Por alguna razón renací como el medio hermano de Rías, ambos siendo hijos de Zeuticos, pero con madres distintas, con una casi imposible coincidencia de nacer el mismo día aunque Rías es mayor por 8 horas, renaciendo con un sistema Gacha tango que c...
No esperaba esto, Antares ha sido muy cerrado sobre sus operaciones desde siempre, pero ahora pregunta sobre el poder de los elfos que usan bestias, un poder aterrador, dependiendo de quien lo use y si es mi hermana es terrible, Mérope es una psicópata incluso entre los elfos, solo superada por su esposo Aldebarán.
Aun puedo recordar cuando todo inicio para mí, fue hace ya casi 700 años, en esa época fue cuando era la princesa Shaula, segunda princesa de los elfos, era una niña orgullosa de mi raza, siempre pensando que era superior a otras razas, si me vieran ahora no pensarían eso de mí, incluso rechazo subir en la escala demoniaca por miedo a parecerme a mi antigua yo.
Una niña que a todas luces tenia todo lo que alguien podría desear, mis padres parecían muy amorosos conmigo, me enseñaron a que éramos superiores y despreciar el poder de la pudrición, me contaban el cuanto de un héroe élfico que callo en desgracia al tener una aventura con una humana.
Me reía de la historia, me parecía risible que un elfo pudiera sentir amor por otra especie, ¿quién diría que sería parte del harem de un demonio?, ciertamente la yo de ese tiempo no.
No, en ese tiempo idolatraba mucho a mi familia, mi madre era una de los muy escasos elfos que despertaron una habilidad elemental, mi padre era el elfo con la mayor cloroquinesis en la historia, no por su poder sino por sus investigaciones sobre las plantas, una vez lo vi usando el jugo gástrico de las plantas carnívoras para cegar a un oso, una hazaña en si misma, hasta mi padre, la cloroquinesis se limitaba a nuestra agricultura, y por ultimo mi hermana mayor Mérope, una peligrosa domadora de bestias.
En ese tiempo aún no había una separación tan grande entre los humanos y las demás razas, ella robaba muchos niños de distintas aldeas humanas y se los daba de comida a sus lobos, los niños siempre estaban vivos, además de que ella siempre arrojaba al grupo junto con un solo cuchillo, veía a los niños luchar por alcanzar la única arma que potencialmente les salvaría, solo para que cuando uno lo tomase se diera cuenta que nunca tubo nada de filo, era solo una placa de metal con una forma estética.
Mérope se regocijaba con estas torturas y yo me reía con ella de la desesperación de quien tomo el cuchillo, también el arrepentimiento, el odio que nos mostraba y la agonía que sufría al morir, yo diría que era mas un demonio en aquella época que ahora.
Todo porque nací con un poder que muchos consideraron maldito.
Como todos los elfos a cierta edad fue con uno de mis padres al bosque para despertar mi habilidad, mi padre me llevo a un bosque en su caballo blanco, recuerdo los vítores cuando paseamos por la ciudad, me adoraban con fervor en ese entonces. Y no solo a mí, a toda la familia real.
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Llegamos al bosque y armamos nuestro campamento, recuerdo la mentira que me dijo en ese momento, le recuerdo justo como si ayer mismo me lo hubiese dicho.
-Shaula, no importa la habilidad que despiertes, siempre estaré orgulloso de mi princesa elfa.
Una mentira que solo duro ese día, y yo ingenuamente lo creí, cuando todo cambio fue cunado toque un árbol, intentaba ver si tenia cloroquinesis, pero pude sentirlo, el flujo de la vida, como todo era un ciclo, como la muerte es el inicio de la putrefacción que nutre la nueva vida, todo en un ciclo eterno, y yo era parte de ese ciclo, pero no estaba atada al ciclo, yo regia parte del ciclo.
