La Nueva Modelo

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Perspectiva de Jisung

La emoción recorría a Jisung mientras se acercaba al lugar de rodaje. Después de dos semanas de trabajo intenso en la universidad, estaba ansioso por ver a Minho y comenzar esos diez días juntos. No había podido sacarlo de su mente, y el mensaje que intercambiaron la noche anterior había sido justo lo que necesitaba para afrontar el día con una sonrisa. En cuanto llegó a la entrada del set, sus ojos buscaron a Minho, y su corazón dio un salto cuando lo vio allí, esperándolo.

Minho también lo vio y, sin dudarlo, se acercó a él con una sonrisa que hacía que el mundo a su alrededor pareciera desvanecerse. Ambos compartieron una mirada que decía mucho más de lo que podían expresar con palabras. Jisung sentía cómo cada pequeño gesto entre ellos cobraba un significado especial, y en ese instante se dio cuenta de cuánto lo había extrañado. Minho lo saludó con un pequeño toque en el hombro, un gesto que a simple vista parecía casual, pero que para Jisung era un recordatorio de la conexión que compartían.

—¿Listo para estos días? —preguntó Minho, con una sonrisa que reflejaba una mezcla de entusiasmo y complicidad.

Jisung asintió, tratando de no dejar que su emoción fuera demasiado evidente.

—Sí, estoy más que listo. Será increíble trabajar juntos de nuevo —respondió, sintiendo una calidez indescriptible en el pecho.

El día de rodaje comenzó con buen ritmo, y Jisung, a pesar de estar concentrado en sus tareas, no podía evitar lanzar miradas furtivas hacia Minho mientras posaba para las fotos. Verlo tan seguro, tan profesional y a la vez tan auténtico, hacía que Jisung se sintiera orgulloso y cautivado al mismo tiempo.

Sin embargo, a mitad del día, el ambiente cambió con la llegada de una modelo de renombre llamada Nayeon. Su presencia fue notoria desde el primer momento; era una mujer segura de sí misma, con una sonrisa encantadora y una actitud que llamaba la atención de todos en el set. Jisung observó cómo Nayeon se acercaba a Minho con naturalidad y un aire de familiaridad que le incomodaba. Ella parecía conocer bien a Minho, y no tardó en acercarse a él con gestos amigables y palabras coquetas que Jisung escuchaba desde la distancia.

—Minho, ha pasado tanto tiempo desde la última vez que trabajamos juntos. Deberíamos ponernos al día después de esto, ¿no crees? —dijo Nayeon con una sonrisa que claramente buscaba algo más que una simple conversación de trabajo.

Jisung sintió una punzada en el pecho al escuchar esas palabras. Sabía que Minho era alguien atractivo y que, probablemente, recibía atención de muchas personas, pero ver a Nayeon coqueteando tan abiertamente con él lo hacía sentir incómodo. Trató de concentrarse en su trabajo, recordándose que estaba allí como parte del equipo y que no debía dejar que sus sentimientos personales interfirieran, pero no podía evitar sentirse inquieto cada vez que miraba en su dirección.

Durante la sesión de fotos, la situación empeoró. Nayeon se mostraba cada vez más cercana a Minho, buscando cualquier excusa para tocarlo o para acercarse a él más de lo necesario. Jisung observaba todo desde su lugar, sintiendo una mezcla de tristeza y celos que trataba de ocultar. Sabía que Minho estaba siendo educado, pero también notaba la incomodidad en su expresión. Minho mantenía su distancia y respondía de manera cordial pero fría, como si quisiera dejar claro que no estaba interesado en sus avances.

Aun así, la actitud de Nayeon no cambiaba. Parecía disfrutar de la atención, y Jisung no podía evitar sentir que su presencia era una especie de obstáculo en ese espacio que había construido con Minho. A pesar de todo, Jisung trató de no hacer nada que pudiera incomodar a nadie, y se obligó a sí mismo a no intervenir.

Al finalizar el rodaje, Jisung suspiró aliviado, pensando que al menos tendría la oportunidad de pasar un momento a solas con Minho antes de regresar. Sin embargo, para su sorpresa, Nayeon no se dio por vencida. En cuanto las cámaras dejaron de disparar, se dirigió a Minho con una sonrisa encantadora y, prácticamente, lo obligó a acompañarla a una cena con el equipo de la marca.

—Vamos, Minho. Será divertido. Todos quieren ir, y hace tanto que no coincidimos en un proyecto —dijo Nayeon, insistiendo con una familiaridad que hizo que el corazón de Jisung se encogiera.

Minho vaciló por un momento, y sus ojos buscaron a Jisung. Parecía querer decir algo, pero antes de que pudiera, el equipo de la marca comenzó a organizar la salida con entusiasmo, y la decisión fue tomada por él. Jisung sintió cómo la decepción lo envolvía, pero se dijo a sí mismo que no debía interponerse; no quería crear una escena ni parecer inmaduro. Le dedicó una sonrisa a Minho y asintió levemente, como diciéndole que estaba bien.

—Nos vemos mañana, Minho. Que disfrutes la cena —dijo Jisung en un tono que intentaba sonar casual, aunque su voz reflejaba algo de tristeza.

Minho le devolvió una mirada comprensiva, y aunque parecía incómodo con la situación, no podía deshacerse de la responsabilidad de asistir. Jisung le dedicó una última sonrisa y se giró, caminando hacia la salida mientras trataba de mantener una expresión serena. Sin embargo, en su interior, sentía una tristeza que no podía ignorar.

El camino de regreso a su departamento fue silencioso y solitario. Jisung repasaba una y otra vez lo sucedido, tratando de convencerse de que estaba exagerando, que Minho había sido educado y que, en realidad, no tenía nada de qué preocuparse. Pero, aun así, no podía evitar sentir que había algo en la relación entre Minho y Nayeon que lo hacía sentirse fuera de lugar. Sabía que sus inseguridades podían jugarle malas pasadas, pero el ver cómo ella coqueteaba abiertamente con Minho había sido doloroso.

Ya en su departamento, se dejó caer en el sofá, mirando el techo mientras intentaba ordenar sus pensamientos. Era evidente que había algo especial entre él y Minho, algo que habían construido con confianza y sinceridad. Sin embargo, la realidad era que Minho pertenecía a un mundo lleno de personas que, como Nayeon, parecían encajar perfectamente en su vida, mientras que él se sentía como un extraño en un lugar al que no estaba seguro de pertenecer.

Sin poder evitarlo, sacó su teléfono y miró su conversación con Minho de la noche anterior, repasando sus palabras y recordando la emoción que había sentido al recibir aquel mensaje. Quería escribirle, pero sabía que probablemente Minho estaría ocupado con la cena, así que decidió no interferir.

Jisung suspiró, cerrando los ojos y permitiéndose sentir la tristeza que había tratado de contener durante todo el día. Sabía que estaba en un viaje emocional, que las cosas no siempre serían fáciles, pero también sabía que no quería perder lo que había encontrado con Minho. Se prometió a sí mismo darle el beneficio de la duda, de confiar en él, porque, al final del día, sabía que Minho había sido sincero con sus sentimientos.

Con esos pensamientos en mente, se preparó para dormir, esperando que el día siguiente les diera una oportunidad para volver a acercarse y continuar descubriendo juntos lo que realmente significaban el uno para el otro.

Un príncipe de revista (Minsung) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora