabras y las acciones de Nayeon habían dejado una herida en él.

—Jisung —dijo Minho en voz baja, acercándose—. Han decidido que Nayeon termine su participación. Solo hará unas fotos en solitario y luego se retirará del proyecto.

Jisung levantó la mirada, con una mezcla de alivio y tristeza en sus ojos.

—Gracias, Minho… pero no puedo evitar sentir que todo esto fue por mi culpa. No quiero que pienses que soy un problema —dijo Jisung, con voz temblorosa.

Minho negó con la cabeza, colocándole una mano en el hombro y mirándolo con una seriedad que esperaba que Jisung comprendiera.

—No eres un problema, Jisung. Eres la razón por la que quiero que este trabajo salga bien. Todo el equipo te apoya, porque ven lo mismo que yo: tu dedicación, tu esfuerzo. No dejes que las palabras de alguien como Nayeon te hagan dudar de ti mismo.

Jisung asintió lentamente, y Minho pudo ver cómo un leve destello de confianza regresaba a sus ojos. Quería que Jisung supiera, sin lugar a dudas, que para él era mucho más que un asistente en el set. Era alguien que se había convertido en una parte importante de su vida, alguien con quien deseaba compartir mucho más que solo momentos de trabajo.

Ese día, el rodaje transcurrió sin problemas. Nayeon realizó su sesión en solitario y, después de eso, se retiró del set sin intercambiar más palabras. Minho notó cómo el ambiente se volvió más ligero en cuanto ella se fue, y aunque Jisung seguía un poco afectado, sus compañeros y él mismo hicieron lo posible para que se sintiera cómodo y respaldado.

Cuando la jornada terminó, Minho se acercó a Jisung, quien estaba guardando algunos equipos, y le sonrió.

—¿Te parece si salimos a cenar? Creo que te lo mereces después de estos días —sugirió, tratando de transmitirle su apoyo y haciendo que esa invitación sonara como algo especial.

Jisung pareció dudar un momento, pero después asintió, esbozando una pequeña sonrisa que le devolvió algo de su brillo natural.

Ambos se dirigieron a un pequeño restaurante en el centro de la ciudad, un lugar discreto y acogedor donde Minho sabía que podrían estar tranquilos. Durante la cena, conversaron sobre temas ligeros, tratando de dejar atrás la tensión de los últimos días. Minho se esforzó por hacer reír a Jisung, contándole algunas anécdotas de trabajos pasados y situaciones divertidas en el mundo del modelaje. Poco a poco, la sonrisa de Jisung se volvió más auténtica, y Minho sintió que, a pesar de todo, estaban encontrando nuevamente ese espacio de confianza y conexión.

Mientras terminaban de comer, Minho notó cómo Jisung lo miraba con una mezcla de gratitud y admiración. Fue en ese momento cuando se dio cuenta de lo mucho que Jisung significaba para él. Ese sentimiento de querer protegerlo, de hacer todo lo posible para que se sintiera seguro y valorado, no era algo que surgiera de la nada. Era algo real, algo profundo que iba más allá de la simple atracción.

Cuando salieron del restaurante, la noche estaba fresca y tranquila, y Minho sintió un impulso incontrolable. Sin pensarlo demasiado, tomó la mano de Jisung, entrelazando sus dedos. Jisung lo miró sorprendido, pero no retiró su mano, y Minho supo que el momento era perfecto.

Sin decir una palabra, Minho se inclinó hacia él y, con suavidad, lo besó. Fue un beso tierno, cargado de emociones contenidas, y sintió cómo el mundo se desvanecía a su alrededor. En ese instante, no importaban los problemas del rodaje, las inseguridades, ni las miradas ajenas; solo estaban ellos dos, compartiendo algo que había crecido en medio de todo.

Sin que ellos lo notaran, algunos fotógrafos de Dispatch los habían capturado en ese momento íntimo. La noticia no tardó en explotar en redes sociales, y en cuestión de minutos, sus teléfonos comenzaron a vibrar con notificaciones. Minho, sin embargo, no se preocupó; estaba seguro de lo que sentía, y en ese momento, lo único que le importaba era Jisung.

Cuando se separaron, Jisung lo miraba con una mezcla de sorpresa y emoción. Minho aprovechó ese instante, decidido a ser sincero con él.

—Jisung, estos días han sido difíciles, pero me han hecho darme cuenta de algo —dijo, tomando su mano con firmeza—. No quiero que esto sea solo un momento pasajero. Quiero que estemos juntos, en serio, sin que tengas que dudar ni un segundo de lo que siento.

Jisung lo miraba, todavía incrédulo, mientras las lágrimas brillaban en sus ojos.

—¿Estás… estás pidiéndome que sea tu novio? —preguntó en voz baja, como si temiera que todo fuera un sueño.

Minho asintió, sin apartar la mirada de él.

—Sí, Jisung. Quiero que seas mi novio. Quiero que seas esa persona con la que pueda compartir todos estos momentos, sin importar lo que pase a nuestro alrededor. No quiero esconderlo, ni quiero que pienses que hay algo que nos detenga.

Jisung sonrió, y Minho sintió cómo su corazón se llenaba de una felicidad indescriptible. Sin decir nada más, Jisung lo abrazó, apoyando su cabeza en su pecho, como si tratara de asimilar lo que acababa de escuchar.

—Claro que quiero ser tu novio, Minho. No sabes cuánto he esperado oír eso —murmuró, con una voz llena de emoción.

Ambos se quedaron abrazados en la noche, sin preocuparse por las fotos o las noticias que pudieran surgir. Para ellos, ese momento era el comienzo de algo real, algo que habían construido con confianza, respeto y cariño. Minho supo entonces que había tomado la decisión correcta, y que, sin importar lo que el futuro les trajera, quería enfrentar todo a su lado.

La noche transcurrió en un silencio compartido, y, mientras caminaban de regreso, Minho sentía que el mundo a su alrededor cobraba un nuevo sentido. Sabía que las cosas no siempre serían fáciles, pero también sabía que, con Jisung a su lado, cada desafío valdría la pena.