Un príncipe de revista (Minsung)

Distractores

Perspectiva de Jisung

Jisung despertó temprano con una mezcla de nervios y entusiasmo. Sabía que ese día sería desafiante, pero después de la cena con Minho la noche anterior, se sentía más animado, como si una carga hubiera desaparecido. La conversación con él había sido reveladora y le había dado una sensación de claridad que nunca había esperado. Hoy es un nuevo comienzo, se dijo mientras se preparaba para el día, decidido a hacer su mejor trabajo y a concentrarse en lo que realmente importaba.

Al llegar al set de la sesión, el equipo estaba ocupado preparando los últimos detalles. Las luces y las cámaras estaban listas, y Jisung revisó su lista mental de tareas, intentando mantener el enfoque en cada pequeño detalle para evitar cualquier error. Pero tan pronto como Minho apareció frente a la cámara, fue como si todo el ambiente cambiara.

Minho se veía espectacular. Llevaba un traje perfectamente ajustado, y su expresión era una mezcla de seriedad y profesionalismo que hacía que cada movimiento pareciera calculado y elegante. Desde la primera toma, su porte y su presencia llenaron la escena de una manera que solo alguien con su experiencia podía lograr. Cada vez que cambiaba de pose o de expresión, Jisung sentía que el aire a su alrededor se volvía denso, como si fuera el único en el set capaz de capturar la esencia de lo que estaba sucediendo.

—¿Todo bien, Jisung? —preguntó uno de sus compañeros, interrumpiendo sus pensamientos.

Jisung sacudió la cabeza rápidamente, sintiendo el calor en sus mejillas al darse cuenta de que había estado mirándolo con demasiada intensidad.

—Sí, claro —respondió, tratando de sonar despreocupado—. Solo… estaba asegurándome de que todo estuviera en orden.

Pero tan pronto como trató de volver a enfocarse en su trabajo, sus ojos se desviaron hacia Minho una vez más. No podía evitarlo. La manera en que Minho se movía frente a la cámara, la facilidad con la que proyectaba diferentes emociones y se transformaba en cada toma, lo dejaban completamente fascinado.

En uno de los cambios de poses, Minho miró directamente a la cámara, y por un instante, sus ojos se encontraron con los de Jisung. El tiempo pareció detenerse, y Jisung sintió cómo su corazón latía con fuerza. La concentración que había logrado hasta ese momento se desmoronó en un instante.

Sin darse cuenta, Jisung dio un paso hacia atrás, intentando reorientarse, pero su pie tropezó con uno de los cables de iluminación. Fue un segundo de desliz, pero lo suficiente como para perder el equilibrio y caer al suelo con un sonido sordo.

—¡Jisung! —escuchó la voz de Minho, quien reaccionó de inmediato y corrió hacia él.

Jisung sintió cómo el calor subía a sus mejillas mientras Minho se agachaba a su lado, mirándolo con preocupación.

—¿Estás bien? —preguntó Minho, su tono lleno de sinceridad y una pizca de suavidad que Jisung no había esperado.

—Sí… sí, estoy bien. Solo fue un pequeño tropiezo —respondió Jisung, tratando de sonar despreocupado mientras intentaba levantarse.

Minho le ofreció la mano y, a pesar de sus intentos de mantener la compostura, Jisung no pudo evitar sentir un escalofrío al contacto de sus manos. Se levantó rápidamente, sacudiéndose el polvo de la ropa, mientras Minho lo observaba con una leve sonrisa.

—Me parece que te estás distrayendo un poco —comentó Minho en voz baja, con un toque de diversión en sus ojos.

Jisung se aclaró la garganta, avergonzado, pero intentó devolverle la sonrisa.

—Bueno… es difícil concentrarse cuando… bueno, tú sabes —murmuró, sintiéndose torpe pero sin poder evitarlo.

Minho soltó una risa ligera, y Jisung sintió que sus palabras habían dado en el blanco, aunque también había una calidez en los ojos de Minho que le daba algo de alivio.

—Solo ten cuidado —le dijo Minho, con una sonrisa que era tanto una advertencia como una broma.

A lo largo de la mañana, Jisung hizo un esfuerzo por concentrarse, pero no podía negar que la presencia de Minho lo seguía distrayendo. Sin embargo, con el pasar de las horas, logró enfocarse en su trabajo y, aunque hubo algún que otro cruce de miradas, ambos trabajaron bien en equipo.

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Perspectiva de Minho

Desde el momento en que Minho pisó el set de la sesión, sintió una confianza renovada. La noche anterior había aclarado algunas de sus dudas y, aunque no tenía todas las respuestas, estaba seguro de algo: trabajar al lado de Jisung iba a ser interesante.

En cuanto las luces se encendieron y la cámara comenzó a disparar, Minho se sumergió en su papel. Cambiaba de pose y expresión con precisión, dejando que el fotógrafo capturara cada ángulo y cada emoción con fluidez. Sabía que Jisung lo estaba observando desde el otro lado del set, y una parte de él no pudo evitar disfrutar del hecho de que parecía tener su atención por completo.

Entre las tomas, Minho echaba discretas miradas en la dirección de Jisung. Notaba cómo sus ojos lo seguían, y aunque él era un profesional que estaba acostumbrado a ser el centro de atención, había algo en la forma en que Jisung lo miraba que le daba una satisfacción inesperada.

Fue en una de esas miradas que notó cómo Jisung se distraía y, antes de que pudiera reaccionar, lo vio tropezar con un cable y caer al suelo. Minho reaccionó sin pensarlo, dejando el set y corriendo hacia él.

—¡Jisung! —exclamó, preocupándose más de lo que quería admitir.

Cuando llegó a su lado, Minho se agachó y miró a Jisung, quien parecía avergonzado pero sin mayores heridas.

—¿Estás bien? —preguntó, y al decirlo, notó el rubor en las mejillas de Jisung, lo cual hizo que una pequeña sonrisa apareciera en sus labios.

—Sí… sí, estoy bien. Solo fue un pequeño tropiezo —respondió Jisung, tratando de sonar tranquilo pero claramente incómodo.

Minho le ofreció la mano para ayudarlo a levantarse, y cuando sus manos se tocaron, sintió un leve cosquilleo que lo sorprendió. Sabía que había algo especial entre ellos, pero ese contacto lo confirmaba de una manera que no había anticipado.

—Me parece que te estás distrayendo un poco —comentó Minho en voz baja, con una sonrisa divertida, tratando de aligerar la situación.

Jisung se sonrojó y, aunque parecía avergonzado, también había un destello de humor en su mirada.

—Bueno… es difícil concentrarse cuando… bueno, tú sabes —murmuró Jisung, visiblemente torpe pero sincero.

Minho dejó escapar una risa suave, sintiendo que aquel comentario había sido una de las confesiones más honestas que Jisung podía haberle hecho.

—Solo ten cuidado —respondió, su sonrisa suave pero con una mirada que dejaba ver el interés que sentía.

El resto de la mañana pasó entre poses y tomas, con ambos retomando su profesionalismo pero lanzándose miradas ocasionales. Minho no pudo evitar sentir que había algo profundamente reconfortante en trabajar con Jisung a su lado, como si, de alguna manera, ese tropiezo hubiera sido el punto de partida para algo más natural y genuino entre ellos.

Para cuando la mañana terminó, Minho sabía que, aunque todavía tenían mucho por aclarar, este viaje a Jeju era el inicio de algo que ambos necesitaban explorar juntos.