Los Amigos

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Perspectiva de Jisung

Después de unos días inolvidables en Jeju, Jisung y Minho finalmente regresaron a Seúl, donde los esperaba una cálida bienvenida. Apenas llegaron, recibieron mensajes de sus amigos, quienes estaban ansiosos por escuchar todos los detalles y ver cómo había sido la experiencia para ambos. Minho, siempre pensando en los demás, decidió organizar una pequeña reunión en su departamento para que todos pudieran ponerse al día y celebrar el regreso.

Cuando Jisung entró al departamento de Minho, fue recibido con una mezcla de entusiasmo y curiosidad. Chan, Changbin, Hyunjin, Félix, Seungmin y Jeongin estaban todos ahí, sentados en el gran sofá del salón, listos para recibirlos.

—¡Por fin están aquí! —exclamó Chan, levantándose para darle un abrazo a Jisung—. Nos tenías preocupados, ¿sabes?

Jisung se rió, sintiéndose agradecido por la calidez de sus amigos. Mientras los saludaba, no podía evitar notar las miradas de complicidad que intercambiaban, como si todos estuvieran observando con interés cada pequeño gesto entre él y Minho.

La reunión comenzó con conversaciones ligeras sobre el viaje a Jeju. Jisung y Minho compartieron algunas anécdotas sobre el rodaje y cómo el equipo había sido muy profesional, y aunque Jisung se esforzaba por mantener la conversación casual, sentía que la mirada de sus amigos estaba puesta en algo más que solo el trabajo.

—Bueno, bueno… cuéntennos, ¿cómo se portó Minho? —bromeó Hyunjin, dándole un codazo a Minho—. Porque ya sabemos que tú, Jisung, eres un ángel, pero este aquí… —dijo, señalando a Minho—. A veces puede ser un poco difícil.

Minho rodó los ojos, pero sonrió con diversión.

—Te sorprendería, Hyunjin. Jisung es quien se llevó el protagonismo en esta historia. Yo solo traté de no tropezarme con tanto equipo y luces. Fue el verdadero profesional aquí —dijo, mirando a Jisung con una sonrisa que hizo que su corazón latiera más rápido.

Jisung bajó la mirada, tratando de ocultar su sonrojo. A medida que la conversación avanzaba, sus amigos no paraban de observarlos con una mezcla de emoción y curiosidad. Sabían que algo había cambiado entre ellos, que había una conexión mucho más profunda que en cualquier momento anterior, y no perdían la oportunidad de hacer comentarios al respecto.

En un momento de la noche, Félix lo llamó desde la cocina, diciéndole que necesitaba ayuda con unas bebidas. Jisung se levantó y se dirigió hacia él, pensando que realmente solo necesitaba ayuda con la preparación. Pero cuando entró en la cocina, se dio cuenta de que Félix tenía algo más en mente.

—Bueno, bueno… tú y Minho… —comenzó Félix, con una sonrisa de complicidad—. Hay algo que tienes que contarme, Jisung. Nos tienes a todos con la curiosidad.

Jisung se rió, sabiendo que no tenía escapatoria. Félix era su mejor amigo, y sabía que, tarde o temprano, tendría que hablar de lo que estaba sucediendo con Minho.

—No sé, Félix… todo ha sido tan rápido y tan… increíble. Es difícil de explicar —respondió, sintiendo que sus palabras no podían hacer justicia a lo que realmente sentía.

Félix lo miró, ladeando la cabeza con una sonrisa.

—Vamos, amigo. ¿Ya son novios o no? Porque desde aquí se nota que están súper enamorados. ¿O crees que no nos dimos cuenta? —preguntó, con una mezcla de emoción y ternura.

Jisung sintió cómo sus mejillas se sonrojaban y no pudo evitar sonreír.

—Aún no hemos hablado de eso, pero… no sé, Félix. Siento que estamos tan cerca, como si estuviéramos en una especie de conexión profunda que no necesita etiquetas —respondió, mirando a su amigo con una mezcla de emoción y nerviosismo—. Minho ha sido increíble conmigo, y sé que esto es real. Pero… quiero esperar a que él también esté listo.

Félix asintió, sonriendo con comprensión.

—Amigo, solo sé tú mismo. Él claramente te adora, y yo creo que es solo cuestión de tiempo para que todo caiga en su lugar. De verdad, nunca te había visto tan feliz, Jisung.

Jisung suspiró, sintiéndose agradecido por el apoyo de Félix y por la seguridad de sus palabras. No podía evitar sentirse nervioso, pero también estaba emocionado. Sabía que, sin importar cuánto tiempo tomara, todo valía la pena por Minho.

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Perspectiva de Minho

Mientras Jisung y Félix hablaban en la cocina, Minho observaba desde la sala, captando algunos fragmentos de la conversación. Aunque trataba de disimular su interés, no pudo evitar agudizar su oído cuando Félix le preguntó a Jisung si ya eran novios. Aun desde la distancia, ver la expresión de Jisung mientras trataba de explicar sus sentimientos lo llenaba de ternura.

Minho miró a sus amigos, quienes seguían entretenidos en su propia conversación, y aprovechó el momento para pensar en lo que acababa de escuchar. La realidad era que él también había estado pensando en su relación con Jisung. Desde el viaje a Jeju, cada momento que compartían parecía intensificar lo que sentía, y aunque el cariño entre ellos era evidente, Minho quería que Jisung supiera cuánto le importaba realmente.

Sabía que Jisung era especial, alguien que había cambiado su vida de una forma inesperada y profunda. Había sido Jisung quien, con su ternura y sinceridad, lo había hecho abrirse y conectar de una forma en la que jamás se había permitido con alguien más. Y después de escuchar a Félix preguntar si eran novios, una idea se formó en su mente. Minho quería hacer las cosas bien, quería pedirle a Jisung que fuera su novio de una manera que reflejara lo especial de su conexión.

Con esa idea en mente, decidió que esperaría a que el próximo proyecto en Seúl llegara a su fin. Sabía que esos diez días de rodaje serían un desafío, tanto profesional como emocional, pero también estaba seguro de que tener a Jisung a su lado haría que todo fuera más llevadero. Y cuando terminaran, tendría el momento perfecto para hacer la pregunta que tanto deseaba.

En ese instante, Jisung y Félix volvieron a la sala, cargando bandejas con bebidas. Minho notó cómo los ojos de Jisung lo buscaban casi de inmediato, y cuando sus miradas se encontraron, una cálida sonrisa se formó en el rostro de ambos.

El resto de la noche transcurrió entre risas y anécdotas, mientras los ocho amigos disfrutaban de la compañía mutua. Minho notaba cómo sus amigos observaban cada pequeño gesto que compartía con Jisung, y aunque en cualquier otra circunstancia se habría sentido incómodo, ahora lo aceptaba con tranquilidad. Estaba seguro de lo que sentía por Jisung, y en lugar de esconderlo, quería compartirlo con las personas que siempre habían estado a su lado.

Cuando la reunión llegó a su fin y los amigos comenzaron a despedirse, Minho aprovechó un momento en que estaban solos para tomar la mano de Jisung.

—Gracias por ser parte de todo esto, Jisung. No sabes lo feliz que me hace verte aquí, con todos nosotros.

Jisung lo miró, sus ojos llenos de emoción.

—Gracias a ti, Minho. Nunca pensé que encontraría algo tan especial… y mucho menos en un viaje de trabajo —respondió, apretando su mano suavemente.

Minho le sonrió, sintiendo que su determinación solo crecía. Sabía que, una vez que terminara el rodaje en Seúl, el momento sería perfecto. Le pediría a Jisung que fuera su novio, de una forma que reflejara todo lo que habían compartido y todo lo que esperaba compartir en el futuro.

Esa noche, mientras caminaba hacia su habitación después de despedirse de todos, Minho sintió una mezcla de emoción y tranquilidad. Tenía dos semanas para planear el momento, y estaba dispuesto a hacer que cada segundo fuera especial, porque sabía, con total certeza, que Jisung era la persona con quien quería estar.

Un príncipe de revista (Minsung) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora