No Renuncies Por Mi

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Perspectiva de Minho

Minho llegó al set temprano esa mañana, ansioso por saber si Jisung asistiría al rodaje. La noche anterior había sido difícil para ambos, pero después de haber hablado y aclarado el malentendido, sentía que su conexión con Jisung era aún más fuerte. Quería que Jisung supiera que siempre estaría ahí para él, y ver cómo Jisung luchaba con sus propias inseguridades solo le hacía admirarlo más.

Cuando finalmente vio a Jisung entrar al set, su corazón dio un vuelco de alegría. Una sonrisa genuina apareció en su rostro al ver que había decidido volver, y aunque trató de mantenerse sereno, no pudo evitar que una pequeña emoción iluminara sus ojos.

Se acercó a Jisung, quien parecía un poco nervioso pero determinado, y le dio una palmada suave en el hombro.

—Me alegra verte aquí, Jisung. No tienes idea de cuánto —le dijo, con una mirada que decía mucho más de lo que podía expresar con palabras.

Jisung le devolvió una sonrisa tímida y asintió.

—Gracias, Minho. Estoy listo para trabajar, no te preocupes —respondió, esforzándose por sonar seguro de sí mismo.

Minho asintió, satisfecho de que estuviera allí, y ambos se dirigieron a sus respectivos puestos, listos para comenzar la sesión de fotos del día. Sin embargo, la tranquilidad que Minho sentía fue breve, ya que poco después de comenzar el rodaje, Nayeon hizo su entrada triunfal en el set, irradiando una confianza y familiaridad que parecía deliberadamente exagerada.

Desde el momento en que Nayeon entró, Minho sintió la incomodidad en el ambiente. Ella no había dejado de intentar acercarse a él desde la noche anterior, coqueteando de manera insistente, y aunque él había dejado claro que no estaba interesado, parecía que sus palabras no habían tenido el efecto deseado. Nayeon mantenía su sonrisa encantadora y le dirigía miradas insinuantes, mientras intentaba atraer su atención.

Sin embargo, la situación se tornó incómoda cuando Nayeon se dio cuenta de las miradas que intercambiaba con Jisung. Al principio, simplemente los observaba con una expresión curiosa, pero pronto Minho notó un cambio en su actitud. Nayeon parecía más distante y fría, y cada vez que Jisung pasaba cerca, lanzaba miradas de desprecio que lo hacían sentirse molesto.

Minho intentó concentrarse en el rodaje, ignorando los gestos de Nayeon, pero la situación escaló cuando Jisung, quien estaba pasando entre los equipos, tropezó accidentalmente con el borde del vestido de Nayeon. En lugar de reaccionar con comprensión, Nayeon soltó un grito de sorpresa exagerada, y sus palabras fueron tan agudas que hicieron que todos en el set se detuvieran.

—¡Ten más cuidado! —exclamó Nayeon, mirando a Jisung con una mezcla de desdén y furia—. ¿Sabes cuánto vale este vestido? Esto no es un lugar para gente torpe como tú.

Minho sintió cómo la ira comenzaba a crecer en su interior. Era obvio que el incidente había sido un simple accidente, y la reacción de Nayeon estaba completamente fuera de lugar. Jisung, visiblemente avergonzado y tratando de disculparse, balbuceó unas palabras, pero Nayeon no le dio oportunidad.

—Deberían despedirte por esto —continuó ella, cruzándose de brazos—. ¡Eres una distracción! No sé cómo permiten que alguien tan inepto esté en un set profesional como este.

Minho no podía soportarlo más. Dio un paso adelante, colocándose entre Jisung y Nayeon, y su voz, aunque calmada, estaba cargada de una autoridad que no dejaba espacio para réplicas.

—Nayeon, eso fue innecesario. Fue un accidente, nada más. No tienes derecho a tratar a Jisung de esa manera —dijo, con una mirada que reflejaba su firmeza.

Nayeon lo miró con incredulidad, como si no pudiera creer que Minho estuviera defendiéndolo de esa forma.

—¿Estás bromeando? Minho, no puedes permitir que alguien así ponga en riesgo una sesión de fotos de esta magnitud. La calidad del trabajo importa, ¿no? —dijo ella, intentando justificar su actitud.

Pero Minho no cedió. Sabía que Nayeon estaba siendo caprichosa y egoísta, y no iba a dejar que su comportamiento hiriera a alguien tan importante como Jisung.

—La calidad también se mide en cómo tratamos a las personas que están aquí trabajando tan duro como cualquiera de nosotros —respondió, mirándola directamente—. Si tienes un problema con Jisung, entonces tienes un problema conmigo.

El silencio en el set era absoluto. Todos observaban la escena, conscientes de la tensión en el ambiente. Nayeon parecía atónita y, por un momento, Minho pensó que podría ceder. Sin embargo, ella solo hizo una mueca y alzó la barbilla, decidida a no dar su brazo a torcer.

—Si quieres que el rodaje continúe así, adelante. Pero estoy segura de que la marca no estará de acuerdo contigo, Minho —dijo Nayeon con frialdad, dando a entender que había influencias detrás de ella que podrían poner en peligro el trabajo de todos.

Minho, sin embargo, se mantuvo firme. Miró al director del proyecto, quien parecía incómodo, pero después de una breve pausa, se acercó y asintió con seriedad.

—Escucha, Nayeon —dijo Minho, sin apartar la mirada—. Si no puedes aceptar trabajar de manera profesional con todo el equipo, entonces quiero que reconsideren la sesión de fotos de hoy. No trabajaré con alguien que no respeta a los demás.

Minho podía sentir la incomodidad de todos a su alrededor, pero sabía que tenía que defender a Jisung. No podía permitir que alguien como Nayeon, que claramente estaba dejando que su ego y sus caprichos interfirieran con el ambiente de trabajo, dañara la autoestima y la paz de Jisung.

Justo en ese momento, Jisung dio un paso hacia adelante, con la cabeza baja y una expresión de tristeza en su rostro.

—Minho, no quiero ser un problema para ti —dijo en voz baja, evitando mirarlo a los ojos—. Tal vez lo mejor es que me retire del proyecto para que todos puedan trabajar en paz.

Las palabras de Jisung golpearon a Minho como una ola de desesperación. No podía creer que la situación hubiera llegado a tal extremo, y ver la tristeza en los ojos de Jisung solo intensificó su determinación.

—No, Jisung. No tienes por qué renunciar —le dijo con firmeza, mirándolo a los ojos—. Tú estás aquí porque eres talentoso y porque tienes derecho a estar en este set tanto como cualquiera de nosotros. No dejaré que te sientas menospreciado por alguien que no sabe reconocer el valor de los demás.

Nayeon bufó, molesta, y se cruzó de brazos con una expresión de desdén, claramente dispuesta a no ceder.

—Muy bien, Minho. Si te importa tanto este… asistente, entonces haz lo que quieras. Pero que esto no afecte la calidad de mi trabajo, o tú también sufrirás las consecuencias —dijo ella, en un último intento de intimidarlo.

Sin embargo, Minho no se dejó amedrentar. Se volvió hacia el director del proyecto y, con voz tranquila pero firme, añadió:

—Si el equipo lo considera necesario, entonces tomen las fotos por separado. No quiero que Jisung sienta que su presencia aquí es un inconveniente. De hecho, prefiero que podamos trabajar con personas que valoren el esfuerzo de todos, sin importar su posición.

El director asintió, y aunque el ambiente estaba cargado de tensión, Minho sintió una pequeña satisfacción al ver que finalmente había defendido a Jisung de la manera en que merecía. Sabía que probablemente esta situación traería consecuencias, pero en ese momento, lo único que le importaba era asegurarse de que Jisung supiera que estaba a su lado.

Al final del día, mientras Jisung se preparaba para irse, Minho se acercó a él y, mirándolo a los ojos, le dijo con una suavidad que pocas veces mostraba:

—No vuelvas a pensar que tienes que renunciar por mí. Si algo nos afecta, lo enfrentaremos juntos.

Jisung asintió, sus ojos brillando con gratitud y, aunque todavía parecía algo inseguro, Minho sintió que había dado un paso importante. Sabía que lo que compartían no era fácil, pero estaba decidido a luchar por él.

Un príncipe de revista (Minsung) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora