Un príncipe de revista (Minsung)

Listo Para El Nuevo Proyecto

Perspectiva de Jisung

Las dos semanas habían pasado en un abrir y cerrar de ojos, pero para Jisung cada día había sido una mezcla de emociones intensas. Decidió concentrarse en adelantar todas sus tareas y proyectos de la universidad, sabiendo que los próximos diez días estarían llenos de trabajo y nuevas experiencias junto a Minho. Se había sumergido en sus estudios, casi sin levantar la vista de los libros, intentando mantener la mente ocupada.

Sin embargo, a pesar de todo su esfuerzo por concentrarse, Minho siempre estaba en sus pensamientos. Recordaba cada detalle de los días que pasaron juntos en Jeju: el sonido de sus risas en el set, la forma en que sus miradas se encontraban incluso cuando estaban ocupados con sus respectivas tareas, las cenas en restaurantes pequeños y escondidos, y, sobre todo, las conversaciones profundas en las que ambos se habían permitido ser completamente honestos.

A veces, mientras trabajaba en algún proyecto, su mente lo traicionaba y lo llevaba de vuelta a esas noches bajo las estrellas, cuando Minho tomaba su mano y le daba palabras de apoyo que le hacían sentir una calma absoluta. Esos recuerdos lo hacían sonreír, pero también lo llenaban de una mezcla de nervios y expectativa. Sabía que cada momento a su lado era especial, y aunque nunca lo había hablado abiertamente, sentía que algo profundo estaba creciendo entre ellos.

Había estado tan inmerso en sus estudios que apenas había visto a sus amigos, quienes parecían respetar su necesidad de espacio. Félix y Jeongin le enviaban mensajes de vez en cuando para asegurarse de que estuviera bien, pero Jisung se mantenía algo reservado. Sabía que su distracción no se debía únicamente a la universidad; su corazón latía siempre un poco más rápido cada vez que pensaba en el próximo rodaje y en lo que esos días al lado de Minho podrían significar.

La noche antes de que comenzara el rodaje, Jisung estaba en su habitación, revisando sus notas de la universidad y asegurándose de que todo estuviera en orden. El ambiente era tranquilo, pero una pequeña ansiedad comenzaba a crecer en su interior. Sabía que, aunque intentara concentrarse en lo que tenía delante, la verdad era que estaba esperando ver el nombre de Minho aparecer en su pantalla.

Como si el destino escuchara sus pensamientos, su teléfono vibró. Al verlo, el corazón de Jisung dio un salto al ver el mensaje de Minho.

—Hola, Jisung. Mañana comienza el rodaje y no puedo esperar a verte de nuevo. Espero que estés bien. Te he echado de menos.

Jisung sonrió, sintiendo cómo una oleada de calidez lo envolvía. Leía y releía el mensaje, tratando de absorber cada palabra. Minho era alguien reservado, y saber que él también había sentido su ausencia durante esas semanas significaba más de lo que podía expresar. Su mente comenzó a recorrer cada momento que habían compartido y, en ese instante, se dio cuenta de que no era solo emoción lo que sentía; era un profundo cariño que crecía en él de una manera que no podía negar.

Tomando aire, decidió responder, intentando que sus palabras fueran lo suficientemente sinceras para reflejar lo que sentía.

—Minho, yo también he pensado mucho en ti. Estos días se me han hecho largos sin verte, y me alegra saber que mañana volveremos a trabajar juntos. Gracias por escribirme. Me hace sentir… menos solo.

Envió el mensaje y, mientras esperaba una respuesta, sintió cómo su corazón latía rápidamente. Sabía que, en el fondo, ambos estaban caminando por una línea delicada entre la amistad y algo mucho más profundo. Esa conexión que compartían no era algo que se encontrara todos los días, y el simple hecho de saber que Minho también había sentido su ausencia lo hacía sentir especial.

Minho respondió al poco tiempo.

—Entonces mañana será especial para los dos. Nos vemos en el set, Jisung. Estoy seguro de que estos diez días serán increíbles. Descansa bien.

Jisung leyó el mensaje, y una sonrisa se formó en sus labios. Sabía que tenía que descansar para el día siguiente, pero la emoción de saber que vería a Minho lo mantuvo despierto un poco más. Con cada palabra intercambiada, sentía que el vínculo entre ellos se fortalecía, como si ese próximo rodaje no solo fuera una oportunidad profesional, sino también un espacio donde ambos podrían descubrir realmente qué significaban el uno para el otro.

Apagó su teléfono y, mientras se preparaba para dormir, cerró los ojos, dejándose llevar por la imagen de Minho y el sonido de sus palabras. Se prometió a sí mismo aprovechar cada momento a su lado en esos días, sin prisa, disfrutando cada instante y cada sonrisa, porque en el fondo sabía que lo que compartían era algo extraordinario.