"¿Es el amor eterno, o se disipa con el tiempo?
Es un suspiro largo, o tal vez un breve respiro del viento.
Dura lo que un amanecer, o lo que tarden dos miradas,
Pero al final, ¿quién puede medir lo que no tiene morada?
Tal vez no sea cuestión de tiempo,
Sino de intensidad, de momentos.
El dura lo que debe durar,
Sea un segundo o toda una eternidad."
Es una pregunta que todos nos hemos hecho alguna vez en la vida, ¿no? ¿Cuánto dura el amor? No solo ese amor romántico que tanto se idealiza, sino el amor en su máxima expresión o en todas sus formas. ¿Es algo que tiene caducidad? ¿O, como algunos dicen, dura para toda la vida?
Algunos creen que el amor nace de una naturaleza efímera, que viene y va como las estaciones. Que hay momentos en los que solo lo sientes intensamente, pero que también hay épocas de sequía. Otros, en cambio, lo ven como un hilo invisible que siempre está presente, aunque no lo notes, incluso cuando crees que ha desaparecido. Tal vez, ambas posturas tengan algo de verdad.
Me pregunto si el amor es algo que medimos en tiempo o en experiencias. Si dura años, pero nunca llega a tocar el alma, ¿fue realmente amor? Y si solo dura un instante, pero en ese momento lo sentiste con todo tu ser, ¿acaso no es eso suficiente?
Quizás el amor no deba ser medido de la manera en que medimos las cosas materiales. Quizás no tiene un principio ni un final claro, como un ciclo sin fin. Puede que inicie con una mirada, una palabra, o incluso un pensamiento, y se quede ahí, latiendo en algún rincón del corazón. Y aunque a veces parezca que ha desaparecido o que se haya ido, en realidad sigue ahí, esperando ha ser descubierto.
A veces, me gusta pensar que el amor no se mide en días ni en años, sino en momentos: en los segundos que nos roban el aliento, en las risas compartidas, en las caricias que no se olvidan, en los abrazos nos conectan, en los silencios que vivimos. Quizás dura solo esos instantes, pero esos momentos quedan grabados en nosotros para siempre. Y, al final, ¿no es eso lo que más importa?
Pero también está la otra cara de la moneda: cuando el amor parece desvanecerse, cuando se apaga como una llama que ha consumido todo su combustible. ¿Eso significa que ha terminado? Tal vez no. Tal vez, simplemente, ha cambiado de forma.
Porque el amor no siempre tiene que ser fuego ardiente; a veces, es una brasa suave que sigue calentando, incluso cuando no las ves. Tal vez dura toda una vida, pero no de la menta en que lo esperábamos.
Entonces, ¿cuánto dura el amor? No sé si hay una respuesta definitiva. Quizás el amor dura exactamente lo que necesita durar, ni más ni menos. Y tal vez, en lugar de preocuparnos por cuánto tiempo permanecerá, deberíamos aprender a disfrutarlo mientras lo tenemos, sabiendo que, de una forma u otra, siempre deja su huella en nosotros.
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Para ti, que aún no llegas
RomanceEn un rincón del universo, hay almas destinadas a encontrarse, pero no siempre en el mismo tiempo o espacio. Este libro recoge historias y poemas escritos para alguien que aún no ha llegado, pero cuya presencia se siente en cada palabra. Desde susur...